“Con
‘El emigrante’ yo fui el primer cantautor que hubo en España. El primero que
llegó al gran público con una letra que había escrito yo mismo y donde se
recogían los sentimientos, las alegrías y las penas de todo un pueblo. Cómo
será la fama de ‘El emigrante’, que de esa canción hasta Franco me pidió un
bis.”
Son palabras del gran Juanito
Valderrama, una de las voces más soberbias y populares del pasado reciente
de nuestro País y una persona realmente querida por todos, que resulta que
además de cantautor resultó tremendamente valiente al abordar un tema
verdaderamente espinoso (por no decir peligroso) hilvanado con primor sentimientos ocultos para muchos españoles de aquel entonces entre los
aparentemente inocentes versos de "El emigrante".
La canción empieza a tomar
forma en 1948, cuando Valderrama, durante una gira por España en la
que iba acompañado por el gran Niño Ricardo, encontró inspiración
en unas notas improvisadas por el músico. Al respecto cuenta Manuel Román:
“Un
día, el guitarrista Niño Ricardo, uno de los más grandes en su género,
improvisó unas notas que alimentaron la inspiración de Juanito, hasta el punto
de que, ‘por lo bajinis’, le susurró que no las olvidara, con las que minutos
después, ya en el camarín, compuso unas estrofas, aquellas que luego rezarían
así: ‘Adiós, mi España querida, dentro de mi alma, te llevo metía…’
Eran años en los que los vencidos de la Guerra Civil habían de abandonar España
para buscar fortuna lejos de una tierra que les cerraba todas las puertas y en
la que no pocos eran perseguidos. Ya en 1949, Juanito Valderrama iba a viajar a
América, lugar al que se habían exiliado muchos españoles, especialmente a
México, y con la base de las notas de Niño Ricardo y con el
pensamiento puesto en los que marcharon, logró terminar la letra sobre una
factura de hotel cuando estaba camino de Larache en una gira por Tánger.
Durante la Guerra Civil, Valderrama se alineó con la República y
se alistó en un batallón de la CNT donde, junto con otros
artistas en situación similar, actuó para combatientes y heridos de guerra.
Antecedentes que refuerzan la idea de que más que a los emigrantes que
marchaban de España en busca de trabajo, un fenómeno que no llegaría hasta años
más tarde, la canción iba dirigida a los exiliados políticos, debiendo ser
considerada como una verdadera "canción protesta". Al
respecto diría Manuel Francisco Reina:
“Hombre de filias republicanas, en cuyo bando estuvo alistado durante la
guerra, escribió esta canción que, sin duda, se convirtió en himno de todos los
exiliados republicanos por todos los márgenes de la España de Franco y dentro
del miedo y el silencio de sus fronteras.”
Así,
Juanito Valderrama es para no pocos, uno de los primeros cantautores españoles
(muy admirado por Serrat, que lo considera fuente de inspiración),
y logra además de interpretar, componer un repertorio propio, en el que
introduce matices críticos con el entorno que le toca vivir.
Curiosamente, "El emigrante" era una de las canciones
favoritas de Franco y al respecto decía el propio Valderrama:
“A
Franco le encantaba ‘El emigrante’. Decía que era muy patriótica. No debía
darse cuenta de que esa canción iba en contra de su política, pues su argumento
no era otro que el de tantos exiliados españoles que vivían fuera de España en
la posguerra. Durante años, cada 18 de julio me enviaban desde el palacio de El
Pardo una invitación para acudir a otro palacio, el de La Granja, al
aniversario del comienzo del Alzamiento Nacional, por cuyo motivo se celebraba
una gran fiesta en sus jardines con asistencias de todo el Cuerpo Diplomático y
grandes personalidades del Régimen. A aquella recepción íbamos muchos artistas
de la canción española. Y yo tenía que cantar siempre ‘El emigrante’, pues
sabía que a Franco le gustaba, incluso tuve una vez que hacer un bis.”
De ese
famoso bis contaba Carmen Sevilla, que había ocurrido cuando tanto
ella como Valderrama habían sido invitados a cantar en una fiesta organizada
por un señor acaudalado y a la que asistía Franco. Cuando llegó el momento de
cantar y en presencia de tanto uniforme, Juanito Valderrama sudaba de puro
miedo, cuando el maestro Quiroga le dijo que la canción que
deseaban oír era "El emigrante". Cuando terminó la canción, se hizo
un silencio que duró unos segundos, tras los cuales, inesperadamente y en
contra de su costumbre, Franco le pidió que la volviese a cantar, pues la
consideraba una canción patriótica muy de su gusto. Solo después de mucho
tiempo Valderrama contaría a Carmen Sevilla la razón de sus sudores aquella
noche, que no era otra que la verdadera naturaleza del contenido de la canción,
y el "escogido público" ante el que había de cantarla.
Seguro
que ahora la canción ya no suena igual:
... “Cuando salí de mi tierra, volví la cara llorando porque lo que más quería, atrás me lo iba dejando. Adiós mi España querida, dentro de mi alma te llevo metida. Y aunque soy un emigrante jamás en la vida yo podré olvidarte.”
Esta entrada se publicó originalmente en nuestro blog anterior: "Una pizca de..." el 30/12/2012
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