"Cuando canto, los problemas podrían estar sentados en mi hombro y yo no lo notaría"
Eso decía la maravillosa Sarah Vaughan, y es lo mismo que les ocurre a los amantes del jazz cuando se ponen a escucharla. A Sarah Vaughan la apodaban "La divina" y también era conocida cariñosamente como "Sassy", una cantante que junto a Ella Fitzgerald, Dinah Washington y Billie Holiday forma el poker de ases de las voces femeninas del jazz. Sassy tenía una voz realmente prodigiosa y para muchos era la más capacitada vocalmente de todas las cantantes antes citadas, dada la versatilidad y amplitud de su registro, que como si de una interprete de ópera se tratase la hacía pendular a voluntad y con la mayor de las facilidades entre registros agudos y graves, cualidades que todavía era capaz de adornar con una capacidad de improvisación sensacional. Sabía entender las letras a la perfección y darle el punto justo para llenarlas de significado, algo sobre lo que solía decir: "Hay notas entre las notas, ya sabes".
Se dio a conocer en las veladas para aficionados del Apollo Theater de Harlem, época en la que ya llevaba un buen bagaje musical gracias a sus actuaciones en la Iglesia como cantante y pianista. Después vendrían las actuaciones con la Orquesta de Earl Hines para continuar con la de Billy Eckstine. Cuando Charlie Parker y Dizzy Gillespie inventaron el Be Bop, ella supo imprimir a su voz ese nuevo ritmo a un nivel tan sorprendente y lleno de improvisación como el de aquellos innovadores interpretes. Su facilidad para el "Scat", al estilo de su creador Louis Armstrong o de la gran Ella Fitzgerald, era también legendaria.
A finales de los 40 ya era una estrella consolidada y sus colaboraciones con grandes jazzistas como Miles Davis, Clifford Brown, Benny Carter o Count Basie fueron completadas con otro repertorio más comercial que llego a convencer incluso a ese público que estaba más bien alejado del mundo del jazz, así este eclecticismo musical la llevaría a presentar un repertorio amplísimo que abarcaba desde los clásicos de Irving Berling, Cole Porter y compañía hasta realizar versiones de los temas de los Beatles. Es por ello una estrella inmensa del Jazz, pero que es capaz de trascenderlo y resultar una figura indiscutible de toda la música popular. Después de toda una vida llenando sus pulmones de aire para convertirlo en maravillosas melodías, murió a los 66 años victima de un cáncer de pulmón.
Tenderly:
Imagen: William P. Gottlieb 1946 - De Wikimedia Commons - Dominio Público (CC0) - Enlace a Fuente Original
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