domingo, 31 de mayo de 2020

Edward G. Robinson y su ácida visión de Hollywood


De nada le sirvieron a Edward G. Robinson, uno de los grandes de la pantalla, sus maravillosas actuaciones en películas como: "Hampa dorada", "La Mujer del Cuadro", "Perversidad", "Perdición", "Cayo Largo" o "El rey del juego", para la Academia era totalmente invisible, de hecho, nunca fue ni tan siquiera nominado al Oscar. Robinson era dueño de una gestualidad y un ritmo muy particular actuando y durante un tiempo fue el arquetipo del tipo duro en el cine de gánsters; pero igual que era capaz de crear y hacer creíble un personaje a todas luces peligroso también podía encarnar con la misma verosimilitud a una persona cargada de humanismo y vulnerabilidad. Puede que este segundo rol se acercara más a la personalidad real de este rumano, nacido en Bucarest, que después de vivir en una comunidad yiddish y llegar a Nueva York a los diez años, casi se hace rabino antes que actor. Edward G. Robinson (la G. es de Goldenberg) fue una persona de exquisita cultura y poseedor de una sensacional colección de pinturas. 

Nada más comenzar la década de los 50, cuando Robinson venía de rodar joyas como "Cayo Largo" u "Odio entre hermanos", llegó McCarthy con aquella infame caza de brujas que hizo temblar todo Hollywood. Robinson se vio en el ojo del huracán, y si bien al principio se mostró duro e incluso ofreció su casa y su dinero para preparar la defensa de los perseguidos, la presión del sistema sobre su persona le hizo tener que aceptar dar algunos nombres ante la Comisión, entre ellos el del gran guionista Dalton Trumbo. A pesar de su delación, su carrera se resintió durante años, los papeles que le llegaban eran muy pobres y para colmo, tuvo que hacer frente a un duro divorcio que le obligó a vender su colección de arte. Solo cuando ya se abocaba a refugiarse en el mundo del teatro, fue salvado en 1956 por Cecil B. DeMille para que trabajara con él en "Los diez mandamientos". En el futuro le llegarían de nuevo papeles sensacionales como los de "Millonario en ilusiones" (1959 - Frank Capra) o "El rey del juego" (1965 - Norman Jewison). Al respecto de las supuestas ideas que Edward G. Robinson tenía acerca del capitalismo en la meca del cine hay una interesante cita en las memorias del poderoso ministro de asuntos exteriores ruso Andrei Gromiko:

Me impresionó mucho una conversación que tuve con (...), Edward G. Robinson. Su conversación, (...) fue íntima y sincera y, durante ella, Robinson nos pintó un cuadro asombroso de la industria cinematográfica americana. «Aquí, en América, la industria cinematográfica la maneja un puñado de millonarios inhumanos. Lo único que les importa es el beneficio. Para ellos, auténticos caciques del cine, la forma de ganar millones es secundaria. Todo vale, con tal que se gane varias veces el coste de una película, una vez que se distribuye. Esa gente no sabe lo que es moralidad ni justicia social. Puede que yo no sea un experto en economía o finanzas, pero, desde luego, he observado un descenso en las normas morales que se muestran en las pantallas.» Estaba algo agitado y se veía que era un tema doloroso para él. «Más de una vez —prosiguió- me he preguntado si, desde mi punto de vista moral, debía aceptar un papel. No puedo decir que siempre haya acertado al hacer mi elección. Algunas veces no me he sentido satisfecho de mis actuaciones, en lo que al género de vida que muestro en la pantalla se refiere y al personaje al que doy vida. Sin embargo, me he resistido la mayoría de las veces a las condiciones impuestas por los amos de Hollywood.» «Las películas americanas están sobrepasando el límite de vulgaridad y corrupción —se lamentó—. Se le llama naturalismo y lo más triste es que a los espectadores los están educando con este producto y que les gusta. Así, pues, los productores se esfuerzan por satisfacer la demanda que ellos mismos han creado. Es difícil luchar contra ellos y, de todas formas, ¿quién iba a hacerlo? La lucha es desigual.» Yo le pregunté: «¿No hay ningún grupo de actores conocidos, como usted mismo, y quizá de productores, que pudieran intentar influir en el cine de forma más positiva?» «No hay grupos organizados de ese tipo —contestó él—. Y tampoco durarían mucho en los Estados Unidos. Cualquier actor que lo intentara no tardaría en morirse de hambre.» (...). «Eso es lo que les sucede a muchos actores de cine —dijo, finalmente—, que a diario tienen que exhibir un comportamiento que es un insulto para todo lo bueno y decente del ser humano.»

Imagen: La fotografía está tomada de los fondos de Wikimedia Commons donde figura etiquetada como Dominio Público (CC0). Se enlaza la fuente original: 

sábado, 30 de mayo de 2020

El día que Jack Lemmon aprendió a no actuar


Jack Lemmon siempre fue un valor en alza en el mundo del cine. Puede que algo tuviera que ver el hecho de que nació en un ascensor del Hospital Newton-Wellesley de Boston. A su madre no le dio tiempo de llegar al lugar donde debía ser atendida de sus fuertes contracciones de parto y el bueno de Jack decidió venir al mundo subiendo hacia arriba como un cohete. En ese ascensor hay ahora una placa que reza "Aquí nació Jack Lemmon".

Para Billy Wilder era su actor fetiche, con el que compartió un buen ramillete de deliciosas películas. Había una conexión, una complicidad especial entre ambos. Wilder decía de él: 

“Cuando cualquier actor entra en una habitación, no tienes nada, y cuando el que entra es Jack, inmediatamente tienes una situación: es casi inexplicable lo que es capaz de provocar él solo, con su veloz verborrea y sus rápidos movimientos”

Lemmon era un actor versátil, dotado especialmente para la comedia pero que era capaz igualmente de sobrecoger a cualquiera con papeles dramáticos. Pero como en todo, en el cine también se aprende poco a poco, y él, que venía del teatro, tuvo que aprender a no actuar. Wilder contaba a Cameron Crowe en su sensacional libro de conversaciones, cómo cuando Jack Lemmon decidió dar el salto al cine, lo hizo en una película de George Cukor titulada "La rubia fenómeno" (1953), en la que el actor tenía que recitar del tirón un gran monólogo que lanzó ante la cámara sin equivocarse en lo más mínimo, pero olvidándose de que el cine es un medio totalmente distinto al teatro. Cuando terminó la parrafada el director soltó un sonoro "Corten" y acercándose al actor, según cuenta Wilder, le dijo:

“Ha sido estupendo, va a ser una gran estrella. Pero… en la gran parrafada, por favor, un poco menos. Ya sabe, en el teatro, estamos muy atrás, en plano general, y hay que entregarse. Pero en cine, si se intercala un primer plano, no puede haber tanto entusiasmo.” De forma que lo repite, menos enérgico. Y Cukor vuelve a decirle: “¡Fantástico! Totalmente maravilloso, ahora vamos a repetirlo, un poco menos.” Al cabo de diez o doce veces, en las que Cukor no deja de decirle: “Un poco menos”, Lemmon comenta: “Señor Cukor, por Dios, voy a acabar no actuando en absoluto”. Cukor replica: “Ahora nos vamos entendiendo.”

