miércoles, 12 de agosto de 2020

Bette Davis y la muerte


“Quiero morir en tacones, siempre en acción.”

Eso decía Bette Davis, en 1989, poco antes de morir. Y es que la muerte no es asunto baladí en el mundo del espectáculo. Muchos desean morir sobre las tablas a lo Molière o ante las cámaras, pero otros no tienen esa oportunidad; son actores y actrices que tras un pasado glorioso han visto como, por una prolongada inactividad, han quedado en el olvido del gran público. Para estas estrellas apagadas su muerte es sin duda su canto del cisne, el momento en el cual los periódicos y revistas, como en un redoble de tambor final, dedican especiales para rememorar las vivencias y éxitos de dicha estrella, espulgan sus archivos en busca de las mejores fotos, buscan las opiniones de sus amigos y la hacen en definitiva, nuevamente protagonista por un día más. Si bien es cierto que a Bette Davis no pararon de darle homenajes en sus últimos años, como el del Festival de San Sebastián, su ritmo de trabajo había decaído mucho y evidentemente había dejado de ser el centro de las miradas para la mayoría, con lo cual no es de extrañar que cuando un abogado la llamó desde Nueva York para decirle que en la ciudad se había corrido el rumor de que había muerto, ella le respondiera airada desde California:

"¿Morirme? Con la huelga de periódicos que hay, ni siquiera se me pasaría por la cabeza"

Evidentemente, "La loba" se negaba en rotundo a correr las cortinas del teatro si no había público para aplaudir.

Imagen: La fotografía es cortesía de la estupenda página Doctor Macro. Se enlaza la fuente original:

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