miércoles, 16 de septiembre de 2020

Leonardo da Vinci busca empleo


El trabajo es el trabajo y cuando no se tiene hay que buscarlo desesperadamente. Hasta Leonardo da Vinci, ya con treinta años, hubo de relatarle al mecenas y Duque de Milán Ludovico Sforza por medio de una carta, una reseña de sus habilidades casi al estilo de un curriculum actual. Curiosamente más que como artista se presentó a si mismo como hábil ingeniero militar y detalló las creaciones que podrían hacer invencible al Duque y su eficacia para destruir al enemigo. Leonardo se presentaba así, en una carta que ahora se encuentra en el "Codici Atlántico":

Mi ilustrísimo señor

Habiendo visto y reflexionado ampliamente sobre las pruebas de todos aquellos que se consideran maestros e inventores de instrumentos de guerra, y habiendo descubierto que su invención y su uso de dichos instrumentos no difiere en nada de la práctica común, me siento animado, sin que ello perjudique a ninguna otra persona, a ponerme en comunicación con su Excelencia para informarlo acerca de mis secretos, y ofrecerme, a su placer, para demostrarle efectivamente en cualquier momento que sea conveniente, todos aquellos asuntos que se registran brevemente a continuación.

1. Tengo planos para toda clase de puentes ligeros, fuertes y fáciles de transportar, con los que perseguir al enemigo, o en ocasiones huir de él, robustos e indestructibles tanto por medio del fuego como en la batalla, cómodos y fáciles de colocar, así como de retirar. También dispongo de los medios para quemar y destruir los del enemigo.

2.Cuando un lugar está bajo asedio, sé cómo cortar el agua desde las trincheras y cómo construir una cantidad infinita de escaleras y otros instrumentos…

3. Si, a causa de la altura del terraplén y de la impenetrabilidad del lugar o de su ubicación, fuese imposible bombardearlo para reducirlo, conozco métodos para destruir cualquier ciudadela o fortaleza, incluso si ha sido construida sobre una roca.

4. Tengo planos para hacer cañones, muy convenientes y fáciles de transportar, con los cuales so podrían lanzar piedritas muy pequeñas, casi a la manera de granizo.

5. Y si sucediera que el encuentro es en el mar, tengo planos para construir muchas máquinas muy apropiadas para el ataque o la defensa, y naves que pueden resistir el fuego de los más pesados cañones, y la pólvora y el humo.

6. También tengo formas de llegar a un cierto punto a través de cavernas y pasajes secretos, construidos sin ruido aunque sea menester pasar debajo de un río.

7. También puedo construir carros cubiertos, seguros e inexpugnables, que pueden romper las apretadas filas del enemigo con artillería, y no hay compañía de hombres armados tan poderosa que no pueda ser destruida de esta manera. Y detrás de la artillería, la infantería puede entrar sin daño y sin oposición.

8. También, si fuere necesario, puedo fabricar cañones, morteros y artillería ligera, con formas muy hermosas y útiles, muy diferentes de las de uso común.

9. Allí donde no sea posible emplear cañones, puedo suministrar catapultas, mandrones, trampas y otras máquinas de maravillosa eficiencia que no son de uso general. En resumidas cuentas, puedo suministrar, en la medida en que las diversas circunstancias así lo requieran, una cantidad infinita de máquinas de ataque y defensa.

10. En tiempos de paz, creo que puedo satisfacerlo tan completamente como cualquier otro en la arquitectura, en la construcción de edificios tanto públicos como privados, y en la conducción del agua de un lugar a otro.

11. También puedo ejecutar esculturas en mármol, bronce o arcilla, y pinturas, en lo cual mi trabajo aguanta la comparación con el de cualquier otro, quienquiera que sea.

12. Es más: me comprometo a llevar a cabo el trabajo del caballo de bronce que habrá de darle a la auspiciosa memoria de su padre el Príncipe, y de la ilustre casa de los Sforza, gloria inmortal y honor eterno.

Y si cualquiera de las cosas anteriormente mencionadas pareciera imposible o impracticable a alguien, me ofrezco para hacer demostración de ellas en su parque o en cualquier lugar que a su Excelencia le plazca, y a usted me encomiendo con toda la humildad posible.

La carta se estima que fue escrita hacia 1483 y convenció al Duque de Sforza que contrató a Leonardo a su servicio. Para el diseñaría fiestas y espectáculos con decoraciones suntuosas, se dedicó a crear obras de arte que le valdrían el título del "Apeles florentino", un reconocimiento solo reservado para los grandes pintores, se atrevió con proyectos arquitectónicos, esculturas (no logró finalizar el famoso caballo que precisaba de 60 toneladas de bronce que desafortunadamente fueron destinadas a cañones) y dio rienda suelta a una imaginación desbordante que lo convertiría en la mente más versátil y prodigiosa de la historia.

Imagen: Retrato de Leonardo da Vinci tomado de Wikimedia Commons - Dominio Público (CC0). Se enlaza la Fuente Original

No hay comentarios:

Publicar un comentario