Supongo que cuando Jack Lemmon contaba esta anécdota, bien podía terminarla con aquella frase que en "Con faldas y a lo loco" le dedicó el enamorado Osgood, arriba en la foto junto a Lemmon en el papel de Daphne: "Nadie es perfecto"

Imagen: La fotografía es cortesía de la estupenda página Doctor Macro. Se enlaza la fuente original:
https://www.doctormacro.com/Images/Lemmon,%20Jack/Annex/NRFPT/Annex%20-%20Lemmon,%20Jack%20(Some%20Like%20it%20Hot)_NRFPT_01.jpg

viernes, 29 de mayo de 2020

Audrey Hepburn en 10 Citas


"Me pidieron que actuara cuando no sabía actuar. Me pidieron que cantara 'Funny Face' cuando no sabía cantar, y bailar con Fred Astaire cuando no sabía bailar, y hacer toda clase de cosas para las que no me había preparado. Así que como una loca me dispuse a enfrentarme a todo ello."

Una frase de Audrey Hepburn que casa muy bien con otra suya que decía: 

"Nada es imposible, la palabra mismo lo dice: Soy posible". (del inglés I'm Possible)

Otras frases suyas, para que no se note mucho que lo que deseábamos era traer esa foto de visita al blog:

"La belleza de una mujer no está en su figura, en la ropa que viste o en cómo se peina. La belleza de una mujer tiene que ser vista en sus ojos porque son la puerta de su alma, el lugar en donde habita el amor"

"Si obedeces todas las reglas te pierdes toda la diversión"

"Para tener ojos hermosos, mira lo bueno de los demás, para labios atractivos habla con palabras amables; para tener porte, camina sabiendo que nunca estarás sola"

"Si ese par de zapatos negros que tienes en el armario te hacen sonreír, valen más de lo que cuestan" 

"Al ir envejeciendo descubrirás que tienes dos manos; una, para salir adelante; la otra para ayudar a los demás"

"Puede conocer a una persona no tanto por lo que dice sobre si misma, sino a partir de lo que dice sobre los demás"

"La elegancia es la única belleza que nunca se marchita"

"Creo en el color rosa. Creo en que reír es lo mejor para quemar calorías. Creo en los besos. Creo en ser fuerte cuando todo parece ir mal. Creo en que las mujeres felices son las mas hermosas de todas. Creo en que mañana será otro día. Creo en los milagros"

Imagen: La fotografía es cortesía de la estupenda página Doctor Macro. Enlazamos la fuente original:
https://www.doctormacro.com/Images/Hepburn,%20Audrey/Annex/Annex%20-%20Hepburn,%20Audrey%20(Sabrina)_09.jpg

jueves, 28 de mayo de 2020

Microrrelato: "Campeonato Mundial de Pajaritas" (L. Britto)



Abierto oficialmente el campeonato mundial de pajaritas el señor Pereira se dirige al proscenio, toma una hoja de papel, la dobla, la vuelve a doblar, y de los pliegues surgen lentamente una montaña, y un arroyo, y un arco iris que desciende hasta que junto a él fulguran las nubes y finalmente las estrellas. Un gran aplauso resuena, el señor Pereira se inclina y baja lentamente a la sala.

Acto seguido se instala en el proscenio el señor Noguchi, quien toma en cada mano una hoja de papel, la mano izquierda dobla dobla, sale una paloma, sosteniendo el pico con los dedos anular y meñique y tirando de la cola con los dedos índice y medio las alas suben bajan suben bajan, la paloma vuela, entretanto la mano derecha dobla, dobla, sale un halcón, colocando el dedo índice en el buche y presionando con el pulgar en las patas, las poderosas alas suben bajan bajan suben, el halcón vuela, persigue a la paloma, la atrapa, cae al suelo, la devora.
Grandes y entusiásticos aplausos. 

Sube al proscenio el señor Iturriza, quien es calvo, viejo, tímido y usa unos lentencitos con montura de oro. En medio de un gran silencio el señor Iturriza se inclina ante el público, hace una contorsión, se vuelve de espaldas. La segunda contorsión la despliega, asume una forma extraña, y luego viene la tercera, la cuarta, la quinta contorsión, la apertura del pliegue longitudinal, y la vuelta del conjunto. La sexta y la séptima contorsiones son apenas visibles pero definitivas, la gente va a aplaudir pero no aplaude, en el proscenio el señor Iturriza deshace su último pliegue y se transforma en una límpida, solitaria, gran hoja cuadrada de papel blanco.

Este pequeño relato, titulado "El campeonato mundial de pajaritas" es obra Luis Britto García, escritor nacido en Caracas en 1940. Además de su labor como abogado, sociólogo y profesor en la Universidad de Venezuela ha desarrollado una interesante labor como escritor de novelas, cuentos y ensayos que le han valido importantes premios como el de "Casa de las Américas", el "Andrés Bello" de teatro o el "Nacional de Literatura" de Venezuela. Son destacables sus obras "Rajatabala", "Abrapalabra", "Pirata" o "Pare de sufrir".

El cuadro que ilustra la entrada tiene por título "Merrymakers" y es obra de Carolus-Duran (1837-1917) y se expone en el Instituto de Artes de Detroit.

Dedicado a Carlos HRios, un mago del papel.

Imagen: La fotografía esta tomada de los fondos de Wikimedia Commons donde figura etiquetada como Dominio Público (CC0). Se enlaza la fuente original:
https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Carolus-Duran_-_Merrymakers_(1870).jpg

miércoles, 27 de mayo de 2020

Billie Holiday y su "All of me"



Todo de mi ¿Por qué no te llevas todo de mi?
¿Acaso no ves que no sirvo de nada sin ti?

Llévate mis labios, quiero perderlos.
Llévate mis brazos, no los volveré a usar.

Tu despedida me dejo con los ojos llorosos.
¿Cómo puedo continuar, cariño, sin ti?

Te llevaste la parte que alguna vez fue mi corazón,
así que, por que no te llevas todo de mi.

Todo de mi ¿Por qué no te llevas todo de mi?
¿Acaso no ves que no sirvo de nada sin ti?

Llévate mis labios, quiero perderlos.
Llévate mis brazos, no los volveré a usar.

Tu despedida me dejó con los ojos llorosos
¿Cómo puedo continuar, cariño, sin ti?

Te llevaste lo mejor así que por qué no llevarse el resto,
Baby, llévate todo de mi.

La canción "All of me" fue compuesta por Gerald Marks y Seymour Simons en 1931 y desde el primer momento se convirtió en una canción mimada por los cantantes de jazz. En principio fueron Louis Armstrong y Mildred Bailey los que le dieron alas a este tema convirtiéndolo en todo un éxito, hasta que llegó Billie Holiday con su voz desgarrada a darle todo el sentido que su letra encerraba, haciéndola, como con otras tantas canciones, suya y de nadie más. 

La fotografía de Billie es sin duda una de las imágenes icónicas del Jazz. Fue tomada por William P. Gottlieb en el Club de Jazz "Downbeat" de Nueva York en 1947.



