jueves, 30 de diciembre de 2021

Una mirada distinta de "La muerte de Marat" (Jacques-Louis David)

 

"El divino Marat, con un brazo colgando fuera de la bañera, del que pende sin fuerzas su última pluma, traspasado el pecho por la herida sacrílega, el divino Marat acaba de rendir el último suspiro. Sobre el verde pupitre que frente a él se extiende, todavía está en su mano la pérfida misiva. (…) El agua de la bañera está enrojecida por la sangre, y el papel ensangrentado; yace en el suelo un gran cuchillo de cocina embebido de sangre (...) Lo más asombroso de este insólito poema es que está pintado con extrema rapidez, cosa que, teniendo en cuenta la belleza del dibujo, es motivo sobrado de estupor. Es el pan de los fuertes, y el triunfo del espiritualismo; este cuadro, cruel como la naturaleza, tiene todo el perfume del ideal. ¿Cuál era esa fealdad que tan rauda ha borrado la Muerte con la punta de un ala? En adelante, Marat podrá desafiar a Apolo; la Muerte viene a darle un beso con sus enamorados labios, y ahora Marat descansa en la calma de su metamorfosis. Tiene esta obra algo de tierno, a la par que de conmovedor; en el aire frío de esta estancia, sobre estos fríos muros, en torno a esta fría y fúnebre bañera, revolotea un alma"

Son palabras de Charles Baudelaire recogidas en "El museo clásico del Bazar Bonne-Nouvelle" (1846) sobre la obra "La muerte de Marat" (1793), y no seré yo el que intente superarlas para describir el cuadro. Puntualizar que el pintor, Jacques-Louis David era íntimo amigo de Marat y que resulta evidente que idealizó la imagen del asesinato de este a manos de Charlotte Corday haciendo de su figura todo un mártir, siendo tal su logro que la obra es conocida por algunos como "La piedad de la Revolución"

De los motivos que movieron a Charlotte Corday a cometer su acción (siempre inexcusable) no se suele hablar, aunque son detalles que facilitan una mirada distinta sobre el cuadro y restan algo de la pretendida beatitud otorgada al retratado. Marat sufría graves problemas de piel, según algunos debido a una grave dermatitis y según otros a una grave infección que cogió mientras hubo de esconderse en las cloacas de Paris, al correr su vida peligro por su carácter combativo contra los más poderosos en los primeros compases de la Revolución. Los intensos picores que esta enfermedad le producían intentaba calmarlos con un turbante alrededor de su cabeza empapado en vinagre y tomando largos baños de agua durante los cuales solía ocuparse, ayudándose de un escritorio improvisado a su lado, de sus quehaceres políticos y de sus publicaciones en el periódico "El amigo del pueblo". Marat, muy cercano a la facción jacobina a la que pertenecía Robespierre durante la tenebrosa época revolucionaria conocida como el Terror, empleaba parte de ese tiempo dedicado al reparador baño a escribir sus listas con los nombres de las personas que debían ser ejecutadas por crímenes de Estado, de hecho, Charlotte Corday logró acceder al mismo lugar donde tomaba su baño Marat con la treta de presentarle una supuesta lista de girondinos (facción revolucionaria más moderada que los jacobinos y a la que pertenecía la propia Corday), que deberían ser ejecutados como enemigos de Francia. Tras dictarle los nombres que Marat escribió diligentemente, le dijo (según la crónica de Lamartine): "¡Está bien!" dicho con el tono de un hombre seguro de su venganza, "¡en menos de ocho días irán todos a la guillotina!", momento tras el cual, reafirmada en su propósito, Charlotte sacó un puñal que llevaba escondido entre sus ropas y lo hundió en el cuerpo de la persona que por ella era percibida como una "bestia". "He matado un hombre por salvar cien mil" alegó en su juicio. Cuatro días después fue ajusticiada en la guillotina y cuando su cabeza cayó en el cesto el verdugo la cogió de los pelos y delante de todos la abofeteó. Charlotte, en unas últimas palabras escritas a su padre se despedía así:

"Perdonadme, querido papá, decía, de haber dispuesto de mi existencia sin vuestro permiso; he vengado muchas víctimas inocentes e impedido otros desastres. El pueblo, algún día desengañado, se regocijará de verse libre de un tirano... No olvidéis estos versos de Corneille: La deshonra está en el crimen y no en el cadalso". Mañana a las ocho deben juzgarme". 

David supo imprimir a su obra una atmosfera un tanto tenebrista, llena de dolor y contención, pero puede que por que su arte estuviera más en los pinceles que en la oratoria o por la gran amistad que le unía al fallecido, cuando presentó el cuadro ante la Asamblea que se lo había encargado lo hizo con estas grandilocuentes palabras:

"¡Acudid todos! Madres, viudas, huérfanos, soldados oprimidos… ¡Acercaos, todos aquellos a quienes defendió poniendo en riesgo su vida! Y contemplad a vuestro amigo. El que velaba ya no existe. Su pluma, terror de los traidores… su pluma se le escapa de las manos. ¡Oh, desesperanza! ¡Vuestro infatigable amigo ha muerto! Ha muerto siendo amigo vuestro, dándoos su postrero pedazo de pan; ha muerto sin tener bastante ni para su entierro. Tú, posteridad, lo vengarás; les dirás a nuestros nietos de cuántas riquezas podría haber sido dueño si no hubiese preferido la virtud a la fortuna"

La obra, que actualmente se expone en los Museos Reales de Bellas Artes de Bélgica (Bruselas) fue admirada y reproducida mientras que vivió Robespierre, pero tal y como este fue guillotinado la obra cayó en desgracia e incluso David fue perseguido por sus cercanías al ala jacobina. Por suerte para el artista Napoleón estaba a la vuelta de la esquina, deseoso de un gran pintor que lo inmortalizara y con él, David volvería a tener un papel protagonista, pero aun así su óleo de la muerte de Marat seguiría siendo una obra maldita imposible de vender hasta que en 1846 Charles Baudelaire reivindicó el cuadro con sus palabras, parte de las cuales se recogen al inicio de esta entrada. La familia de David terminó donando el cuadro a la ciudad de Bruselas en 1886, ciudad a la que tuvo que exiliarse el pintor tras la muerte de Napoleón.


Algunas citas de Marat:

"Para triunfar solo se necesitan tres cosas: audacia, audacia y más audacia"

"No, la libertad no está hecha para nosotros: somos demasiado ignorantes, demasiado vanidosos, demasiado presuntuosos, demasiado cobardes, demasiado viles, demasiado corruptos, demasiado apegados al descanso y al placer, demasiado esclavos de la fortuna para saber jamás el verdadero precio de libertad. ¡Presumimos de ser libres! Para mostrar cuánto nos hemos convertido en esclavos, basta con echar un vistazo a la capital y examinar la moral de sus habitantes ”

"Quinientas o seiscientas cabezas cortadas habrían asegurado tu descanso, libertad y felicidad. Una falsa humanidad ha refrenado tu brazo y suspendido tus golpes; debido a esto, millones de tus hermanos perderán sus vidas"

"Una obediencia ciega supone una ignorancia extrema"

"Las revoluciones empiezan por la palabra y concluyen por la espada."

"¿De qué sirve la libertad política para los que no tienen pan? Sólo tiene valor para los teorizantes y los políticos ambiciosos."

"No existe el fracaso, salvo cuando dejamos de esforzarnos."

