Que el escritor Ramón María del Valle-Inclán era todo un
personaje es algo que nadie duda, por eso no es de extrañar que fuera detenido
en alguna ocasión por la forma en la que vociferaba, en plena calle o en un café, su
pública oposición al régimen de Primo de Rivera. Lo hacía de forma vehemente,
haciendo oír claramente sus quejas y críticas hasta convertirse en un personaje
ciertamente incómodo. En una de esas detenciones, cuando fue llevado a
Comisaria, uno de los policías empezó a rellenar su ficha policial y siguiendo
el procedimiento habitual empezó a preguntarle: "¿Profesión?", a lo
que Valle-Inclán con cierto hastío contestó: "Escritor". "¿Sabe
leer y escribir?" continuaba el agente con el metódico cuestionario, a lo
que el escritor, que todo hay que decirlo ya era por entonces un personaje muy
conocido en Madrid y tenía publicadas obras de tanto éxito como sus Sonatas,
Divinas Palabras o Luces de Bohemia, contestó de forma rotunda: "No".
Sorprendido el agente, que por supuesto sabía quién tenía delante, le dijo:
"¡Me extraña tal respuesta!" y el siempre afilado Don Ramón le
replicó: "Más me extraña a mí su pregunta".
Y es que como el mismo escritor decía: "En España podrá faltar el pan, pero el ingenio y el buen humor no se acaban".
Imagen: Tomada de Wikimedia Commons - Dominio Público (CC0). Se enlaza fuente original:https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Valle-Inclan-30-ed.jpg
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