Imagen: La fotografía esta tomada de los fondos de Wikimedia Commons, donde figura etiquetada como Dominio Público (CC0). Se enlaza la fuente original:
https://commons.wikimedia.org/wiki/Category:Billie_Holiday#/media/File:Billie_Holiday_0001_original.jpg

martes, 26 de mayo de 2020

Borges, la ceguera y la ironía


"Poco a poco fui comprendiendo la extraña ironía de los hechos. Yo siempre me había imaginado el Paraíso bajo la especie de una biblioteca. Ahí estaba yo. Era, de algún modo, el centro de novecientos mil volúmenes en diversos idiomas. Comprobé que apenas podía descifrar las carátulas y los lomos. Entonces escribí el Poema de los dones":​

Nadie rebaje a lágrima o reproche
esta declaración de la maestría
de Dios, que con magnífica ironía
me dio a la vez los libros y la noche

Son palabras de Borges, que como ya ven sabía reírse de si mismo. El mismo decía: "Lo que más admiro en los demás es la ironía, la capacidad de verse desde lejos y no tomarse en serio"

En 1955 Borges, que ya había sido bibliotecario con anterioridad, fue nombrado Director de la Biblioteca Nacional de Argentina, puesto que ocupó durante 18 años. Estaba en su paraíso de papel, pero desde el primero de todos aquellos años en el edén, el escritor ya estaba prácticamente ciego. Su amor por los libros resultaba irrenunciable: "Si tuviera que señalar el hecho capital de mi vida, diría la biblioteca de mi padre. En realidad, creo no haber salido nunca de esa biblioteca. Es como si todavía la estuviera viendo". Por ello buscó la ayuda de Alberto Manguel,  un jovencito de 15 años que trabajaba durante el verano en una de las librerías a las que acudía con regularidad el escritor y que durante cuatro años le hizo de lector (como el de la película) y le ayudó a revisitar la obra de muchos escritores de cuentos antes de que Borges se lanzara a escribir esos fabulosos relatos que tanta fama le dieron. En sus recuerdos, Manguel que con el tiempo también se convertiría en escritor, decía de Borges:

"Borges tenía muy poca paciencia con la estupidez. Cuando algún escritor decía alguna tontería, su humor era absolutamente feroz y demolía con cuatro palabras la estupidez que fuera" "Podía ser generoso, pero una buena frase era más importante para él que un buen gesto."

Esta naturaleza sentenciosa de Borges y su afilado ingenio provocaron alguna que otra anécdota. Se cuenta que con ocasión de una huelga contra la dictadura argentina, Borges no quiso sumarse a la misma ni dejar de dar sus clases en la Universidad. Como su posición parecía firme y se negaba a abandonar la clase, uno de los estudiantes le dijo que iba a cortar la electricidad. Borges se limitó a responder:

"No me preocupa, he tomado la precaución de ser ciego"

En otra ocasión en la que lo entrevistaban en Roma, uno de los periodistas trato de buscarle las cosquillas al educado escritor y que este perdiera la compostura, regalándole con su salida de tono un titular. Con dicho propósito no cejó en su empeño de poner en aprietos a Borges, quien con mucha cintura lograba esquivar al periodista una y otra vez. El plumilla, desesperado pasó a la artillería pesada y le preguntó al escritor: 

- ¿En su país todavía hay caníbales?

- Ya no, - dijo Borges sin descomponer el gesto - nos los comimos a todos.

Nota: Del "Poema de los dones" solo aparece citado el comienzo.


Imagen: La fotografía (recortada), es obra de Grete Stern y está tomada de los fondos de Wikimedia Commons, donde figura como Dominio Público (CC0). Se enlaza la fuente original:
https://commons.wikimedia.org/wiki/Category:Jorge_Luis_Borges#/media/File:Jorge_Luis_Borges_1951,_by_Grete_Stern.jpg

lunes, 25 de mayo de 2020

Las anchas espaldas de Platón


"El cuerpo humano es el carruaje; el yo, el hombre que lo conduce; el pensamiento son las riendas; y los sentimientos, los caballos."

Son palabras del filosofo griego Platón, discípulo de Sócrates y profesor de Aristóteles. Curiosamente, "Platón" es tan solo un apodo. El filósofo se llamaba en realidad Aristocles, pero dada su afición al ejercicio siendo joven, su profesor de gimnasia le puso el apodo de "Platón" o lo que es lo mismo: "El de las anchas espaldas". En este momento es normal pensar en el hueso omóplato de la espalda, o al menos yo no lo pude evitar. Esta ligerísima anécdota nos sirve para traer de visita la fotografía de ese espectacular busto de época romana encontrado en Herculano y que durante mucho tiempo ha sido considerado una representación de Platón. Hoy en día hay discusión sobre el tema ya que también hay quien dice que en realidad sería una imagen de Dionisios, el dios del vino. Sea como fuere el busto sigue siendo una obra de arte sensacional. La obra se expone en el Museo Arqueológico Nacional de Nápoles.

Imagen: La fotografía, ligeramente recortada, es obra de Marie-Lan Nguyen, y esta tomada de los fondos de Wikimedia Commons donde figura con la licencia (CC BY 2.5). Se enlaza la fuente original:
https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Dionysos-Priapus_MAN_Napoli_Inv5618_n01.jpg

domingo, 24 de mayo de 2020

El Principito y el bebedor


"El planeta siguiente estaba habitado por un bebedor. Esta visita fue muy breve, pero sumió al principito en una gran melancolía.
–¿Qué haces ahí? –preguntó al bebedor, a quién encontró instalado en silencio ante una colección de botellas vacías y una colección de botellas llenas.
–Bebo–respondió el bebedor, con aire lúgubre.
–¿Por qué bebes? –le preguntó el principito.
–Para olvidar –respondió el bebedor.
–¿Para olvidar qué? –inquirió el principito, que ya le compadecía.
–Para olvidar que tengo vergüenza –confesó el bebedor bajando la cabeza.
–¿Vergüenza de qué? –inquirió el principito, que deseaba socorrerle.
–¡Vergüenza de beber! –terminó el bebedor, que se encerró definitivamente en el silencio.
Y el principito se alejó, perplejo.

"No hay la menor duda de que las personas mayores son muy extrañas", seguía diciéndose para sí el principito durante su viaje."

El fragmento pertenece a la obra "El principito" (1943) de Antoine de Saint-Exupéry y la imagen que hemos elegido para ilustrarla es una fotografía obra de Javier Rodriguez titulada "Botellas vacías". 


