"En España el mérito no se premia. Se premia el robar y el ser sinvergüenza. En España se premia todo lo malo"
Son palabras de Ramón María del Valle-Inclán al que siempre le costó que reconocieran sus méritos, tanto que se puede decir que el escritor de "Luces de Bohemia" o "Divinas Palabras" estaba normalmente a la cuarta pregunta, con telarañas en los bolsillos y habituado a pasar estrecheces. Tan común era esta situación de carestía para él que poco a poco terminó poniéndose el traje del estoicismo y no solía quejarse de su suerte, muy al contrario, la enfrentaba hasta con buen humor. En esta línea se cuenta, que en sus primeros tiempos en Madrid se vio empujado por la necesidad a vivir en cuartos de alquiler más que baratos y que por tanto dejaban mucho que desear en sus condiciones de habitabilidad. En uno de aquellos cubículos contaba Valle-Inclán que tenía por compañeros a un buen número de ratones, una situación sobre la cual, cuando la comentaba con sus íntimos, decía:
"No me molestan. El único problema es que, cuando llego a casa tengo que pasarme un buen rato maullando"
Imagen: Tomada de Wikimedia Commons - Dominio Público (CC0). Fuente original
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