"La prostitución es la más horrible de las aflicciones producidas por la distribución desigual de los bienes del mundo" (Flora Tristán)
En España el tema de la prostitución viene de lejos, ya se sabe aquello tan manido de "el oficio más viejo del mundo", pero por viejo que resulte, el caso es que parece no perder fuerza, resultando uno de los negocios más lucrativos y despiadados de nuestros días. Ahora las necesitadas suelen ser mujeres de otras nacionalidades que empujadas por la pobreza o la mas pura y dura extorsión se ven obligadas a vender sus encantos. No hace mucho, en 1940, tras la sangrienta guerra civil que asoló nuestro país, había la friolera de casi 200.000 prostitutas repartidas en 1240 prostíbulos legalizados, lo que suponía que en aquella sociedad que no permitía bailar pegados a una pareja, en la que no se podía enseñar un tobillo y el rosario estaba todo el día en la mano, una de cada cuarenta mujeres de entre los 15 y los 45 años había de dedicarse por pura necesidad a calmar las ansias de los españolitos.
Pero una cuestión que siempre ha llamado la atención de todos es la razón de llamar "rameras" a las prostitutas. El termino "prostituta" (mujer que se expone públicamente a posibles compradores) viene del verbo latino "prostituere" que significaba inicialmente "Poner a la vista", "exponer algo". Pro (delante) - statuo (poner, colocar, situar), siendo Suetonio el primero en utilizar este verbo en el sentido que le damos hoy.
Pero el termino "ramera" es algo más complicado. Al parecer la razón se remonta al siglo XII, época en la que las "izas, rabizas y colipoterras" como las llamaba Camilo José Cela, intentaban disimular todo lo posible el ejercicio de su profesión. En aquella época no había luminosas luces de neón ni coloridos reclamos para la clientela, por lo que las tabernas, para diferenciarse de las casas particulares y llamar la atención de los potenciales clientes, solían colocar un ramo en sus fachadas avisando de que allí se despachaba vino, de forma muy parecida a como aún hoy se coloca una banderita roja en donde hay mosto. Las prostitutas en su afán de disimular un poco su labor, hacían pasar su lugar de trabajo por una taberna, y para ello colocaban ellas también un ramo de flores en su puerta, motivo por el cual las comadronas empezaron a llamarlas "rameras", un termino que si bien es sin duda despectivo era un poco más dulce que otros de los calificativos que históricamente se les han adjudicado. Evidentemente también fueron muchas las tabernas reales en aquel tiempo en las que las prostitutas establecían sus contactos, mientras los clientes disfrutaban de bebida y canciones. ¿Qué fué primero, la gallina o el huevo...? Eso ya es otro cantar.
Los datos estadísticos que se incluyen al inicio del texto están tomados del excelente monográfico que hace un par de años la revista "Historia de Iberia Vieja" dedicó al sexo en nuestro país. Altamente recomendable.
Para ilustrar la entrada deberíamos haber utilizado sin duda alguna foto del gran Joan Colom que tan magníficamente retrató la prostitución barcelonesa, pero no he podido evitar la tentación de hacerlo con esta conocida foto de una prostituta en el barrio de Storyville de aquel loco Nueva Orleans en el que empezaba a nacer el jazz.
Imagen: La fotografía, recortada, ha sido tomada de los fondos de Wikimedia Commons, donde figura etiquetada como Dominio Público (CC0). Se enlaza la fuente original:
https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/5/51/StoryvilleRaleighRyeGal.JPG
https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/5/51/StoryvilleRaleighRyeGal.JPG
Y claro, falto el termino "lenadras" tomado de aquella clásica y simpática Zarzuela.
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