jueves, 11 de junio de 2020

El decálogo de Rosa María Sardá (D.E.P.)


"¿Cómo me voy a relajar con la de guerras que hay por terminar? Con el Sadam, el Hasam, el huracán.... Con la falta de pan que hay en el mundo, con las pateras, las fronteras, las esperas, los alijos incautados, lo hijos desencantados, los campos de refugiados, los que llenan de inmigrantes un camión, la prensa del corazón, los que aprietan el botón, el perro que se caga por las esquinas, los alcaldes con gomina, los ladrones con gomina, los que compran el viagra y se van con la vecina, el windows 98, los anuncios de colonia, los ombligos con argolla y la Gala de los Goya... Para un momento que me estoy ahogando. ¡Un momento!
¿Cómo me voy a relajar? Con las mujeres maltratadas, las mujeres mal folladas, torturadas, ignoradas, aplastadas, explotadas, perseguidas, despedidas, los integristas, los terroristas, los juristas, las entrevistas, las estilistas, los gobiernos tan centristas, la becaria, la malaria, los rapados, los soldados y el impreso simplificado de la declaración, la UEFA, el euro, la eñe, la FIFA, la NASA, la CIA, los betseller y el menú del día, los que inventan, los que venden qué se yo, los que lanzan los misiles "tomahok"... oyyy he dicho tomahok para que me rimara con "qué se yo". 
Vamos por la tercera: Con la televisión, las clases de religión, las leyes de prohibición, el minuto de silencio, el marco incomparable, los culebrones, los que pinchan los condones, la inmunidad, la caridad, la impunidad, la navidad, las empresas de trabajo temporal, la campaña electoral, los despidos, los olvidos, los atascos de internet y los shares y los lores y que haya quien defienda a Pinochet. No... No me puedo relajar"

No se podía relajar Rosa María Sardá, una actriz por la que siempre sentí una profunda admiración y que hoy, a los 78 años, tras luchar contra un cáncer, nos ha dicho adiós. Y me da que en ese parlmento en tono cómico que lanzó en poco más de un minuto, casi sin respirar, en la Gala de los Goya de 1999 había muchas de sus ideas e inquietudes. Nos quedan sus películas, sus obras de teatro, sus programas de televisión y el imborrable recuerdo de aquellas esplendorosas presentaciones de los Goya que eclipsaban en talento a las de los Oscar. Por cierto alguien decía y con razón, que si en vez de haber nacido en Barcelona, lo hubiese hecho en Bostón, ahora tendría tres Oscar. No lo dudo. Era toda chispa, toda talento, toda efervescencia. Se llevó dos premios Goya como mejor actriz de reparto, uno por "Sin vergüenza" y otro "¿Por qué lo llaman amor cuando quieren decir sexo?" y en 2010 la Medalla de Oro de la Academia. A ver como le cuentan su perdida a "Honorato", no creo que lo soporte.



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