sábado, 9 de agosto de 2025

Las imposibles barbas de Amundsen y la mala suerte de Scott

 

"La victoria espera al que tiene todo en orden, es lo que llaman suerte. La derrota es cierta para el que falló en tomar las debidas precauciones, es lo que llaman mala suerte"

Son palabras del noruego Roald Amundsen (1872-1928) uno de los grandes exploradores de inicios del siglo pasado, que nos recuerdan inevitablemente el desgraciado episodio vivido por el heroico y fracasado Robert Falcon Scott en la conquista del Polo Sur. A él le tocó la mala suerte. Eran tiempos en los que todavía existían regiones vírgenes en nuestro planeta que atraían como un irresistible imán a personas ávidas de poner el pie donde nunca otro lo hizo antes, ver lo que nadie había visto y de camino llevarse la gloria de esa hazaña. Entre las proezas de Amundsen, destaca ser el líder de la expedición que por primera vez alcanzó el Polo Sur. Alcanzó su objetivo en dura pugna con Scott que marchaba tras él y que llegó aproximadamente un mes después. Lograda su hazaña, pero desconociendo si su retorno sería exitoso a través de un lugar tan hostil, Amundsen dejó una nota a su rival que garantizase la noticia de su conquista. Decía así:

“Querido Comandante Scott:

Como Vd. será probablemente el primero en llegar aquí después de nosotros, ¿puedo pedirle que envíe la carta adjunta al Rey Haakon VII? Si los equipos que hemos dejado en la tienda pueden serle de alguna utilidad, no dude en tomarlos. Con mis mejores votos, le deseo un feliz regreso.

Sinceramente suyo.”

Después de tantos padecimientos, aquella nota debió ser un duro golpe para Scott y sus hombres que, ya sin fuerzas y con el lastre añadido de la derrota, se enfrentaban a un regreso infernal. Tras grandes calamidades, no pudieron finalizar la vuelta y todos los integrantes del grupo murieron uno a uno, en la inmensidad blanca e inmisericorde de la Antártida. Como decía el grupo musical Mecano en su canción "Héroes de la Antártida":No hubo lápidas, no hubo pláticas, no hubo Dios ni hubo reina, solo nieves eternas, en la Antártida”. La carta, de gran importancia para Amundsen, fue encontrada junto al diario de Scott, que demostró con este gesto ser todo un caballero, y dio fe de que su rival había llegado antes que él. Ahora Scott es recordado como uno de los grandes perdedores de la historia. Un caso parecido al de Mallory con el Everest. 

Sin embargo, estos curtidos hombres también dejaban lugar para el buen humor y el ingenio. Se cuenta que tras sus expediciones, esta vez al Polo Norte, se encontraba Amundsen en una de esas elitistas reuniones en la que era agasajado por sus conquistas, cuando una señora de la alta sociedad lo tenía bombardeado a preguntas de todo tipo sobre sus viajes. Amundsen, el indómito aventurero, no encontraba una forma discreta de sortear este enjoyado peligro. La elegante e infatigable cotorra amenazaba con hacer insufrible la velada. La conversación llegó a un punto en el que la señora de marras le rogó al explorador, que por favor les contase a los allí presentes el suceso más extraño que le hubiera sucedido durante sus viajes. Amundsen se quedó pensativo durante unos momentos, tras los cuales exclamó:

—Ya sé, ¡en una sola noche me creció la barba quince centímetros!

Todos los que escuchaban se miraron perplejos y en el rostro de la curiosa señora se dibujó una expresión de verdadero asombro y dijo:

Pero ¿qué dice usted? ¡Eso es imposible! ¿En una sola noche…?

El explorador, sonriendo suavemente le respondió:

—Pues será extraño, pero así fue. Es algo que sí resulta posible en el Polo Norte, un lugar donde la noche puede durar hasta seis meses.

No sabemos si la anécdota sirvió para calmar a la inquieta y curiosa señora o le dio alas para preguntar todavía más…. A veces no conviene ser tan ingenioso, máxime cuando la financiación de la próxima aventura puede depender de ello. En cualquier caso sirvió para demostrar que era un hombre de grandes recursos tanto en los fríos e inhóspitos polos como en la cálida, pero no menos peligrosa, jungla de los salones.

Imagen: Tomada de Pinterest

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