“El descubrimiento más importante que hice pocos días después de haber cumplido los 65 años fue que no podía perder el tiempo haciendo cosas que no quería hacer” (Jep Gambardella - La gran belleza)
Últimamente parece que siempre llego tarde a las grandes películas; también es verdad que a veces, la recompensa es mayor, como cuando se abre un buen vino que ya clamaba porque se le prestara atención. Uno lo paladea más despacio, con más atención. Había visto recientemente las magníficas series televisivas "El joven Papa" y su continuación "El nuevo Papa" ambas firmadas por Paolo Sorrentino y este parecía gritarme que me dejara de gaitas y me entregara de una vez por todas a "La gran belleza", la obra con la que el director napolitano había ganado el Oscar a la mejor película extranjera en 2013. El film empieza caminando por el alambre, pronosticando un visionado difícil, hasta que aparece Toni Servillo dando vida al elegante y cínico Jep Gambardella, un personaje maravilloso que atrapado en un mundo artificial y efervescente de fiestas supuestamente divertidas, está siempre buscando la belleza y lo ridículo en los momentos más simples, escudriñando la realidad, quien sabe si buscando inspiración para su proyectada novela o respuestas con las que intentar comprender el absurdo mundo en el que vive. Así, el bon vivant Jep Gambardella lucha por zafarse en sus solitarios paseos por Roma de la vacuidad de las relaciones a las que voluntariamente se ha sometido y dotado de una sensibilidad a flor de piel para el detalle, busca con ojos muy abiertos la poesía y la belleza en cada instante. La noticia de la muerte de un amor de juventud y el saber que ella nunca le olvidó, le reconcilia con su pasado y le muestra un nuevo camino a sus sesenta y cinco años, a esa edad en la que según el mismo sentencia ya no puede perder el tiempo haciendo cosas que no quiere hacer. Ahora quiere entregarse de nuevo a la gran belleza del recuerdo de un tiempo que ya no es. Ahora quiere escribir.
Algunas citas de la película dignas de recordar:
“Termina siempre así, con la muerte. Pero antes, hubo vida. Escondido debajo el bla, bla, bla, bla. Y todo sedimentado bajo los murmullos y el ruido. El silencio y el sentimiento, la emoción y el miedo. Los demacrados, caprichosos destellos de belleza. Y luego la desgraciada miseria y el hombre miserable. Todo sepultado bajo la cubierta de la vergüenza de estar en el mundo. Bla, bla, bla, bla. Más allá, está el más allá. Yo no me ocupo del más allá. Por tanto, que esta novela dé comienzo. En el fondo, es sólo un truco. Sí, es sólo un truco” (Jep Gambardella)
“Viajar es muy útil, hace trabajar la imaginación. El resto no son sino decepciones y fatigas. Nuestro viaje es por entero imaginario. A eso debe su fuerza. Va de la vida a la muerte. Hombres, animales, ciudades y cosas, todo es imaginado. Es una novela, una simple historia ficticia." (Jep Gambardella)
"Me he pasado todos los veranos de mi vida haciendo planes para septiembre, pero ya no, ahora me paso los veranos recordando los planes que hacia y que se han desvanecido, un poco por pereza y otro poco por olvido. ¿Qué es lo que tenéis contra la nostalgia eh? Es la única distracción que nos queda a los que no tenemos fe en el futuro. La única. Sin la lluvia, agosto se termina y septiembre no empieza. Y yo soy muy ordinario, pero no hay que preocuparse. Esta bien, esta bien así." (Romano - Carlo Verdone)
Imagen: La fotografía está tomada de Flickr donde figura con licencia (CC BY-NC 2.0). Se enlaza la fuente original:https://www.flickr.com/photos/unia/18921688400/
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