"A mi infancia siempre vuelvo con angustia y rabia. Me avergoncé tanto de mi pobreza... Mi padre era carpintero -... - se lavaba en la cocina, destrozado. El día que fuimos a vivir a un apartamento de dos habitaciones con baño, miré la bañera como si fuera una piscina. Yo tenía 18 años. En ese apartamento también conocí el radiador. Antes dormía con calcetines, calzones de lana y suéter. Mis padres eran tan pobres que ni siquiera se preocupaban por mi futuro. Me enviaron al instituto -... - con el diploma, me habría convertido en obrero especializado o aparejador. Así que nunca he estudiado griego, latín o filosofía, en cambio he pintado muchas paredes y he trabajado mucho la forja del hierro. Lo digo sin rencor, me gustaba la actividad manual. El rencor lo guardo para el dinero que no teníamos y por la mala educación que recibí. Cuando era niño siempre escuché decir : "sé amable con ese señor, sé obediente, podrías necesitarlo". Crecí en la escuela de la humildad, aprendí muy pronto a doblegarme, adaptarme, aceptar el chantaje... Dios, que infamia ser pobre. No sólo porque te enamores de los zapatos que no puedes comprar, no solo porque debes acostarte con el suéter, sino porque eres constantemente privado de tu dignidad."
Tristes palabras de Marcello Mastroianni, uno de los actores más importantes en la historia del cine europeo, a quien podemos ver en la imagen junto a Anouk Aimée en un momento de "La Dolce vita", una vida que según nos cuenta el propio actor no fue nada dulce en su infancia, una época que para otros resulta luminosa y que para él resultaba muy diferente: "Cuando era joven, la vida me parecía larga e interminable"
La cita inicial está tomada de la página "Club Cowboys de Medianoche" de Facebook, donde fue aportada por "Cati Rojo".
Imagen: De Wikimedia Commons - Dominio Público (CC0) - Fuente Original
cuanto dolor tan bien expresado.....
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