La Academia de Hollywood ha decidido que solo se nominarán
al premio Oscar aquellas películas que cumplan con unos determinados estándares
de diversidad, para lo cual se creará un grupo de trabajo a fin de desarrollar
normas de representación e inclusión para la elegibilidad en dichos premios. Parece
que los disturbios raciales que se viven en Estados Unidos han vuelto a influir
en el mundo del Cine y con estás normas se pretende "fomentar prácticas de
contratación y representación equitativas dentro y fuera de la pantalla".
El cine y el arte en general siempre se llevaron mal con los
corsés. Estas nuevas normas nacen con la muerte totalmente ignominiosa de
George Floyd. En el pasado, otra muerte sirvió para poner otras normas en
Hollywood. La escabrosa muerte de Virginia Rape, que se atribuyó falsamente a
Fatty "Roscoe" Arbuckle, terminó con la carrera del actor y con una forma de
entender el cine. El país harto de la escandalosa vida de Hollywood se decidió
a poner orden y dar vía libre a la censura de la que era defensor el iluminado William H. Hays.
Con la implantación en Estados Unidos del Código Hays en
1930 el cine norteamericano dio un gran paso atrás en madurez, tanto que a las
películas previas a 1934, año en que empezó a generalizarse la norma, se las
llama "Pre-Code". El dichoso Código sentenciaba que no se autorizarían
películas que pudieran rebajar el nivel moral de los espectadores, que los
géneros de vida descritos serían correctos y la ley natural no sería
ridiculizada. Los malos siempre serían malos por lo que no se permitía que
aquellos que violentan las normas resultaran personajes simpáticos a ojos del
público y menos que pudieran tener un final feliz. Se regularon los asesinatos,
se prohibió la venganza, se ocultó cualquier método criminal y las armas solo podían
aparecer de forma testimonial. Se debía eludir los temas groseros o
desagradables y el exceso de alcohol estaba prohibido. Los religiosos debían ser siempre modélicos
y no se permitían blasfemias o insultos. Con la sexualidad ya se pueden
imaginar... el matrimonio era sacrosanto e indisoluble y no había sitio para el
adulterio. Ni siquiera lo había para la pasión excesiva, tanto que un beso de
más de tres segundos ya era casi porno. El amor debía ser puro e inmaculado.
Nada de desnudos, ni orgasmos, ni exhibición de atributos que hagan soñar por
las noches a los jóvenes. Se reguló hasta como debían ser los bailes, los decorados y los
vestidos...
Todo apuntaba a que el cine de Hollywood no daría más de si que una
serie de mediocres películas al más puro estilo de la meliflua "La casa de
la Pradera", y a pesar de eso se lograron hacer centenares de obras
maestras, tirando de aquí y tensando allá unas normas que constreñían bárbaramente
a guionistas y directores. Un cine del que he de confesar que soy rendido
admirador, pero sobre el que no dejo de preguntarme cómo habrían sido todas esas
joyas si de verdad se hubiesen podido contar las cosas como los creadores
deseaban. Paralelamente, y para que el cerrojazo al pecado fuera total, las películas europeas que no observaban estas reglas
no podían ser programadas en las salas norteamericanas. El código se mantuvo
vivo casi 40 años, hasta 1967, fecha en la que nos hicimos mayores como espectadores para poder
ver la vida en la pantalla de una forma más cercana a la que ya veíamos en la realidad.
Solo espero, que los responsables del cine actual sean tan
imaginativos como aquellos del pasado y que estas nuevas normas de diversidad no dañen el mundo del
cine. Siempre estoy a favor de la justicia y de la igualdad, pero también a
favor de la libertad, por eso pienso si no sería más entendible y sobre todo más justo que
las políticas de igualdad se hicieran en el mundo real, en la calle, en los
derechos y oportunidades de las personas de carne y hueso y no quedaran en una imposición en la pantalla,
donde se quiera o no, todo sigue siendo una ficción y esta medida un
engañabobos para que los que tienen que seguir clamando por una vida digna se
conformen. Ya veremos que nos depara todo esto en el futuro. Tengo curiosidad por ver una película de romanos... a ver cómo lo arreglan sin recurrir a los gladiadores.
Imagen: La fotografía esta tomada de Flickr, donde figura etiquetada con licencia Creative Commons (CC BY-ND 2.0). Se enlaza la fuente original:
https://www.flickr.com/photos/lorenjavier/5246020716
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