Imágenes: De Wikimedia Commons - Dominio Público (CC0) - Imagen 1 - Imagen 2

martes, 28 de diciembre de 2021

Virginia Woolf y los halagos

 

“Esta es la maldición de los escritores: necesitar tanto los halagos, y desanimarse tanto por las críticas o la indiferencia. La única actitud inteligente es recordar que escribir es, después de todo, lo que hago mejor; que cualquier otro trabajo me parecería desperdiciar la vida; que escribir me produce, entre unas cosas y otras, un placer infinito; que le saco unas cien libras al año; y que a algunos les gusta lo que escribo.”

El fragmento pertenece a su "Diario íntimo". El retrato de la escritora data de 1917 y es obra del pintor inglés Roger Fry, miembro como Virginia Woolf del Grupo de Bloomsbury. 

Imagen: De Wikimedia Commons - (CC0) - Dominio público - Fuente Original

lunes, 27 de diciembre de 2021

María Callas y el triunfo de las verduras


"Cuando mis enemigos dejen de murmurar enfurecidos sabré que estoy perdiendo facultades"

Son palabras de María Kalogeropoulos, o lo que es lo mismo María Callas, y vienen que ni pintadas para ilustrar la anécdota de hoy. En cierta ocasión la Callas hubo de cantar en la Scala de Milán, templo de la opera en el que se tenía verdadera devoción por Renata Tebaldi, la gran rival de aquella. El reto era algo parecido a una visita del Real Madrid al feudo del Barcelona o viceversa. María Callas, con su sorprendente registro de soprano de amplitud poco corriente, casi tres octavas y dotada de unas soberbias dotes dramáticas, hizo un alarde de facultades para conquistar aquella difícil plaza y a pesar de ello, tal como la prima donna acabo su interpretación tuvo que soportar estoicamente sobre el escenario que el público le lanzara una del todo injustificada lluvia de hortalizas. La Callas no se amilanó y como si fueran las esperadas flores se agachó a recoger algunas verduras y tras pedir silencio al público preguntó:

¿Quiere alguien decirme dónde las consiguen? ¡Tienen un aspecto estupendo!

El público, sorprendido por la deliciosa reacción de la injustamente vejada artista, prorrumpió en unos sonoros aplausos, ya rendido a la genialidad de la gran soprano.

La Habanera de "Carmen" de Bizet, interpretada por María Callas en 1962 en el Covent Garden:


Imagen: De Flickr donde figura como (CC BY-NC-ND 2.0) - Fuente original.

domingo, 26 de diciembre de 2021

La farsa de la vida según Augusto, Rabelais o Beethoven


Suetonio contaba en su "Vida de los doce Cesares" que Augusto Cesar, sabiendo ya inminente el final de su vida, ordenó que le arreglasen el cabello y le maquillasen sus caídas mejillas, tras lo cual se dirigió a los contados amigos que habían sido admitidos a su presencia en tan delicado momento y utilizando la fórmula con la que terminaban las representaciones teatrales en Roma les dijo: ¿Os parece que he representado bien esta farsa de la vida? La comedia ha terminado, si os ha gustado, batid palmas y aplaudid al autor"

En la misma línea se expresó el escritor francés François Rabelais, autor de "Gargantúa y Pantagruel", quien en su lecho de muerte dijo: "Tirez le rideau, la farce est joueé" o lo que es lo mismo: "Bajad el telón, la función ha terminado".

Otro que recurrió a esta idea de identificar la vida con una farsa fue el admirado Beethoven, del que hace poco más de un año se cumplió el 250 aniversario de su nacimiento. Se cuenta que, encontrándose ya el compositor en su lecho de muerte y tras observar las graves expresiones con las que el Dr. Wawruch, tras inspeccionarle, se había dirigido a los presentes en la habitación, Beethoven esbozó una ligera sonrisa y dirigiéndose a sus amigos Schindler y Breuning les dijo: “Plaudite, amici, comoedia finita est” -Aplaudid, amigos, la comedia ha terminado-.

La humanidad le sigue aplaudiendo todavía, por mucho que el destino hubiese llamado insistentemente a su puerta aquel día como en el inicio de su quinta sinfonía de la que dejamos un fragmento:


Imagen: De Wikimedia Commons - Dominio Público (CC0) - Fuente original

sábado, 25 de diciembre de 2021

El León de la Metro Goldwyn Mayer: Toda una estrella del cine


Se podría decir que la "estrella de cine" que ha aparecido en más películas es sin duda el León que sirve de cabecera a las películas de la Metro Goldwyn Mayer. El emblema del león, rodeado por una película de celuloide en que se inscribe el lema "Ars Gratia Artis" (el arte por el arte) fue ideado por Howard Dietz, director de publicidad de Goldwyn Pictures, quien mantenía que su imagen simbolizaría la fuerza y dominio de sus estudios. La idea tuvo fortuna y hoy todavía nos sigue acompañando al inicio de cada film. Desde 1924 (fecha de nacimiento de MGM, a partir de la unión del estudio de Samuel Goldwyn con la empresa de Louis B. Mayer y con la Metro Pictures de Marcus Loew) siete leones diferentes (que yo sepa) han sido utilizados en el logotipo y genéricamente a todos se les conoce como "Leo el León"

El primero, llamado "Slats", fue el único del que no pudimos escuchar su rugido, pues perteneció a la época del cine mudo, así, trabajó para la Metro durante cuatro años, desde 1924 a 1928. Era toda una estrella que recorría Estados Unidos promocionando los estudios y que acudía a los estrenos más señalados en su propio vehículo desde el que las personas encargadas de su cuidado repartían "autógrafos" del famoso león entre sus "admiradores". Fue un león algo gafe; el 21 de septiembre de 1927 se estrelló un avión en Arizona y se dio aviso que en el mismo viajaba una estrella cinematográfica que iba camino de Nueva York para cumplir con unos compromisos publicitarios. Los bomberos y agentes de policía quedaron boquiabiertos al descubrir que aquella estrella no era otra que "Slats" el león de la MGM que además salió indemne del accidente. Y no fue el único percance en el que se vio envuelto. También salió ileso de otros dos accidentes ferroviarios, un incendio, una inundación y un casi naufragio del barco que lo llevo desde Dublín (había nacido en el zoo de Dublín en 1917) hasta Estados Unidos. Todo un portento este leoncito.

"Jackie" fue el primero del que pudimos escuchar su rugido, al principio con suavidad, para después repetir tras una breve pausa, un rugido ya más convincente. Es probablemente el que aparece en la foto que encabeza esta entrada, con un micrófono delante para captar su rugido. Estuvo en activo con distintos logos desde 1928 hasta 1956.
 

Para las primeras películas a color empezaron a aparecer otros dos leones distintos. El primer león, "Telly", aparecido en todas las películas de color de MGM hasta 1932. El segundo león, conocido como "Coffee" hizo su debut en 1932, apareciendo en películas en color hasta 1934.

Entre 1956 y 1958 habría otro león en liza, "George", pero probablemente "Tanner" y "Leo" (el león actual) sean los leones más conocidos de MGM. La imagen de Tanner, fue utilizada en todas las películas de Technicolor y todos los dibujos animados de MGM (incluida la serie Tom y Jerry), y conformó el logo del estudio durante 22 años. 

La imagen de Leo, el último león, por ahora, lleva siendo utilizada ininterrumpidamente desde 1957 (un total de 56 años). Sin embargo, la imagen de Tanner volvió a ser utilizada a partir de 1963, únicamente para Tom y Jerry, cuando el departamento de animación de la MGM (que había cerrado en 1958) reabrió para rodar nuevos cortometrajes de la citada serie. No cabe duda de que todos esos leones con los que tantos buenos ratos de cine han tenido comienzo, eran verdaderas estrellas de cine, capaces incluso de conseguir que otras estrellas, como la temerosa Greta Garbo posaran a su lado, ahí la tienen al lado de "Jackie" que mira sus piernas con mucho más interés que cualquier fan...