Imagen: La fotografía es obra de Javier Rodriguez y ha sido tomada sin modificaciones de su página de Flickr donde figura etiquetada con licencia (CC BY-SA 2.0). Se enlaza la fuente original: https://www.flickr.com/photos/galeriadechato/40484545781

sábado, 23 de mayo de 2020

España: Entre Jarcha y el "Duelo a garrotazos" de Goya


Harto ya de estar harto ya me cansé, como decía Serrat en su canción, de preguntarle al mundo porqué y porqué, pero no creo que me ayude la rosa de los vientos a desentrañar la razón por la que en este país nuestro, ni cuando vienen tan mal dadas seamos capaces de ir todos a una. Es una pena que el cuadro que mejor nos represente como País sea el "Duelo a garrotazos" de Goya, unos garrotazos que aun hoy campan a sus anchas en el día a día. Para cuando olvidaremos aquellos versos de Machado que sentenciaban; "Españolito que vienes al mundo te guarde Dios, una de las dos Españas ha de helarte el corazón", unos versos que ya deberían estar rancios y trasnochados, pero que siguen de plena actualidad. Tengo ganas de que toda esta sinrazón acabe de una vez y que no tenga que leer la letra de una canción como la de "Libertad sin ira" de Jarcha, que ya tiene casi 45 años y parezca que ha sido escrita casi para hoy. Y si no lean o escuchen parte de su letra: 

Dicen los viejos que en este país hubo una guerra,
Que hay dos Españas que guardan aún el rencor de viejas deudas.
Dicen los viejos que este país necesita palo largo y mano dura para evitar lo peor.
Pero yo solo he visto gente que sufre y calla, dolor y miedo,
Gente que solo desea su pan, su hembra y la fiesta en paz (...)

Dicen los viejos que hacemos lo que nos da la gana
Y no es posible que así pueda haber gobierno que gobierne nada.
Dicen los viejos que no se nos dé rienda suelta
Que todos aquí llevamos la violencia a flor de piel.
Pero yo solo he visto gente muy obediente, hasta en la cama
Gente que tan solo pide vivir su vida, sin más mentiras y en paz


Es ya tiempo de crecer. Ya se nos debieron de caer los dientes de leche como País. Crítica siempre, pero para construir, desde el respeto a todos los demás, ya sean Tirios o Troyanos, que en el cuadro los dos personajes tenían garrotes. A ver si remamos algún día todos hacia delante y esta barca de piedra que es España a lo mejor algún día deja de dar vueltas. Creo que por algunas cosas, somos el hazmereir del resto de Europa y no es de extrañar que nos miren con sorpresa por la ligereza con la que nos tomamos cosas muy importantes. Alguien nos debería de decir como País aquello de Serrat de "Eso no se dice, eso no se hace, eso no se toca"....


Pero yo solo he visto gente que sufre y calla, dolor y miedo,
gente que solo desea su pan, su hembra y la fiesta en paz.


Imagen: La fotografía está tomada de Wikimedia Commons donde figura etiquetada como Dominio Publico (CC0). Se enlaza la fuente original:
https://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:Duelo_a_garrotazos,_por_Goya.jpg

"It was a very good year" - Frank Sinatra



Cuando tenía diecisiete años fue un muy buen año.
Fue un muy buen año para chicas de pueblo y suaves noches de verano. 
Nos escondíamos de las luces en el parque del pueblo. Cuando tenía diecisiete

Cuando tenía veintiún años fue un muy buen año.
Fue un muy buen año para chicas de ciudad que vivían al subir las escaleras. 
Con todo ese cabello perfumado y suelto. Cuando tenía veintiuno

Cuando tenía treinta y cinco años fue un muy buen año.
Fue un muy buen año para las chicas de sangre azul e independientes
Andábamos en limusinas conducidas por sus chóferes. Cuando tenía treinta y cinco

Pero ahora los días se acortan. Estoy en el otoño del año.
Y ahora veo mi vida como un vino añejo de viejos y finos toneles.
Desde el borde hasta la base vertido dulce y claro. Fue un muy buen año

Esta maravillosa canción titulada "It was a very good year", que hiciera famosa Frank Sinatra en 1965 con su album "September of my years", fue cantada previamente por Bob Shane con el Kingston Trio. La pieza, compuesta en 1961, es obra de Ervin Drake, quien más que hacer un cuadro de distintas aventuras en distintas edades y como las sentía, resumía en su composición las fases por las que había pasado su noviazgo durante mas de veinte años con la que finalmente sería su esposa Edith Vincent Bermaine. En la voz de Frank Sinatra, mujeriego impenitente, toma otra dimensión y se convierte en una evocación parecida a aquellos cuadros y esculturas dedicadas a las tres edades. 

En el vídeo se puede ver la sesión de grabación de este tema, unas imágenes llenas de magia y poesía.


Imagen: La fotografía, ligeramente recortada, es cortesía de la estupenda página Doctor Macro. Se enlaza la fuente original:
https://www.doctormacro.com/Images/Sinatra,%20Frank/Annex/NRFPT/Annex%20-%20Sinatra,%20Frank_NRFPT_04.jpg

viernes, 22 de mayo de 2020

Gene Tierney: ¿Una diosa imperfecta?


Entre los críticos de cine, son mayoría los que incluyen a Gene Tierney, la inolvidable "Laura", entre las actrices más bellas del Hollywood dorado, a pesar de ello siempre hay quien saque faltas a la perfección, aun cuando solo sea por hacer negocio. Se cuenta que en cierta ocasión, esta bellísima actriz entro en un comercio de cosmética y solicitó consejo sobre unos productos de belleza. El dependiente tomó unos envases de los estantes y en el momento de entregárselos a la actriz le dijo: "Con esto mejorará usted enormemente". La Tierney, esa mujer por la que suspiraban tantos hombres solo acertó a contestarle: "Nunca me habían dicho más finamente una grosería".

Sirva esta ligera anécdota como excusa para traer de visita a nuestro blog la estupenda imagen de Gene Tierney en una fotografía promocional de la película "En la Costa Azul" (On the Riviera - 1951 - Walter Lang)

Imagen: La imagen es cortesía de la estupenda página de cine Doctor Macro. Se enlaza la fuente original:
https://www.doctormacro.com/Images/Tierney,%20Gene/Annex/Annex%20-%20Tierney,%20Gene%20(On%20the%20Riviera)_02.jpg

jueves, 21 de mayo de 2020

"Me gusta cuando callas" (XV) - Pablo Neruda


Me gustas cuando callas porque estás como ausente, 
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca. 
Parece que los ojos se te hubieran volado 
y parece que un beso te cerrara la boca. 

Como todas las cosas están llenas de mi alma 
emerges de las cosas, llena del alma mía. 
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma, 
y te pareces a la palabra melancolía. 

Me gustas cuando callas y estás como distante. 
Y estás como quejándote, mariposa en arrullo. 
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza: 
déjame que me calle con el silencio tuyo. 

Déjame que te hable también con tu silencio 
claro como una lámpara, simple como un anillo. 
Eres como la noche, callada y constelada. 
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo. 

Me gustas cuando callas porque estás como ausente. 
Distante y dolorosa como si hubieras muerto. 
Una palabra entonces, una sonrisa bastan. 
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.


No tenía aún veinte años el poeta chileno Pablo Neruda cuando escribió este poema y lo unió a varios más para crear una obra de la calidad de "Veinte poemas de amor y una canción desesperada" (1924), colección en la que figura con el título "Poema XV". En la fotografía podemos ver el busto de la Venus de Arles (Museo del Louvre).

