"Cuando mis enemigos dejen de murmurar enfurecidos sabré que estoy perdiendo facultades"
Son palabras de María Kalogeropoulos, o lo que es lo mismo María Callas, y vienen que ni pintadas para ilustrar la anécdota de hoy. En cierta ocasión la Callas hubo de cantar en la Scala de Milán, templo de la opera en el que se tenía verdadera devoción por Renata Tebaldi, la gran rival de aquella. El reto era algo parecido a una visita del Real Madrid al feudo del Barcelona o viceversa. María Callas, con su sorprendente registro de soprano de amplitud poco corriente, casi tres octavas y dotada de unas soberbias dotes dramáticas, hizo un alarde de facultades para conquistar aquella difícil plaza y a pesar de ello, tal como la prima donna acabo su interpretación tuvo que soportar estoicamente sobre el escenario que el público le lanzara una del todo injustificada lluvia de hortalizas. La Callas no se amilanó y como si fueran las esperadas flores se agachó a recoger algunas verduras y tras pedir silencio al público preguntó:
¿Quiere alguien decirme dónde las consiguen? ¡Tienen un aspecto estupendo!
El público, sorprendido por la deliciosa reacción de la injustamente vejada artista, prorrumpió en unos sonoros aplausos, ya rendido a la genialidad de la gran soprano.
La Habanera de "Carmen" de Bizet, interpretada por María Callas en 1962 en el Covent Garden:
Imagen: De Flickr donde figura como (CC BY-NC-ND 2.0) - Fuente original.
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