Imágenes: Imagen 1 de Wikimedia Commons (CC0) - Imagen 2 - Cortesía de Doctor Macro

viernes, 24 de diciembre de 2021

William Holden, Kim Novak y el secreto de su baile en "Picnic"


Uno de los bailes más sensuales de la historia del cine es el que se marcan William Holden y Kim Novak en "Picnic" (1956 - Joshua Logan) al ritmo del maravilloso tema "Moonglow". Inicialmente Holden, se negó rotundamente al bailecito de marras: "Simplemente no sé bailar" dijo el actor, aunque este ya se había marcado previamente unos pasitos en películas como: "Sabrina" (1954), "Querida Ruth" (1947) y "El crepúsculo de los dioses" (1950). 

En "Picnic", el baile en sí no es que fuera complicado, pero eso sí, debía rebosar erotismo, complicidad, atracción, magia o como quieran ustedes llamar a la sugerente armonía que a veces se da entre dos personas bailando, algo así como la expresión vertical de un deseo horizontal. Holden, en un intento desesperado por eliminar la escena del dichoso baile, exigió una prima de 8000 dólares extras por someterse al mismo. Para su sorpresa -y nuestro disfrute- el estudio firmó el cheque y Holden no tuvo más remedio que claudicar. Si consiguió el actor, al que ya le habían depilado su florido pecho para parecer más joven y dar el tipo, que le permitieran afrontar el baile con alguna copa de más para templar sus nervios. No aclararon cuantas copas serían suficientes y Holden marchó con el director, Joshua Logan, por las tabernas de Kansas para trasegar líquidos mientras practicaba los pasos con la coreógrafa Miriam Nelson. Cuando fueron a iniciar la escena, Holden, que era alcohólico, estaba ciertamente borracho. Supongo que cuando vio bajar las escaleras a ese bellezón que es la Novak, dando aquellas palmadas y contoneando su figura, todo en su interior se puso en orden y se dejó llevar por la música, consiguiendo una escena inolvidable cargada de todo ese erotismo y sensualidad que deseaba el director.


Imágenes: Cortesía de Doctor Macro: Fuente Original

jueves, 23 de diciembre de 2021

Luis Buñuel y arte de la motivación


Supongo que todos los directores de cine tienen sus argucias para, de una manera u otra, meter en cintura a su equipo, o dicho en otras palabras, conseguir que se pongan las pilas y den lo mejor de sí mismo durante el rodaje. El aragonés Luis Buñuel (1900-1983), considerado uno de los más importantes y originales directores de la historia del cine, no podía ser menos, aunque su método era toda una puesta en escena, por supuesto "made in Spain". 

Según cuentan algunos de los que trabajaron con él, Buñuel solía comprar relojes de cadena baratos o incluso estropeados en los mercadillos por los que pasaba, con la idea de ayudarse de ellos posteriormente cuando empezaba una nueva película.  

Buñuel siempre estaba de allá para acá y lo mismo rodaba una película en México, que en Francia o España y sus equipos, aparte de los indispensables, no solían ser las mismas personas motivo por el que la escenita que ahora contamos parece que la repitió más de una vez. Así, el primer día de rodaje, se echaba uno de aquellos relojes en el bolsillo de la chaqueta y si al comenzar veía que el equipo estaba distraído, que no se implicaba lo suficiente o no atendía como él deseaba a sus instrucciones, montaba en una fingida cólera y cogiendo el referido reloj lo estrellaba violentamente contra el escenario, tras lo cual y en una súbita vuelta a la calma, como si tomase conciencia de que había hecho algo inadmisible, caminaba a grandes pasos hacia donde había tirado el reloj y tras recogerlo y mirarlo dolorosamente se volvía hacia el resto del equipo y les decía: 

"Ha pasado por todos mis antepasados y me lo regaló mi abuelo antes de morir. ¿Os dais cuenta de lo que me habéis llevado a hacer?"

Parece que el ardid le daba resultado y tras ese tenso momento todo el equipo marchaba como un "reloj", suave como la seda, atento a la más mínima indicación del "atribulado" director, que ahora sí, era ya el dueño de la situación. 

Imagen: De Flickr dónde figura como (CC BY-NC-ND 2.0) - Fuente original

miércoles, 22 de diciembre de 2021

Gustav Klimt: "Qué soy y qué quiero"

 

"Sé pintar y dibujar. Yo mismo me lo creo, y también otras personas dicen que se lo creen. Pero no estoy seguro de que sea cierto. Sin embargo, hay dos cosas que sí son seguras:

1. No existe ningún autorretrato mío. No me interesa mi propia persona como “motivo del cuadro”, sino más bien otras personas, sobre todo femeninas; aunque me interesan más otros fenómenos. Estoy convencido de que como persona no soy especialmente interesante. Nada hay en mí de especial. Soy un pintor que pinta un día sí y otro también, de la mañana a la noche. Cuadros figurativos y paisajes, raramente retratos.

2. La palabra, sea hablada o escrita, no es mi fuerte, y mucho menos si tengo que hablar sobre mí mismo o sobre mi trabajo. Hasta cuando me veo obligado a escribir una simple carta experimento angustia y sensación de mareo.

Por estas razones, habrá que renunciar a un autorretrato artístico o literario de mi persona. Cosa que tampoco es como para afligirse. Quien quiera saber algo sobre mí –como artista, que es lo único digno de atención– deberá contemplar atentamente mis cuadros e intentar inferir de ellos qué soy y qué quiero."

Reflexiones del pintor austriaco Gustav Klimt (1862-1918) sobre su fijación de no retratarse a si mismo. Algunas frases más de este genial pintor y su obra "Alegoría de la escultura" (1889) perteneciente a la colección del  Österreischisches Museum für Angewandte Kunst, una prueba palpable del talento como dibujante de Klimt.

“Todo arte es erótico.”

“Cuando pinto, uno de mis mayores sentimientos de placer es la conciencia de que estoy creando oro.”

“El arte es una línea alrededor de tus pensamientos.”

“Los jóvenes ya no me comprenden. Se van a otra parte. Es un poco temprano para que me suceda eso que, en general, es la suerte de todo artista. La juventud siempre quiere derribar lo ya hecho. Pero no por eso voy a mostrarme malhumorado con ellos.”

"Soy bastante insensible a los ataques, pero me afecta, en cambio, cuando un cliente no queda satisfecho con mi trabajo."

"Con mi objetivo, que no es más que un agujero en un trozo de cartulina, miro los detalles de los paisajes y encuentro grandes cosas o nada."


Imágenes: De Wikimedia Commons:  Imagen 1: (CC BY-SA 4.0) - Imagen 2: (CC0)
La cita inicial fue aportada por Celia Valdelomar en nuestro blog anterior: "Una pizca de..."

martes, 21 de diciembre de 2021

La estatua viviente de Rossini


Una de las grandes incógnitas del mundo de la música es la razón por la que un músico de la talla de Rossini, en plenitud de facultades y en la cima de su éxito decide dejar de componer, salvo algunas pequeñas piezas y por supuesto ninguna opera nueva, durante los últimos cuarenta años de su vida. Pudo ser por hastío, por cuestiones de salud o simplemente por falta de necesidad, dada la gran fortuna que había acumulado con sus formidables éxitos operísticos. 

