martes, 14 de diciembre de 2021

Jean Simmons: A bofetones en una "Cara de ángel" (1953)

 

Poco antes de que la maravillosa Jean Simmons cumpliera su contrato con los Estudios Rank, el todopoderoso Howard Hugues, multimillonario y dueño de la RKO, se encapricho de ella y sin previo conocimiento de la actriz, compró sus derechos cinematográficos, casi como el que compra un juguete en un mercadillo o como dijo la actriz: "la habían vendido como un trozo de carne". Jean Simmons tenía una proyección enorme, no hacía mucho que había rodado "Cadenas Rotas" de David Lean, "Narciso negro" junto a Deborah Kerr y acababa de ser nominada al Oscar por su actuación en "Hamlet" (Laurence Olivier), título que además había ganado el premio a la mejor película de 1949. Como quiera que el contrato que Hugues había comprado a la Rank estaba a punto de expirar y con el sus derechos sobre la actriz, el magnate la presionaba enormemente no solo para que renovara, con la promesa de hacerla una gran estrella (o hundirla en la miseria si se negaba), sino que a la vez pretendía sus favores tal y como ya había conseguido con una interminable lista de actrices famosas. 

Jean Simmons, que por entonces tenía poco más de 22 años, estaba recién casada con Stewart Granger, quien cuando supo los avances que "el aviador" hacía para conseguir a su esposa lo amenazó severamente por teléfono: "Señor Howard, maldito Hughes, lo lamentará si no deja en paz a mi esposa". Esta amenaza puso frenético a Hugues que además de ver como no conseguía sus propósitos carnales con la Simmons, esta además se negaba a firmar el nuevo contrato. Hugues preparó su venganza milimétricamente. 

Primeramente, negó a la actriz el poder protagonizar "Vacaciones en Roma", película para la que era insistentemente reclamada por William Wyler y que le valió un Oscar a su sustituta, la aún novata Audrey Hepburn. Después la obligó a participar en "Cara de ángel" (Angel face - 1953), película para la que contrató a un director que tenía fama de ser durísimo con los actores: Otto Preminger. El director no gustaba del proyecto y Hugues tuvo que esforzarse para convencerlo, dándole carta blanca para cambiar cuanto deseara del guion. A cambio le pedía terminar la película en el escaso margen de tiempo de contrato le quedaba a la Simmons, si lo lograba se llevaría una bonificación y además le daba carta para ser con ella tan dura como desease. "Voy a vengarme de esa pequeña perra", le dijo Hughes al director, "y tú me ayudarás".

Simmons, respondió inicialmente cortándose el pelo, conocedora de que a Hugues le gustaban las actrices con el pelo largo y creyendo, erróneamente, que así no la admitiría en la película. Fue un detalle que se corrigió de inmediato obligándola a usar en todo momento una peluca. 

Lo peor fue lo en serio que se tomó Preminger el encargo de complicarle la vida a la joven actriz. En una de las escenas de "Cara de ángel", Robert Mitchum, el protagonista masculino de la película, tenía que pegar un bofetón a la menuda actriz y Preminger, de manera sádica, no paraba de repetir la escena y de conminar al actor a que se emplease a fondo y la golpease más fuerte. Mitchum que notó como el rostro de la actriz estaba ya rojo a causa de tanta inútil repetición, se volvió hacia el director y lo abofeteó duramente, a la vez que le decía ¿Así le parece bien?  Preminger iracundo, acudió a Howard Hugues, pidiendo que despidieran a Mitchum, pero aquel tenía en gran aprecio al actor y lo mantuvo en la película. "Cara de ángel" debía haber sido un fracaso, el hundimiento de Jean Simmons en el mundo del cine y  sin embargo no fue así. Gracias a la prestancia de Mitchum, a la calidad como director del tiránico Preminger (una cosa no quita la otra) y sobre todo a la maravillosa actuación que Jean Simmons desplegó como Diane Tremayne, una inolvidable y perversa "femme fatale", el título se convirtió en una grandiosa película, admirada por todos y esencial dentro de la historia del cine negro. Ni que decir tiene que Diane Tremayne, de ángel solo tenía la cara.... y que igual que recibía las tortas las devolvía.

Jean Simmons tuvo que meterse en pleitos para desligarse totalmente del caprichoso Howard Hugues, pero en el futuro le esperaban, entre otros, títulos como: "La túnica sagrada","Désirée", "Sinuhé el egipcio", "Ellos y ellas", "Pasos en la niebla", "Horizontes de Grandeza", "El fuego y la palabra" y como no "Espartaco". Una grandiosa actriz.


Imagen: De Wikimedia Commons - Dominio Público (CC0) - Fuente Original

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