En cierta una ocasión una persona preguntó a un ya anciano Galileo Galilei cuantos años tenía. No dudó un momento el afamado astrónomo y físico, de barba blanca y cuerpo ya cansado y enfermo, en contestarle que apenas 8 o 10 años. Los que escucharon su respuesta le miraron sorprendidos. Galileo sabedor de la extrañeza que su respuesta había causado se aclaró diciendo: "Tengo en efecto, queridos amigos, los años que me quedan de vida, los vividos ya no los tengo como no se tienen las monedas que ya se han gastado". Lástima que todos esos últimos años, desde 1633 a 1642, año en que falleció el reconocido como "padre de la ciencia", los cumpliera arrestado en su domicilio como consecuencia de aquella "peregrina" idea suya de mantener que los planetas giran alrededor del Sol y no este alrededor de la Tierra. Tuvo que abjurar Galileo de sus certezas para evitar males mayores, mientras según algunos mascullaba entre dientes aquello de "Eppur si muove" (Y, sin embargo, se mueve). Y es que, como decía el propio Galileo: "En lo tocante a la ciencia, la autoridad de un millar no es superior al humilde razonamiento de una sola persona"
El retrato de Galileo es obra de Justus Sustermans y está fechado en 1636.
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