Como consecuencia de aquellos éxitos su figura era reverenciada por todos tanto que, en vida del compositor, sus admiradores llegaron a realizar una recolecta de fondos para erigirle una estatua en Paris. Cuando le comentaron esta iniciativa en su honor, el músico preguntó de inmediato:
-¿Cuánto se ha recaudado ya para ese fin?
- Cerca ya de ochenta mil francos - le contestaron-
- Miren ustedes
-apostilló Rossini- cuando la cifra aumente a cien mil, díganmelo, y no gasten el dinero en la estatua, sino que será mejor que me lo den a mí, y yo iré todos los días a ponerme un ratito sobre el pedestal.

Abajo os dejamos una de esas perlas que componía el gran Rossini, la cavatina "Largo al factotum della citta" de "El barbero de Sevilla", aquí en la voz de Peter Mattei:


Imagen: De Wikimedia Commons - Dominio Público (CC0) - Fuente original

lunes, 20 de diciembre de 2021

Serrat y "Lucía": La más bella canción de amor

 

Vuela esta canción Para ti, Lucía. La más bella historia de amor Que tuve y tendré. Es una carta de amor Que se lleva el viento Pintado en mi voz A ninguna parte, A ningún buzón. 

No hay nada más bello Que lo que nunca he tenido, Nada más amado Que lo que perdí. Perdóname si Hoy busco en la arena Una luna llena Que arañaba el mar.

Si alguna vez fui un ave de paso Lo olvidé pa' anidar en tus brazos, Si alguna vez fui bello y fui bueno Fue enreda'o en tu cuello y tus senos, Si alguna vez fui sabio en amores Lo aprendí de tus labios cantores, Si alguna vez amé, Si, algún día, después de amar, amé Fue por tu amor, Lucía, Lucía

Tus recuerdos son Cada día más dulces El olvido sólo se llevó la mitad Y tu sombra, aún Se acuesta en mi cama Con la oscuridad Entre mi almohada Y mi soledad.

En el mítico disco "Mediterráneo" (1971) se encontraba entre otras luminosas joyas, la canción "Lucía", sin duda una de las más bellas canciones de amor que se hayan escrito jamás. Serrat no ha dado descarte acerca de la identidad de esa "Lucía" de su canción, una mujer que se nos antoja maravillosa aún sin saber nada de ella más allá del sublime amor que fue capaz de inspirar. Si parece que, tal como apuntan algunos medios, los versos, que se presentan a modo de carta, estarían basados en una historia real sobre la que Serrat diría: "no hay mucho que contar. Como dice el bolero, es lo que pudo haber sido y no fue. Pero también fue lo que fue y, a fin de cuentas, en la vida lo que queda es lo que cuenta". La leyenda dice que Lucía era una azafata de la línea aérea Iberia por la que Serrat bebía los vientos, una historia pasada sobre la que el cantante decía que preferiría no haber tenido nunca el impulso de escribir "porque eso significaría que no habría sufrido por amor"


Imagen: De Wikimedia Commons - (CC BY-SA 3.0) - Fuente Original

domingo, 19 de diciembre de 2021

El novato Dustin Hoffman, "El graduado" y la pierna que no era de Anne Bancroft


¡Por el amor de Dios! Sra. Robinson, me hace entrar en su casa, me hace beber, pone música, empieza a hablarme de su vida privada y acaba por decirme que su marido tardará horas en volver
- ¿Y qué?
- Está Vd. intentado seducirme.

Y sí, evidentemente el bueno de Benjamin Braddock (Dustin Hoffman) estaba siendo seducido en toda regla por la Sra. Robinson (Anne Bancroft), mientras esta mostraba sus piernas alegremente a la cohibida mirada del timorato chaval, que no tenía absolutamente ninguna posibilidad de escapar. Mike Nichols, el director, decía de esta escena:

"Se trataba de que el fuera acosado. Hablamos de que aquello era una jungla, y una jungla era. Estaban todas aquellas plantas y el jardín de Beverly Hills detrás del vidrio que rodeaba el porche. Y hablamos de que ella era el tigre en la jungla y tenía un vestido a rayas de tigre y todo estaba construido para ser una trampa, una tierna trampa. Queríamos encontrar una manera de expresar el hecho de que estaba siendo provocativa. Y ahí estaba su pierna y estaba levantada y parecía lógico"

La diferencia de edad en la película parece mayor, pero en la realidad Anne Bancroft y Dustin Hoffman se llevan solo seis años de diferencia. La Bancroft, aun apareciendo en la película como una mujer casada, madura, fumadora y declaradamente bebedora, decía que durante muchos años tras la película, muchos jóvenes le decían que ella había sido la primera mujer con la que habían tenido fantasías sexuales.

Y ante tanta fantasía juvenil hay que aclarar que, aunque es innegable que las piernas que Bancroft muestra en la película mientras se enfunda aquellas medias negras son las suyas, no ocurre lo mismo con la sugerente pierna que aparece en el famoso cartel del film recordando esa escena. Esa pierna es en realidad de Linda Gray, la que con el tiempo sería la esposa de J.R, la Sue Ellen de la serie "Dallas" y que por aquel entonces estaba dando sus primeros pasos en el mundo del espectáculo. Linda solo cobró 25 dólares por la mítica fotografía. "No estuvo mal por una sola pierna" decía la actriz cuando contó este pequeño secretillo 45 años después del estreno de la película y explicaba que fue la elegida porque Bancroft no se encontraba en el lugar el día que habían de tomarse las fotos... sin duda la explicación más elegante posible para una sustitución que ha resultado mítica; como si fuera la primera doble de piernas de la historia del cine. Evidentemente Bancroft se negó a mostrarse desnuda en la escena del cuarto de Elaine y tuvieron que parar el rodaje y buscar una stripper urgentemente para la escena en la que fugazmente se ven los pechos de la Sra. Robinson.. 

Este fue el primer papel de consideración de Dustin Hoffman y el que le abrió las puertas del estrellato (no tardaría en llegar su estupendo papel de Ratso  en "Cow boy de medianoche"). El papel de Ben, fue pretendido por Robert Redford, pero el director Mike Nichols, con muy buen criterio lo rechazó diciéndole: "Bob, mírate en el espejo. ¿Puedes imaginar honestamente a un hombre como tú teniendo dificultades para seducir a una mujer?". Estaba claro que hacía falta alguien menos atractivo que Redford y de aspecto más vulnerable para hacer el papel de Ben, y ese fue afortunadamente Dustin Hoffman, un novato en la pantalla que, tras el arrollador éxito de la película, se encontraba tan incomodo cuando lo entrevistaban como cuando la Sra. Robinson le mostraba seductoramente sus piernas. 

Para el papel de Mrs. Robinson, para el que se ofreció Ava Gardner e incluso se pensó en seriamente en Doris Day, aunque Mike Nichols a quien tenía en mente a Jeanne Moreau, con la pretendida idea de que en Francia, las mujeres "maduritas" tendían a "iniciar" a los hombres más jóvenes en las lides del amor. Esta elección fue totalmente rechazada por los productores.

El famoso tema de Simon & Garfunkel que suena en la película, "Mrs. Robinson", fue una reelaboración de un tema de Paul Simon que aún estaba sin terminar y que inicialmente se titulaba "Mrs. Roosevelt", ni más ni menos que Eleanor Roosevelt, la esposa del presidente de EEUU.


