Ayer me tocó volver a ver a Brad
Pitt luciendo músculo y cabellera dorada como Aquiles en "Troya"
(2004 - Wolfgang Petersen), y no solo para contentar a mis hijos (y a mi
esposa), además es una película que, en mi opinión, aborda de forma muy
entretenida el épico relato de Homero. El caso es que siempre que
he visto la película he pensado en cuántos serían en realidad los guerreros que
entraron dentro del dichoso caballo de madera con el que los griegos engañaron
a los troyanos para entrar en la ciudad y vencerlos. Espoleado por la
curiosidad, me pongo a investigar un poco y pronto descubrí que no era ni mucho
menos el único que se había planteado esta pregunta y que la respuesta no es
nada fácil.
El caballo, construido con madera
por Epeo, el mejor carpintero de los que se encontraban junto
al ejército griego, parece que medía 11 metros de altura (el empleado en la
película de Petersen, también de madera, medía 11'5 metros y pesaba 11
toneladas). En realidad, el caballo no debía de albergar muchos guerreros, solo
los suficientes para abrir desde dentro las puertas de la ciudad de Troya, pero
el número de integrantes de este "comando de fuerzas especiales" de
la antigüedad es fuente de muchas especulaciones.
Ni en “La Odisea” ni
en “La Ilíada” de Homero se da noticia de
cuantos guerreros pudieron ser. En "La Eneida de Virgilio,
el relato más célebre y literario del suceso, se citan expresamente a diez
guerreros aparte de Sinón que les facilita la salida del
caballo. Para Apolodoro la cantidad llegaba hasta los
cincuenta, Quinto de Smirna da los nombres de treinta de sus
integrantes y para Tzetzes eran veintitrés. La lista con
nombres concretos de los potenciales ocupantes del caballo, combinando las distintas
fuentes, asciende a cuarenta entre los cuales, por supuesto, se encontraba Ulises.
Lo que es seguro es que en el
grupo no estaba Aquiles, por mucho que en la película le reserven
una plaza en el caballo en zona VIP. Su encuentro con las flechas de Paris,
según las fuentes clásicas se produjo antes de la estratagema del caballo
Virgilio, en “La Eneida”, describe
así la salida de los guerreros del famoso caballo de Troya:
"... a favor del silencio
y de la protectora luz de la luna, y apenas la real encendió una hoguera en su
popa para dar la señal, cuando Sinón, defendido por los hados de los dioses,
crueles para nosotros, abre furtivamente a los Griegos encerrados en el vientre
del coloso su prisión de madera; devuélvelos al aire libre el ya abierto
caballo, y alegres salen del hueco roble, descolgándose por una maroma, los
caudillos Tesandro y Stenelo y el cruel Ulises, Acamante, Toas y Neptolemo,
nieto de Peleo, y Macaón el primero, y Menelao, y el mismo Epeos, artífice de
aquella traidora máquina. Invaden la ciudad, sepultada en el sueño y el vino,
matan a los centinelas, abren las puertas, dan entrada a todos sus compañeros,
y se unen a las huestes que los esperan para dar el golpe." (21-7-18)
El episodio dejó un mensaje para
la posteridad. Toda acción, incluso las aparentemente generosas, puede esconder un oscuro porqué, de ahí el
célebre refrán inspirado en la cita de Virgilio en “La Eneida”: “Desconfía de
los griegos, incluso cuando traen regalos”.
Imagen: Tomada de la siguiente fuente
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