Imagen: La fotografía, obra de Marie-Lan Nguyen está toma de Wikimedia Commons donde figura etiquetada (CC BY 2.5). Se enlaza la fuente original:

miércoles, 20 de mayo de 2020

Einstein y la relatividad de "el que dirán"



"Si tu intención es describir la verdad hazlo con sencillez y la elegancia déjasela al sastre"

Einstein ya dejaba claro con esas palabras que tenía un concepto bastante utilitarista de la elegancia. Es bien sabido que no se llevaba nada bien con el peine, tanto que siempre parecía que acababa de meter los dedos en un enchufe. No usaba calcetines, ni siquiera cuando lo invitó Roosevelt a la Casa Blanca y lo justificaba a su manera: “Cuando era joven descubrí que el dedo gordo siempre acaba haciendo un agujero en el calcetín. Así que dejé de ponerme calcetines”.  

No solía dar mucha importancia a la ropa que usaba para vestir, de hecho son numerosas las fotografías en las que aparece con un simple jersey, una prenda muy común hoy en día, pero no tanto en su época. En los años 30 tuvo el atrevimiento de comprar una chaqueta Levi's de piel cossack, que eso si, utilizó posteriormente durante muchos años. Dicen que cuando la prenda se subastó en 2016, aun estando completamente arrugada y deteriorada por el desgaste del uso, se pagó por ella la friolera de 146.000 dólares, y curiosamente, a pesar de que Einstein había muerto 50 años antes, la cazadora todavía olía intensamente al tabaco al que era tan aficionado el genio. Para él las prendas no tenían fecha de caducidad. Se cuenta que un día que paseaba por las calles de Berlín se encontró con un amigo que al verlo vestido con un viejo abrigo de aspecto ya algo raído le dijo:

- ¿No crees que debes hacerte otro abrigo?

-¿Para qué? - le contestó Einstein- Aquí todo el mundo sabe quién soy.

Pasaron los años y este mismo amigo volvió a encontrarse con Einstein, pero esta vez en una calle de Nueva York. Como quiera que el afamado físico llevaba todavía el sufrido abrigo, su amigo le dijo:

- ¡Hombre! ¿Todavía llevas el abrigo de Berlín? Debes hacerte otro.

-¿Para qué? -le contestó nuevamente Einstein - Aquí nadie me conoce.

Todo es relativo. Quién sabe si el abrigo que muestra en la foto de cabecera es el protagonista de la anécdota, pero una vez sabemos lo cómodo que se sentía con él no nos extrañaría.

Imagen: La fotografía esta tomada de los fondos de Wikimedia Commons donde figura etiquetada como Dominio Público (CC0). Se enlaza la fuente original: 

martes, 19 de mayo de 2020

Franz Kafka y los libros


"En general, creo que sólo debemos leer libros que nos muerdan y nos arañen. Si el libro que estamos leyendo no nos despierta como un puñetazo en el cráneo, ¿para qué molestarnos en leerlo? ¿Para que nos haga felices, como dices? Cielo santo, ¡seríamos igualmente felices si no tuviéramos ningún libro! Los libros que nos hacen felices podríamos escribirlos nosotros mismos si no nos quedara otro remedio. Lo que necesitamos son libros que nos golpeen como una desgracia dolorosa, como la muerte de alguien a quien queríamos más que a nosotros mismos, libros que nos hagan sentirnos desterrados a las junglas más remotas, lejos de toda presencia humana, algo semejante al suicidio. Un libro debe ser el hacha que quiebre el mar helado dentro de nosotros. Eso es lo que creo"

Estas palabras de Franz Kafka pertenecen a una carta escrita en 1904, cuando el escritor tenía tan solo 21 años, a  Oskar Pollack, un historiador de arte checo que fue compañero de clase del escritor en el Altstädter Deutsches Gymnasium (Instituto de Enseñanza Media Imperial Real) de Praga, donde cursó sus estudios secundarios entre los 10 y 18 años.

Imagen: La fotografía está tomada de los fondos de Wikimedia Commons donde figura etiquetada como Dominio Público (CC0). Se enlaza la fuente original:
https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/archive/b/b4/20190703043627%21Kafka.jpg

lunes, 18 de mayo de 2020

Gregory Peck: Un reflejo de Atticus Finch



“Se dice que los personajes malos son más interesantes para representar pero hay algo más que eso. Representar a los personajes buenos es un reto más complicado porque es más difícil hacerlos interesantes”

Son palabras de Gregory Peck, actor que logró con su papel de Atticus Finch en la película "Matar un ruiseñor" (1962 - Robert Mulligan) convertirse en "el mejor padre del mundo", recordado por muchos como modelo de rectitud y justicia a la par que humanidad. Gregory Peck era un actor que en su vida privada guardaba ciertas similitudes con el protagonista de esa icónica película. 

En un lugar como Hollywood, donde los escándalos abundan más de lo deseable, Peck resultaba una singularidad. Humilde y honesto, era respetado por todos por su serenidad e integridad y por si fuera poco se implicaba de forma directa y sincera en muchas causas humanitarias. Harper Lee la autora del libro "Como matar a un ruiseñor" dijo en el funeral de Gregory Peck que el actor, poniéndose en la piel del abogado Atticus Finch, en realidad tuvo la oportunidad de interpretarse a sí mismo. Sobre ese papel, la cima de su carrera, decía el propio Peck:

“Puse todo lo que tenía en ello. Todos mis sentidos y todo lo que había aprendido en 46 años de vida, sobre la vida en familia y sobre padres e hijos. Y mis sentimientos sobre la justicia racial y sobre la desigualdad.”

No me extraña que sea él y no otro el protagonista de otro film icónico sobre cómo deben ser las personas: "Horizontes de grandeza", en el que su personaje se negaba a tener que demostrar ante todos continuamente que no era un cobarde.

Y a pesar de atesorar películas maravillosas, cuando salía de la pantalla, se convertía en un ser humilde que huía de envanecerse de sus logros. Se cuenta que en cierta ocasión llegó con un amigo a un restaurante que se encontraba totalmente lleno y sin mesas libres. No quedaba si no esperar turno o marcharse. Su amigo le sugirió que dijera quien era y que de inmediato le conseguirían una mesa. El ya ganador de un Oscar por "Matar un ruiseñor" le contestó: 

"Si tienes que decirles quién eres, no eres nadie"

Imagen: La fotografía es cortesía de la estupenda página "Doctor Macro". Se enlaza la fuente original:
https://www.doctormacro.com/Images/Peck,%20Gregory/Annex/NRFPT/Annex%20-%20Peck,%20Gregory%20(To%20Kill%20a%20Mockingbird)_NRFPT_03.jpg

domingo, 17 de mayo de 2020

La felicidad de Aldous Huxley en "Un mundo feliz"


“La felicidad real siempre aparece escuálida por comparación con las compensaciones que ofrece la desdicha. Y, naturalmente, la estabilidad no es, ni con mucho, tan espectacular como la inestabilidad. Y estar satisfecho de todo no posee el hechizo de una buena lucha contra la desventura, ni el pintoresquismo del combate contra la tentación o contra una pasión fatal o una duda. La felicidad nunca tiene grandeza.”

El fragmento es de "Un mundo feliz", una novela distópica de Aldous Huxley, cuyo mundo a veces se parece demasiado al nuestro. Para ilustrar el texto hemos recurrido a una fotografía de actriz Lillian Gish, una de las primeras estrellas del cine mudo a la que no era difícil verla con gestos de mujer atribulada, vulnerable y triste.