Ficha de la película:

Título original: The Graduate
Año: 1967
Duración: 105 min.
País: Estados Unidos

Dirección: Mike Nichols

Reparto: Dustin Hoffman, Anne Bancroft, Katharine Ross, William Daniels, Murray Hamilton, Elizabeth Wilson, Buck Henry, Brian Avery, Walter Brooke, Norman Fell, Alice Ghostley, Marion Lorne, Eddra Gale, Richard Dreyfuss, Mike Farrell, Elaine May, Ben Murphy, Kevin Tighe

Guion: Calder Willingham, Buck Henry. Novela: Charles Webb
Música: Dave Grusin, Simon and Garfunkel
Fotografía: Robert Surtees
Productora: Embassy Films, Lawrence Turman. Distribuidora: United Artists

Imagen: De Flickr donde aparece como (CC BY 2.0) - Fuente Original

sábado, 18 de diciembre de 2021

"El sol de la mañana" de Hopper Vs "Suave es la noche" de Scott Fitzgerald


 

“De algún modo se había acostumbrado a que fuera él el que pensara por todos y,  en sus ausencias,  antes de dar el menor paso siempre pensaba automáticamente en lo que él hubiera hecho;  por eso ahora no se sentía preparada para oponer su propia voluntad a la de él. Y, sin embargo, tenía que pensar por sí sola. Por fin se había aprendido el horrible número de la puerta que llevaba al mundo de los sueños, el umbral de una salida que no era tal salida. Sabía que el mayor pecado que podía cometer tanto en aquél momento como en el futuro era engañarse a sí misma. Le había costado mucho aprenderse aquella lección, pero al fin la había aprendido. Si te niegas a pensar, otros tienen que pensar por ti y les cedes el poder,  dejas que perviertan y reglamenten tus condiciones naturales, que te civilicen y te esterilicen.”

El fragmento pertenece a "Suave es la noche" (Tender is the night - 1934), una de las grandes obras de Francis Scott Fitzgerald. Para ilustrarlo hemos elegido el cuadro "Sol de la mañana" (Morning Sun - 1952) de Edward Hopper, en el que una mujer, en soledad y silencio deja bañar sus pensamientos por la luz de un nuevo día y abre la ventana de par en par para que marche la oscuridad de su desnudo cuarto. Hopper necesitaba poco para lograr un simbolismo realmente significativo.

Imagen: De Flickr donde aparece como (CC BY-NC-SA 2.0) - Fuente original

viernes, 17 de diciembre de 2021

La "Pietá" de Bouguereau: El dolor de un pintor por su hijo


Bouguereau pintó esta sensacional "Pietá" (1876) en un momento crítico de su vida, cuando se encontraba totalmente arrasado por el dolor provocado por el reciente fallecimiento de uno de sus hijos a la temprana edad de 16 años. Bouguereau estaba tan hundido como la Virgen de su obra que, enlutada, es mostrada con el rostro sombrío y lleno de pena, ojos enrojecidos por el llanto y entrelazando fuertemente sus manos alrededor del pecho de su hijo en un último abrazo que parece que no querrá soltar jamás. Alrededor del luto riguroso de la Virgen y del blanco reluciente del cuerpo de Jesús, hay nueve ángeles que a pesar de su afectado dolor resultan a la vez una explosión de color que todavía realza más la sombra que la Virgen lleva en su rostro. Todo es dolor, pero no el de la Virgen (que también) sino el de un pintor destrozado por la pena, el que Bouguereau dejo por su hijo en cada una de las perfectas pinceladas de esta maravillosa obra de arte. 

William-Adolphe Bouguereau (1825-1905) fue un pintor francés muy famoso en su época a pesar de su academicismo. El olvido actual en el que se ve envuelto para la gran mayoría se debe principalmente a que su producción artística coincidió mayormente con esa revolución artística que fue el impresionismo y que con su éxito terminó por ocultar todo lo demás. Algunos de sus contemporáneos como GauguinCezanne o Van Gogh lo aborrecieron o ignoraron abiertamente. No siempre se puede estar acertado a pesar del propio talento. Huysmans decía del pintor en su diccionario de arte: "condenado durante años como maestro en la jerarquía de la mediocridad y enemigo de todas las ideas progresistas"

Aunque poco a poco las ideas han ido cambiando y recuperándose la admiración por este sensacional artista del que decía Damian Bartol: "William Bouguereau es, sin duda, uno de los mayores genios artísticos de la historia. Sin embargo, en el último siglo, su reputación y sus logros incomparables han sufrido un ataque difamatorio, deshonesto, implacable y sistemático de inmensas proporciones. Su nombre fue borrado de la mayoría de los textos de historia y cuando se incluyó fue solo para degradarlo y menospreciarlo ciegamente a él y a su trabajo. Sin embargo, como veremos, fue él quien abrió las academias francesas a las mujeres, y fue él quien podría decirse que fue el pintor más grande de la figura humana en toda la historia del arte. Sus figuras cobran vida como ningún artista anterior lo ha hecho antes o desde entonces. No solo fue el mejor en pintar anatomía humana, lo que es más importante, capturó los matices tiernos y sutiles de la personalidad y el estado de ánimo. Bouguereau atrapó las mismas almas y espíritus de sus súbditos al igual que Rembrandt. Se dice que Rembrandt capturó el alma de la vejez. Bouguereau capturó el alma de la juventud."

La "Pietá", que actualmente pertenece a una colección privada, fue hasta no hace mucho propiedad del actor Mel Gibson.

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jueves, 16 de diciembre de 2021

Billy Wilder, "El apartamento" y los rusos

"Yo vivía como Robinson Crusoe... era un náufrago entre ocho millones de personas, hasta que un día vi pisadas en la arena y la encontré a usted."

Maravillosas palabras que le dirigía CC. Baxter (Jack Lemmon) a la preciosa Srta. Kubelik (Shirley MacLaine) en esa obra maestra del cine que es "El apartamento" (1960), un film que se mantiene tan fresco, romántico, divertido y elegante como en el día de su estreno. Es lo que ocurre con las grandes historias, que están al margen del tiempo. Y esta era buena de verdad, tanto que Billy Wilder consiguió el hito de ser la primera persona en ganar a la vez los Oscar a la mejor película, mejor director y mejor guion

La película, que según Wilder, tenía cierta inspiración en el film "Breve encuentro" y era en cierto modo una reflexión sobre como podría ser la vida de aquel que prestaba las llaves de su piso para facilitar el encuentro íntimo de la pareja protagonista. En palabras de Wilder:

"Recuerdo haber visto hace mucho tiempo una película muy bonita de David Lean, "Breve encuentro", la historia de una mujer casada y un hombre, que para sus citas amorosas usan la habitación de un amigo del amante. Siempre pensé que ahí había un personaje interesante, el que presta el apartamento, un personaje gracioso y conmovedor; y conservé esta idea en mi cabeza". Así nació el sencillo y solitario CC. Baxter (Bud), uno de los mejores personajes de Jack Lemmon. Junto a él estarían Fred MacMurray como el aprovechado Sheldrake y la citada Shirley MacLaine como la encantadora ascensorista Srta. Kubelik.

Billy Wilder, que había incluido directamente al comunismo soviético en la trama de obras como "Ninotchka" (1939), dirigida por Ernst Lubitsch pero en la que el guion corrió de su parte o "Uno, dos, tres" (1961) con un sensacional James Cagney al frente, tuvo una reacción inesperada de los rusos, siempre dados a interpretaciones muy singulares, a favor de "El apartamento". Lo cuenta el mismo Wilder en el libro "Billy & Joe" de conversaciones de este con Michael Climent:

"No creo que los rusos sean un pueblo divertido. No tienen sentido del humor. Quizá soy primitivo, pero la alegría no es su fuerte. Tienen payasos en los circos, osos bailarines, canguros que juegan al fútbol, y se parten de risa, pero esa no es mi concepción del humor. (...) Otro episodio sobre el humor de los comunistas tiene que ver esta vez con los alemanes del Este, que en aquella época eran estalinistas mucho más fervientes que los rusos. Estábamos en Berlín y rodábamos "Uno, dos, tres". Nos invitaron a un cine-club de Berlín Este, Die Mödel (La Gaviota). Después de la proyección de "El apartamento" encontraron la película maravillosa, mostraba perfectamente la depravación del sistema capitalista y cómo un hombre, para hacer avanzar su carrera, utiliza medios innobles, como prestar la llave de su casa. Me dijeron que era típico de los Estados Unidos, de Nueva York. Y yo les respondí:

- Una historia como esta puede pasar en cualquier sitio, no solo en Nueva York, sino también en Estocolmo, en Buenos Aires, en Tokio. Sin embargo tengo que admitir que no podría tener lugar en Moscú - Estaban muy contentos de que eso no pudiera ocurrir allá. Entonces les dije por qué: 

-En Moscú nadie podría darte la llame de un apartamento para hacer el amor con una mujer, porque cuando entraras te encontrarías con las otras seis familias que viven en el mismo sitio-. Eso tampoco les hizo mucha gracia."

