sábado, 26 de septiembre de 2020

El salto imposible de Nijinsky


Hay personajes que terminan por convertirse en leyenda y en no pocas ocasiones, para que esto suceda, es preciso que el genio incontestable y fulgurante de una figura se vea apagado abruptamente por la muerte o la locura cuando todavía el resto del mundo se encuentra rendidamente deslumbrado por su talento. Eso fue lo que le pasó al sensacional Vaslav Nijinsky, posiblemente el mejor bailarín de la historia. Tras revolucionar el mundo de la danza con su forma de bailar y sus coreografías se sumió en la locura a la temprana edad de treinta años, pero antes de ese descenso a las sombras en las que se quedó atrapado y perdido durante treinta años más, dejó en la memoria de todos el enigma de sus movimientos y el asombro por sus saltos nunca superados. 

Recuerdo leer en uno de aquellos libritos de la querida Enciclopedia Pulga, dedicado a Nijinsky, como este tenía la capacidad de saltar en el aire de manera casi etérea y lograr antes de volver a caer al suelo cruzar sus pies hasta diez veces. Es lo que se conoce como "Entrechat dix", algo a mi entender prácticamente imposible pero que Nijinsky hacía con toda naturalidad y sencillez. Saltaba en vertical con una potencia inaudita y luego dulcificando aquella súbita explosión parecía quedarse suspendido en el aire durante un instante infinito en el que las leyes naturales parecían dejar de existir, para luego caer de la manera más delicada. Aquellos saltos traían de cabeza a los demás bailarines que entonces y aún ahora son incapaces de lograr tales proezas, tanto que durante unos ensayos en los que Nijinsky practicaba sus saltos, otro bailarín se le acercó totalmente asombrado y le preguntó:

- "¿Cómo logra usted eso?"

- "Muy sencillo -le contestó Nijinsky-. Basta con dar un salto y quedarse parado un momento en el aire"

Fuente: Diccionario Ilustrado de Anécdotas -pag. 134- (Vicente Vega)
Imagen: Tomada de Wikimedia Commons - Dominio Público (CC0). Se enlaza la Fuente Original

1 comentario:

  1. Mi padre me contaba de ese salto tan espectacular, en donde parecía flotar y caer en el centro del escenario.

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