Imagen: La fotografía es cortesía de la sensacional página Doctor Macro. Enlazamos la fuente original:
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sábado, 16 de mayo de 2020

Los desnudos de Marilyn y la radio


En el número de diciembre de 1953 de la revista Playboy aparecía Marilyn Monroe desnuda sobre una sábana de terciopelo rojo. Como era de esperar aquellas eróticas fotos de la actriz provocaron un escándalo ciertamente considerable. La sesión de fotografías, tomadas por Tom Kelly, pertenece ya a la mitología creada alrededor de la actriz y ha sido posteriormente imitada hasta la saciedad por otras actrices, siempre meras aspirantes a brillar como ella. En pleno revuelo le preguntaron a Marilyn si era verdad que había posado totalmente desnuda en aquella sesión. La tentación rubia lo negó tajantemente:

"No es cierto que no llevara nada puesto en aquella habitación; tenía puesta la radio"

Imagen: La fotografía es cortesía de la estupenda página Doctor Macro. Se enlaza la fuente original:

viernes, 15 de mayo de 2020

Oscar Wilde y la fealdad


“La belleza y la fealdad son un espejismo porque los demás terminan viendo nuestro interior.”

Son palabras de Oscar Wilde, de quien las anécdotas son numerosísimas. En cierta ocasión en la que el escritor se encontraba en París en compañía del también literato Frank Harris, este último hizo de intermediario para que se produjera un encuentro con la periodista Marie-Anne Boved a fin de realizarle una entrevista. Oscar Wilde, que aceptó verse con ella, no había sido avisado por su amigo de que aquella señorita era de una fealdad ciertamente llamativa. Cuando llegó el momento en que el escritor y la periodista se vieron cara a cara, Wilde se quedó hasta cierto punto sorprendido, y como de algún modo, aunque fuera sutil, dejó traslucir su inquietud, la periodista le dijo:

¿Verdad señor Wilde, que soy la mujer más fea de Francia?

A lo que nuestro protagonista, después de hacerle una reverencia de cortesía, no pudo evitar responderle ceremoniosamente:

"Señora, no solo eso, es usted la más humilde, pues no sólo es la más fea de Francia, sino de todo el mundo"

Supongo que tras comenzar la charla, el espejismo al que aludía en su frase se desvanecería y Oscar Wilder se daría cuenta del valor Marie-Anne.

Imagen: La fotografía está tomada de los fondos de Wikimedia Commons donde se encuentra etiquetada como Dominio Público (CC0). Se enlaza la fuente original:

jueves, 14 de mayo de 2020

Judy Garland: Crónica de una muerte anunciada


Judy Garland debutó en el teatro con tan sólo 30 meses y con 7 años ya había aparecido en una película en la que hacía de ella misma. En unos tiempos como aquellos en que las estrellas infantiles eran muy apreciadas, no tardó mucho en ser fichada por el todopoderoso estudio Metro Goldwyn Mayer. Los primeros años de contrato fueron realmente vertiginosos por no decir infernales. Todos los años hacía como mínimo un par de películas y no fueron pocos los que llegó a aparecer hasta en tres. Su emparejamiento con Mickey Rooney convirtió al dueto en las máximas estrellas juveniles de la época, todo un filón que había de ser explotado concienzudamente por la "Industria del Cine" que no dudó lo más mínimo en repetir la fórmula hasta la saciedad (y antes de que crecieran demasiado), tanto es así que Judy Garland y Mickey Rooney llegaron a realizar 9 películas juntos en un periodo realmente corto de tiempo. Para que sus productivas estrellas pudieran soportar tan frenético ritmo de trabajo el Estudio no dudaba en tomar, activamente, cartas en el asunto. Lo cuenta la propia Judy Garland:

"Nos hacían trabajar de día y de noche. Nos administraban pastillas estimulantes para que nos sostuviéramos en pie mucho después de encontrarnos extenuados. Luego nos llevaban al hospital del estudio y nos ponían fuera de combate con pastillas para dormir. Mickey derrumbado en una cama y yo en otra. Luego al cabo de cuatro horas, nos despertaban y volvían a administrarnos pastillas estimulantes a fin de que pudiéramos trabajar otras 72 horas seguidas. La mitad del tiempo parecía que estuviéramos en las nubes, pero el sistema se convirtió en nuestra forma de vida"

Y no era este su único problema en los estudios, como diría Charles Walters, director de varías de sus primeras películas:

"Judy acudía al colegio con actrices como Ava Gardner, Lana Turner, Elizabeth Taylor, que eran realmente bellas. Ella era una gran máquina de hacer dinero en ese tiempo, una mujercita muy exitosa, pero era el "patito feo" del estudio. Esto, creo, afectó muchísimo sus sentimientos"

Judy Garland murió con tan sólo 47 años. Nunca pudo superar las adicciones a las que le sometieron los estudios ni los problemas psicológicos que sin duda agravaron el maltrato recibido de sus compañeras.

La Garland era tan buena, o quizás mejor, como cantante que como actriz, por lo que intentando evitar los archiconocidos temas de "El mago de Oz", os la dejo interpretando "Cantando bajo la lluvia" (Little Nellie Kelly - 1940) , 12 años antes de que lo hiciera Gene Kelly en la película del mismo título:


Imagen: La fotografía es cortesía de la estupenda página Doctor Macro. Enlazamos la fuente original:
https://www.doctormacro.com/Images/Garland,%20Judy/Annex/Annex%20-%20Garland,%20Judy_13.jpg

miércoles, 13 de mayo de 2020

Groucho Marx Vs Greta Garbo


El primer encuentro entre Groucho Marx y Greta Garbo fue ciertamente singular. Así nos contaba Groucho la impresión que sacó de ella:

"Estaba un día en el ascensor del edificio Thalberg, cuando entró también Greta Garbo. La actriz se hallaba entonces en la cumbre de su carrera, aclamada por todo el mundo como la mayor estrella cinematográfica del momento.

     La señorita Garbo llevaba un sombrero de un tamaño aproximadamente igual al de una enorme tapa de alcantarilla. El resto de su cuerpo iba embutido en una americana y en unos pantalones de tipo masculino. Yo estaba de pie detrás de ella y, estando de buen humor, levanté con gentileza el ala posterior de su sombrero.
    Pensando retrospectivamente en aquel incidente, me es posible observar que el resultado de levantar el ala posterior del sombrero de una mujer resulta inevitable: la parte delantera del sombrero se desliza sobre su rostro. En aquella época, sin embargo, no había investigado perfectamente este problema de física.
    La señorita Garbo se volvió hacia mí llena de rabia, al tiempo que levantaba indignada el sombrero y mostraba las facciones clásicas que todavía hoy son admiradas por millones de personas.
—¿Cómo se atreve usted? —exclamó en tono gélido.
—¡Oh! Le pido perdón —repliqué—. Pensaba que era un sujeto que conocí en Kansas City.
No hubo ningún otro intercambio de palabras. Sin embargo, resulta algo bastante obvio para cualquier aficionado al cine que ésta es la auténtica explicación de por qué Greta Garbo nunca apareció en ninguna de las películas realizadas por los hermanos Marx."