Wilder era un genio. En la línea de la frase inicial de esta entrada, este director y guionista era capaz de condensar sentimientos muy complejos en muy pocas palabras, como la famosa escena del espejo, otro de los momentos memorables de esta película, por el significado que encierra en la trama: 

Srta. Kubelik: "Que le pasa"
CC. Baxter: "Eh... El espejo... está roto"
Srta. Kubelik: "Sí, lo sé. Y no me disgusta, así me veo tal como me siento"



Wilder contaba que Fred MacMurray era un actor muy tacaño, y a este respecto le gustaba contar que en una de las escenas  de "El apartamento", su personaje, Sheldrake, debía dejar una moneda de 25 centavos como propina a un limpiabotas. Como quiera que la escena no terminaba de salir bien, Wilder le aconsejó al actor, al que ya había dirigido en esa maravilla que es "Perdición" (Double Indemnity - 1944) que le entregara una moneda mayor, una de 50 centavos. MacMurray se negó alegando que: "Yo nunca le daría cincuenta centavos, ¡no puedo interpretar la escena!"

De la maravillosa escena final no contamos nada, en consideración de los que tengan la suerte de no haberla visto todavía y la paladeen por primera vez. La química fue tan buena entre Wilder, Lemmon y la MacLaine que no tardaron en reunirse para regalarnos esa otra joya que es "Irma la dulce" (1963), pero eso ya es otra historia...


Ficha de la película:
Título original: The Apartment
Año: 1960
Duración: 125 min.
País: Estados Unidos

Dirección: Billy Wilder
Reparto: Jack Lemmon, Shirley MacLaine, Fred MacMurray, Ray Walston, Edie Adams, Jack Kruschen, Joan Shawlee, Hope Holiday, David Lewis, Naomi Stevens, Johnny Seven, Joyce Jameson, Willard Waterman, David White

Guion: Billy Wilder, I.A.L. Diamond
Música: Adolph Deutsch
Fotografía: Joseph LaShelle 
Productora: United Artists, The Mirisch Corporation

Imágenes: Cortesía de la estupenda página Doctor Macro: Fuente Original

miércoles, 15 de diciembre de 2021

El día que Sara Montiel se puso a romper platos por Billie Holiday


 «Yo no quiero decir que fuera súper, súper, súper; pero un poco súper sí que era»

Tan super que más que solo Sara, muchos la conocían como "Saritísima", el apodo que cariñosamente le puso el admirado Terenci Moix, quien decía de la actriz y cantante: "Ella es nuestra Mae West; representa la inspiración máxima del erotismo tranquilizador, donde la agresividad de la hembra manchega viene suavizada por sus extravagancias externas: vestuario, fraseología, simpatía, canciones..."

En Sara Montiel todo era superlativo, hasta su nombre real tenía miga: María Antonia Alejandra Vicente Elpidia Isidora Abad Fernández. Ella misma aclaraba su origen: "Antonia: Por mi abuela. Alejandra: Por un amigo de mi padre llamado así. Vicenta: Por mi madre. Elpidia: Por mi hermana, que fue madrina de mi bautizo. Isadora: Por mi padre."

Pero más allá de esta singularidad de su nombre o de la ya conocida historia de los huevos fritos que le preparaba a Marlon Brando, la anécdota que queremos contar hoy de ella esta relacionada con su amistad con Billie Holiday, la extraordinaria cantante de jazz. En cierta ocasión decidieron ir juntas al restaurante "Four Seasons" de Nueva York, lugar en el que no dejaron entrar a Billie por ser negra, en una muestra más del racismo que tantas veces sufrió la cantante de "Strange fruit" en sus carnes. Sara Montiel, totalmente indignada montó un escándalo en el lugar, tiró violentamente de los manteles de varias mesas, desparramando por el suelo todos los platos. El suceso le costó una multa y seguro que la admiración de muchos.

Se apartó de la primera línea cinematográfica cuando el cine erótico llegó a España: "Me di cuenta de que el “cine del destape” no era para mí.", "Veía a Carmen Sevilla o a Nadiuska con los pechos al aire, yo tenía 43 años y estaba como un tren. Me ofrecían millonadas. Pero yo preferí que el público me recordara como era". Pero eso no quita que supiera como sacar provecho a sus formas, y en una época en la que todavía toda la ropa era muy recatada en nuestro país, se presentó para rodar una escena invernal con un vestido que lucía un amplio escote. El director le dijo:

- Pero Sara, ¿cómo vienes vestida así, si los figurantes van con ropa de invierno?

- ¿La gente quiere ver a ésos o a éstas? Contesto Sara Montiel señalándose los pechos. No cabe duda de que sabía muy bien lo que se hacía.

"Yo era una mujer de caerse de espaldas. Empecé a maquillarme de vieja, pero yo con 20 o 25 años era muy bonita". Y sin duda era una mujer de rostro bellísimo. Ella decía: "Lo único que pido es luz blanca directa a la cara. Nada más. Es lo único que necesito para salir estupenda.", algo que era corroborado por J. Peverell Marley, director de fotografía nominado al Óscar y ganador de un Globo de Oro, quien decía de la actriz: "Sara es la única actriz del mundo a la que se puede fotografiar de cualquier lado y siempre queda bien..."

Algunas frases suyas para enmarcar:

“Le dije a mi madre 'No te preocupes, madre, tu hija no va a ser ni borracha ni p-u-t-a'. No he sido borracha, y lo otro... bueno, un poquito solo”.

“Yo siempre duermo con el culo al aire, desnuda y con las sábanas de seda”

"Me importaron los cerebros de los hombres... Fui analfabeta hasta los 22 años y eso es un "handicap" de por vida, pero sé escuchar y sé callar cuando no tengo nada que decir".

"Mi trabajo ha consistido siempre en adelgazar para poder trabajar. ¡Anda que no he pasado yo hambre! Pero para interpretar 28 canciones seguidas, y encima enseñando sin parar la pierna izquierda, hay que estar en buena forma…".

"En Hollywood, la Warner me ofreció un contrato de siete años, pero no quise firmar. En esos siete años no podía casarme, no podía viajar, no podía salir del país sin su permiso... Y yo tenía 23 años y ya conocía a Severo Ochoa. Yo era una mente libre y a mí siete años me parecían siete siglos. Ya ves, hoy pienso que se me habrían pasado volando".

"La película de mi vida fue "El último cuplé". Costó tres millones de pesetas y recaudó más que "E.T.". Estuvo un año en cartel".

"Después de mis estrenos, me iba a la Dirección General de Seguridad a sacar de allí a todos los gays que habían sido detenidos por ir vestidos y peinados como yo. Me daba pena que fueran a la cárcel por querer ser yo".

El director de cine Mario Camus decía de ella: "Sara Montiel sabía de luces, de montaje, conocía bien el cine. Decían que era una actriz complicada. No, era cumplidora, no tenía caprichos. Sabía cómo fotografiarse, cómo se montaban los filmes, dominaba los "playbacks"... Porque, como ella misma decía, lo suyo no era ser actriz o cantante, sino otra cosa. Estrella"


Imagen: De Flickr donde aparece como (CC BY-NC-SA 2.0) - Fuente Original

martes, 14 de diciembre de 2021

Jean Simmons: A bofetones en una "Cara de ángel" (1953)

 

Poco antes de que la maravillosa Jean Simmons cumpliera su contrato con los Estudios Rank, el todopoderoso Howard Hugues, multimillonario y dueño de la RKO, se encapricho de ella y sin previo conocimiento de la actriz, compró sus derechos cinematográficos, casi como el que compra un juguete en un mercadillo o como dijo la actriz: "la habían vendido como un trozo de carne". Jean Simmons tenía una proyección enorme, no hacía mucho que había rodado "Cadenas Rotas" de David Lean, "Narciso negro" junto a Deborah Kerr y acababa de ser nominada al Oscar por su actuación en "Hamlet" (Laurence Olivier), título que además había ganado el premio a la mejor película de 1949. Como quiera que el contrato que Hugues había comprado a la Rank estaba a punto de expirar y con el sus derechos sobre la actriz, el magnate la presionaba enormemente no solo para que renovara, con la promesa de hacerla una gran estrella (o hundirla en la miseria si se negaba), sino que a la vez pretendía sus favores tal y como ya había conseguido con una interminable lista de actrices famosas. 

Jean Simmons, que por entonces tenía poco más de 22 años, estaba recién casada con Stewart Granger, quien cuando supo los avances que "el aviador" hacía para conseguir a su esposa lo amenazó severamente por teléfono: "Señor Howard, maldito Hughes, lo lamentará si no deja en paz a mi esposa". Esta amenaza puso frenético a Hugues que además de ver como no conseguía sus propósitos carnales con la Simmons, esta además se negaba a firmar el nuevo contrato. Hugues preparó su venganza milimétricamente. 

Primeramente, negó a la actriz el poder protagonizar "Vacaciones en Roma", película para la que era insistentemente reclamada por William Wyler y que le valió un Oscar a su sustituta, la aún novata Audrey Hepburn. Después la obligó a participar en "Cara de ángel" (Angel face - 1953), película para la que contrató a un director que tenía fama de ser durísimo con los actores: Otto Preminger. El director no gustaba del proyecto y Hugues tuvo que esforzarse para convencerlo, dándole carta blanca para cambiar cuanto deseara del guion. A cambio le pedía terminar la película en el escaso margen de tiempo de contrato le quedaba a la Simmons, si lo lograba se llevaría una bonificación y además le daba carta para ser con ella tan dura como desease. "Voy a vengarme de esa pequeña perra", le dijo Hughes al director, "y tú me ayudarás".

Simmons, respondió inicialmente cortándose el pelo, conocedora de que a Hugues le gustaban las actrices con el pelo largo y creyendo, erróneamente, que así no la admitiría en la película. Fue un detalle que se corrigió de inmediato obligándola a usar en todo momento una peluca. 

Lo peor fue lo en serio que se tomó Preminger el encargo de complicarle la vida a la joven actriz. En una de las escenas de "Cara de ángel", Robert Mitchum, el protagonista masculino de la película, tenía que pegar un bofetón a la menuda actriz y Preminger, de manera sádica, no paraba de repetir la escena y de conminar al actor a que se emplease a fondo y la golpease más fuerte. Mitchum que notó como el rostro de la actriz estaba ya rojo a causa de tanta inútil repetición, se volvió hacia el director y lo abofeteó duramente, a la vez que le decía ¿Así le parece bien?  Preminger iracundo, acudió a Howard Hugues, pidiendo que despidieran a Mitchum, pero aquel tenía en gran aprecio al actor y lo mantuvo en la película. "Cara de ángel" debía haber sido un fracaso, el hundimiento de Jean Simmons en el mundo del cine y  sin embargo no fue así. Gracias a la prestancia de Mitchum, a la calidad como director del tiránico Preminger (una cosa no quita la otra) y sobre todo a la maravillosa actuación que Jean Simmons desplegó como Diane Tremayne, una inolvidable y perversa "femme fatale", el título se convirtió en una grandiosa película, admirada por todos y esencial dentro de la historia del cine negro. Ni que decir tiene que Diane Tremayne, de ángel solo tenía la cara.... y que igual que recibía las tortas las devolvía.

Jean Simmons tuvo que meterse en pleitos para desligarse totalmente del caprichoso Howard Hugues, pero en el futuro le esperaban, entre otros, títulos como: "La túnica sagrada","Désirée", "Sinuhé el egipcio", "Ellos y ellas", "Pasos en la niebla", "Horizontes de Grandeza", "El fuego y la palabra" y como no "Espartaco". Una grandiosa actriz.


Imagen: De Wikimedia Commons - Dominio Público (CC0) - Fuente Original

lunes, 13 de diciembre de 2021

Homenaje a Verónica Forqué (D.E.P.)

 

Hoy ha fallecido Verónica Forqué, al parecer de forma trágica, la que tanto nos hizo reír, la que nos aclaraba ¿POR QUÉ LO LLAMAN AMOR CUANDO QUIEREN DECIR SEXO?, la que tenía claro que si hay que "BAJARSE AL MORO" se baja y punto, esa estupenda "KIKA", que no tenía nada de superbruja. La que nos hacía reír hasta con “LOS OJOS VENDADOS”. La cosa no pintaba bien, no ha sido este "EL AÑO DE LAS LUCES" para ella, en el que pretendían que supiera usar la "SALSA ROSA" mejor que cualquier chef avanzado. Lo suyo era otra cosa, todos, "MOROS Y CRISTIANOS" sabíamos que era una Reina entre las "REINAS" de nuestro cine, sonrisa infinita y singular que nunca nos llevaba a pensar "¿DE QUÉ SE RIEN LAS MUJERES?", solo nos movía a reír con ella; era la imagen de "LA VIDA ALEGRE" y ahora, fíjate, como Robin Williams, nos deja sin avisar, acortando "EL TIEMPO DE LA FELICIDAD" que ella nos regalaba. No creo que sea fácil para los directores de cine encontrarle sustituta por mucho que se repitan aquello de "SE INFIEL Y NO MIRES CON QUIÉN?" El tiempo, con eso de "HACERSE MAYOR Y OTROS PROBLEMAS" y la tristeza siempre se comportan como un cruel "MATADOR" que clava su espada, "SIN VERGÜENZA" alguna, sobre las personas que más se quieren. Ahora se nos va Verónica Forqué, "la Forqué", que no era ni mucho menos "LA DAMA BOBA" de nuestro cine a pesar de su singularísima y entrañable forma de hablar, una maravillosa actriz que de seguro ahora se estará preguntando, en ese "VIAJE A ALGUNA PARTE" que a todos nos toca hacer al final: "¿QUÉ HE HECHO YO PARA MERECER ESTO?"

Descansa en Paz “MI QUERIDA SEÑORITA”

Imagen: De Flickr - (CC BY-NC 2.0) - Fuente original

domingo, 12 de diciembre de 2021

Quentin Tarantino y su cine en 12 citas

 

“Claro que Kill Bill es una película violenta. Pero es que es una película de Tarantino. Uno no va a ver a Metallica y les pide que bajen el volumen de la música”.

"Cuando estoy haciendo una película, no hago nada más. Se trata de la película. No tengo esposa. No tengo un hijo Nada puede interponer"

“Las películas son mi religión y Dios es mi patrón. Soy afortunado de estar en mi posición. No hago películas para pagar facturas. Cuando hago una película, la hago para mí, como si me fuera la vida en ello.”

“Robo ideas de toda película jamás hecha. Los grandes artistas roban, no hacen homenajes.”

“Para mí, las películas y la música van de la mano. Cuando estoy escribiendo un guion, una de las primeras cosas que hago es encontrar la música que voy a tocar para la secuencia de apertura.”

“Para mí la violencia es un asunto estético. Decir que no te gusta la violencia en el cine es como decir que no te gustan las escenas de baile en las películas de Minelli.”

“Cuando alguien me pregunta a cuál escuela de cine he ido, yo respondo: No fui a ninguna escuela de cine, yo solo fui al cine.”

“No creo en el elitismo. No pienso en la audiencia como esa persona tonta e inferior a mí. Yo soy la audiencia.”

“Si eres un cinéfilo, coleccionar videos es como la marihuana. Los DVD son como la cocaína. Y los rollos fotográficos son la heroína, ¿de acuerdo? Es como si te estuvieras drogando cuando empiezas a coleccionar los rollos. Así que en cierto modo me metí demasiado en ello, y tengo una gran colección de la que estoy muy orgulloso.”

“No tengo miedo a decir algo. Escribo sobre lo que conozco, sobre mi versión de la verdad. Y eso es parte de mi talento. Traslado a mis personajes el modo real que tiene la gente de hablar. Mi única responsabilidad es con mis personajes, por eso siempre les sitúo allá donde yo ya he estado.”

“Mis películas son dolorosamente personales, pero nunca trato de decirte cuán personales son. Es mi trabajo hacer que sea personal, y también disfrazarlo para que solo yo o las personas que me conocen sepan cuán personal es. Kill Bill es una película muy personal.”

"Sabes, es gracioso, para mí la mayoría de las escuelas de cine no te enseñan lo que necesitas para crear tu propia estética, tu propio estilo. Y en realidad parte de convertirse en un artista es descubrir tu estilo. Pueden enseñar a sincronizar la banda sonora con las imágenes, o puede ser que te enseñen algunos trucos diferentes de edición o "Oh, puedes hacer esto con una cámara" y te mostrarán algunas películas. Pero parte de convertirse en un artista es descubrir tu estilo, cuando empiezas "me gusta esto, pero no me gusta esto otro...". Pero luego empiezas a darte cuenta de la diferencia entre un buen trabajo y un mal trabajo, no solo "me gusta esto, pero no me gusta esto otro...". Y entonces comienzas a afinar tu estilo, y ya solo es ponerlo en práctica."

Imagen: De Flickr. Figura como (CC BY-NC-ND 2.0) - Fuente Original

sábado, 11 de diciembre de 2021

"Johnny Guitar" y una Joan Crawford desencadenada



Johnny Guitar: ¿A cuántos hombres has olvidado?
Vienna: A tantos como mujeres tú, me imagino.
Johnny Guitar: ¡No te vayas!
Vienna: Pero, si no me he movido.
Johnny Guitar: Dime algo bonito.
Vienna: Claro. ¿Qué deseas oír?
Johnny Guitar: Miénteme. Dime que me has esperado todos estos años. Dímelo.
Vienna: Todos estos años te he esperado.
Johnny Guitar: Y que habrías muerto si no hubiese venido.
Vienna: Habría muerto si tú no hubieses venido.
Johnny Guitar: Y que todavía me quieres como yo te quiero a ti.
Vienna: Te quiero como tú me quieres a mí.
Johnny Guitar: Gracias

Un intercambio de frases maravilloso para una pareja que prácticamente no se soportaba. Joan Crawford era tan dura con sus compañeros de reparto como dura era la imagen -a la vez que sensacional- que muestra en esta película en el rol de Vienna, en la que a fin de cuentas, el machote de la película era ella. Sterling Hayden, que de blandengue no tiene nada, resultaba en principio una opción algo extraña para encarnar al pistolero Johnny Guitar -no sabía montar a caballo, ni disparar y menos  tocar la guitarra-, pero se supone que en definitiva de eso se trata actuar. El actor terminó por no soportar a Joan Crawford y sus continuos celos y tejemanejes, tanto que llegó a decir: "No hay suficiente dinero en Hollywood para atraerme a hacer otra película con Joan Crawford. Y me gusta el dinero" o "Estuve en guerra en esa película, durante el día, con Joan Crawford y por la noche con mi segunda esposa", unas manifestaciones que tenían mucho que ver con la forma en la que la actriz trataba a Mercedes McCambridge, su oponente femenino en la película en el rol de Emma Small.

Joan Crawford luchaba por cada detalle y mucho más por parecer lo más joven y atractiva posible. Por aquel entonces ya rondaba los cincuenta años (no se tiene claro del todo su fecha de nacimiento) y para lucir lo mejor posible obligaba a que todas las escenas que requerían primeros planos suyos se rodaran en estudio con la luz adecuada para favorecerla. No ayudó a calmarla el hecho de que su oponente, Mercedes McCambridge, fuera casi 15 años más joven, así, su lucha con ella fue tan tenaz como la que sostuvo con Bette Davis. Molesta por esta circunstancia y por lo bien que abordaba sus escenas, una noche, enfurecida por la borrachera, Crawford esparció los trajes usados ​​por McCambridge a lo largo de una carretera de Arizona. El equipo de rodaje tuvo que ir a recogerlos. En otra ocasión y en un nuevo brote de furia, la Crawford se metió en el camerino de McCambridge y cortó su ropa en pedazos. McCambridge culpó de los siguientes dos años de inactividad en el mundo del cine a las presiones de la todopoderosa Johan Crawford y a sus repetidos intentos por incluirla en la lista negra.

Esa enemistad entre las dos actrices venía de perlas a la tensión precisa entre sus dos  personajes en la película, pero el coste emocional para los que trabajaban en ella también era considerable. Nicholas Ray, el director, que se vio obligado a rodar las escenas de McCambridge por la mañana, antes de que llegara Johann Crawford, para evitar sus arrebatos, decía de esta última que era el peor ser humano y que, algunas veces, cuando había de ir a trabajar por la mañana en su coche, tenía que detenerse a vomitar solo ante la idea de trabajar con ella.

El crítico Dennis Schwartz al respecto de la película apuntaba: "François Truffaut dijo que le recordaba a 'La Bella y la Bestia', siendo Sterling Hayden la belleza". En cualquier caso, la Crawford esta sensacional en esta película que no sería ni mucho menos la misma sin la fuerza que ella logra transmitirle, haciendo de Vienna uno de los personajes femeninos icónicos dentro de la historia del cine. 

La película, con esa calculada mezcla de romance, odio y violencia tuvo mucho más éxito en Europa que en Estados Unidos donde no obtuvo buenas críticas y donde solo con el tiempo logró la consideración de obra maestra que tiene hoy.

Ficha de la película:

Título original: Johnny Guitar
Año: 1954
Duración: 110 min.
País: Estados Unidos

Dirección: Nicholas Ray
Reparto: Joan Crawford, Sterling Hayden, Scott Brady, Mercedes McCambridge, Ward Bond, Ernest Borgnine, John Carradine, Royal Dano, Ben Cooper

Guion: Philip Yordan. Novela: Roy Chanslor
Música: Victor Young
Fotografía: Harry Stradling Sr.
Productora: Republic Pictures

Imágenes: De Flickr - Imagen 1 (CC BY-NC-SA 2.0) / Cortesía de Doctor Macro: Imágenes 2 y 3