La Garbo siempre tuvo fama de ser una mujer tan bella como seria. Creo que Groucho, que todavía la mira desde abajo del sombrero, intentando comprender, nunca terminó de creerse aquella frase publicitaria de "Ninotchka" que decía: "La Garbo ríe". Puede que en la película actuara convincentemente y esbozara una mueca parecida a una sonrisa, pero en la vida real... si no lo consiguió Groucho, que hombre podría. 

A pesar de ello, ¡qué bien se reía la Garbo en "Ninotchka"!

Imagen: La imagen es cortesía de la sensacional página Doctor Macro. Se enlaza la fuente original:
https://www.doctormacro.com/Images/Garbo,%20Greta/Garbo,%20Greta%20(Mata%20Hari)_01C.jpg

martes, 12 de mayo de 2020

El día que "Highway to Hell" de AC/DC ganó una guerra


El Canal de Panamá es un paso fundamental en el comercio marítimo y la inestabilidad política a finales de los 80 en el país afectaba a su libre funcionamiento y control. El líder panameño, Manuel Antonio Noriega, antiguo colaborador de Estados Unidos, ahora se había vuelto un gran problema para ellos. La guerra se declaró entre ambos países y el 20 de diciembre de 1989, Estados Unidos decidió enviar a sus paracaidistas de la 82ª División aerotransportada a hacer turismo invadiendo un país, con el objetivo de capturar al díscolo Noriega y estabilizar la estratégica zona. 

No hubo problemas para las fuerzas americanas salvo que Noriega se les refugió en la Nunciatura Apostólica del Vaticano en Panamá. ¡Con la Iglesia hemos topado! debieron decirse los militares; no era plan de pegarle cuatro bombazos ni de entrar por la fuerza en la embajada del Vaticano para sacar a Noriega. Alguien muy rockero se tuvo que poner a pensar y decidieron usar otras armas más sutiles. Colocaron varios vehículos humvee con grandes altavoces alrededor de la embajada y empezaron a poner a un volumen ensordecedor "Highway to Hell" de AC/DC, una y otra vez. No había descanso para los oídos de Noriega, un gran amante de la Opera, que con aquella música sentía que el cerebro le iba a explotar tal y como les ocurría a los marcianos de "Mars Attack" con aquella otra melodía. 

Hay quien dice que también se usaron otros temas de Guns N' Roses, Van Halen o The Clash, pero las mayores referencias se hacen al "Highway to hell" de AC/DC. El caso es que, después de tres días de concierto desaforado e ininterrumpido, Noriega se rindió y se entregó. No cabe duda de que, durante esos días, el fabuloso tema de AC/DC fue un arma de tortura psicológica en toda regla. Me imagino a Noriega saliendo de la embajada tarareando el final del canción: "And I'm going down, all the way down, I'm on the highway to hell" (Y voy bajando, todo el camino hacia abajo, estoy en la autopista al infierno).

En la fotografía podemos ver al gran Angus Young, el mítico guitarrista de la banda AC/DC, en un concierto de 1982.

Imagen: La fotografía, obra de Harry (Howard) Potts, esta tomada de los fondos de Wikimedia Commons, donde figura etiquetada como (CC BY 2.0). Se enlaza la fuente original:

lunes, 11 de mayo de 2020

Emily Dickinson y los silenciosos


Temo a la persona de pocas palabras.
Temo a la persona silenciosa.
Al sermoneador, lo puedo aguantar;
al charlatán, lo puedo entretener.

Pero con quien cavila
mientras el resto no deja de parlotear,
con esta persona soy cautelosa.
Temo que sea una gran persona.

El poema "543" es obra de la estadounidense Emily Dickinson, una poetisa fundamental en la historia de la literatura y que como tantos otros genios no llegó a obtener el reconocimiento en vida que merecía su obra. De sus cerca de 1800 poemas solo se publicaron en vida de la escritora unos doce, principalmente por la obstinada negativa de la escritora a que  fueran difundidos. Era una mujer ciertamente tímida en el trato social directo. Solía vestir siempre de blanco y sus relaciones de amistad se basaban en el intercambio de cartas. En los últimos 15 años de su vida nadie la vio pasear las calles de su ciudad, llegando en los tres años previos a su muerte, a quedarse totalmente recluida en su habitación dedicada por completo a la escritura. Sus poemas aparecían principalmente en las cartas que escribía a sus amistades, pero a su muerte aparecieron en su cuarto cuatro amplios volúmenes con más de 800 poemas nunca vistos por nadie. Cuando se hizo el daguerrotipo de la imagen solo tenía dieciséis años. Murió con cincuenta y cinco. En cierta ocasión escribió en una de sus cartas:

"Mi vida ha sido demasiado sencilla y austera como para molestar a nadie"

Imagen: La fotografía, recortada, esta tomada de los fondos de Wikimedia Commons donde figura etiquetada como Dominio Público (CC0). Se enlaza la fuente original: 

domingo, 10 de mayo de 2020

Frank Sinatra y la nariz de Ava Gardner


Nadie duda acerca del glamour que destilaban como pareja Ava Gardner y Frank Sinatra, dos fuerzas que se atraían con la misma intensidad con la que se repelían. Sus momentos de armonía debían de ser esplendorosos, pero sin duda los momentos de desencuentro habían de ser soberanamente difíciles, máxime con una mujer como Ava que se ufanaba de tener una forma de hablar capaz de intimidar a un camionero.

No duró mucho el matrimonio de estas dos estrellas del cine, se podría decir que su fin estaba “cantado”. Por mucho que “la voz” corriera tras Ava intentando retenerla, ella, ingobernable, siempre era capaz de quitarse los zapatos y caminar descalza una vez más en busca de aventura. Un punto de inflexión claro en su matrimonio fue cuando después de una gran borrachera se subieron a un descapotable desde el que iban disparando a las farolas mientras circulaban, la diversión era total, hasta que una de las balas rozó el estómago de un transeúnte. El asunto se arregló extrajudicialmente, mediante un acuerdo económico para que el herido no presentara ningún tipo de denuncia, pero la discusión en la que desembocó, consciente Ava de que habían estado a punto de matar a un hombre, fue determinante para su separación. 

La adoración que Sinatra sentía por la Gardner era manifiesta, incluso el director Joseph L. Mankiewicz, nada más terminar el rodaje de “La condesa descalza” en 1954, le regaló a Frankie la escultura que se hizo de Ava para la película, sabedor de que sería él quien más cariño le tendría a aquella réplica exacta de su esposa. Ni que decir tiene que Sinatra la colocó en el patio trasero de su vivienda, lugar al que no pocas veces encaminaba sus pasos, como si de un santuario se tratase,  una vez que su separación de la actriz fue ya un hecho. No era la única presencia de Ava en el día a día de Sinatra, muy al contrario Frankie tenía toda la casa repleta de fotografías de la Gardner, incapaz de romper amarras con sus recuerdos y sus sentimientos. En definitiva, se encontraba preso de una mujer que si que era capaz de vivir sin él.

Se cuenta que en cierta ocasión en la que Sinatra tenía montada una timba de cartas en su casa, sus amigos tras un rato de ausencia de este, lo encontraron llorando ante su retrato favorito de Ava mientras le dedicaba un brindis. Prudentemente sus amigos lo dejaron solo, pero no tardó en escucharse golpes en la estancia y volvieron preocupados, viendo como en un arrebato pasional había roto la fotografía en mil pedazos, y gritaba “¡No quiero volver a verla nunca más!” “¡Dejadme solo!”. 

Pero en el mundo de las pasiones nada es lo que parece y Frank Sinatra al igual que el movimiento de un péndulo, era capaz de pasar de un extremo al otro sin solución de continuidad. No tardaron sus amigos en encontrarlo intentando febrilmente recomponer aquel retrato que sin duda tanto representaba para él. Extremó el cuidado para intentar casar unas partes con otras hasta que el rostro de Ava fue tomando forma, pero faltaba su nariz, le faltaba un trozo que no era capaz de encontrar y que le hacía revolver toda la habitación de forma desesperada buscándolo. 

Sus amigos se pusieron todos a gatas para encontrar aquel pequeño trozo de fotografía pero tampoco lograban dar con el. Encontrándose ya Sinatra totalmente desquiciado, se abrió la puerta de la estancia y entró el chico de los recados y con él una corriente de aire que de forma mágica hizo aparecer “la nariz” de Ava. Inmensamente feliz, Frank Sinatra se quitó su reloj de oro de la muñeca y rebosante de gratitud se lo regaló al chico. No hay duda que Sinatra, tal como decía en la canción solo era un tonto enamorado.


Imagen: La fotografía es cortesía de la soberbia página Doctor Macro. Se enlaza la fuente original:
https://www.doctormacro.com/Images/Gardner,%20Ava/Annex/Annex%20-%20Gardner,%20Ava_36.jpg

sábado, 9 de mayo de 2020

Romancillo de mayo - Miguel Hernández y Serrat



Por fin trajo el verde Mayo
correhuelas y albahacas
a la entrada de la aldea
y al umbral de las ventanas.

Al verlo venir se han puesto
cintas de amor las guitarras,
celos de amor las clavijas,
las cuerdas lazos de rabia,
y relinchan impacientes
por salir de serenata.

En los templados establos
donde el amor huele a paja,
a honrado estiércol y a leche,
hay un estruendo de vacas
que se enamoran a solas
y a solas rumian y braman.
La cabra cambia de pelo,
cambia la oveja de lana,
cambia de color el lobo
y de raíces la grama.

Son otras las intenciones
y son otras las palabras
en la frente y en la lengua
de la juventud temprana.

Van los asnos suspirando
reciamente por las asnas.
Con luna y aves, las noches
son vidrio de puro claras;
las tardes, de puro verdes,
de puro azul, esmeraldas;
plata pura, las auroras
parecen de puro blancas
y las mañanas son miel
de puro y puro doradas.

Campea Mayo amoroso;
que el amor ronda majadas,
ronda establos y pastores,
ronda puertas, ronda camas,
ronda mozas en el baile
y en el aire ronda faldas.


El "Romancillo de mayo" es un poema del gran Miguel Hernández al que posteriormente le puso música Joan Manuel Serrat en aquel mítico disco que dedicó a la poesía del poeta de Orihuela:


Imagen: La fotografía está tomada de los fondos de Wikimedia Commons donde figura etiquetada como Dominio Público (CC0). Se enlaza la fuente original:
https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Miguel_hernandez.jpg

viernes, 8 de mayo de 2020

Brigitte Bardot y la higiene


Antes de que las últimas películas de Star Wars nos presentaran al robotito BB 8 esas dos letras seguidas "BB" eran tan inconfundibles como las "MM" de Marilyn Monroe, eran el sello de identidad de Brigitte Bardot, una actriz que dinamitó el mundo del cine en 1956 con "Y Dios,,,, creo a la mujer", una de las películas que rodó con Roger Vadim, su primer marido. Nuestra BB 1 solo tenía 22 años y en aquella película nos dejó un icónico baile que quedó para el recuerdo y que la convirtió de la noche a la mañana en un mito sexual, al más puro estilo de Selma Hayek en "Abierto hasta el amanecer". 

No resulta extraño que recibiera encendidos elogios a su belleza y también afiladas críticas por su desparpajo y una sensualidad demasiado explicita para la época. Evidentemente muchas de las críticas provenían de mujeres que se suponían mucho más decentes que ella, como aquella dama de la alta sociedad parisina que en cierta ocasión y con la debida afectación y desdén le hizo saber a la estupenda Lady Brigitte su desencanto con sus películas, las cuales a su parecer eran demasiado sucias y licenciosas. La Bardot, que debía de tener más salidas que una plaza de toros, le respondió rápidamente:

"Señora, es posible que mis películas sean atrevidas, pero desde luego nunca son sucias, ya que en muchas de ellas me baño desnuda hasta tres veces"

Sirva esta ligera anécdota de excusa para traer de visita por el blog a Lady BB.

Imagen: La fotografía es cortesía de la estupenda página Doctor Macro. Se enlaza la fuente original:
https://www.doctormacro.com/Images/Bardot,%20Brigitte/Annex/Annex%20-%20Bardot,%20Brigitte_15.jpg

jueves, 7 de mayo de 2020

El gran pecado de Leonardo da Vinci


Leonardo da Vinci pasó sus últimos años en la Corte del Rey Francisco I  de Francia, en quien encontró un admirado mecenas. En sus últimos momentos, tras meses de enfermedad, sintió un claro empeoramiento de su salud que le llevó a redactar su testamento y llegado el momento en el que se sentía languidecer pidió a su asistente, posiblemente Francesco Melzi, los servicios de un confesor, quien no sabiendo cómo reconfortarle en aquellos difíciles momentos le dijo:

"Pero maestro, ¿para qué necesitáis confesión...?"

A lo que Leonardo contestó, con las que se conocen como sus últimas palabras:

"Porque he ofendido a Dios y a los hombres con un trabajo que no ha tenido la calidad que debiera haber tenido"

El grabado con la imagen del gran Leonardo es obra de Raphael Morhen.


Imagen: La fotografía ha sido tomada de la página del Museo Thorvaldsen donde figura etiquetada como Dominio Público (CC0). Se enlaza a fuente:
https://www.thorvaldsensmuseum.dk/en/collections/work/E847/zoom

miércoles, 6 de mayo de 2020

Murakami y el atractivo del sexo opuesto


"Lo que me atraía no era la belleza externa cuantificable e impersonal, sino algo más absoluto que se hallaba en el interior. De la misma manera que hay quien ama secretamente los diluvios, los terremotos y los apagones, yo prefería ese algo recóndito que alguien del sexo opuesto emitía hacia mí. A ese algo voy a llamarlo aquí "magnetismo". Una fuerza que te atrae y te absorbe, te guste o no te guste, quieras o no"

El fragmento pertenece al libro "Al sur de la frontera, al oeste del sol", obra de Haruki Murakami. En la foto aparece la cantante, modelo y actriz Georgia Carroll una de las chicas de las famosas revistas musicales conocidas como Ziegfeld Follies y después cantante de la Big Band de Kay Kyser 

Imagen: La foto es cortesía de la magnifica página Doctor Macro. Se enlaza fuente original: