Tú eras el huracán y yo la alta
torre que desafía su poder:
¡tenías que estrellarte o que abatirme!
¡No podía ser!
Tú eras el océano y yo la enhiesta
roca que firme aguarda su vaivén:
¡tenías que romperte o que arrancarme!
¡No podía ser!
Hermosa tú, yo altivo: acostumbrados
uno a arrollar, el otro a no ceder:
la senda estrecha, inevitable el choque...
¡No podía ser!
Para ilustrar esta deliciosa Rima XLI del sevillano Gustavo Adolfo Bécquer hemos elegido un fragmento de la impresionante obra del artista japonés Katsushika Hokusai titulada "La gran ola de Kanagawa", un grabado sobre tabla que pertenece al ciclo "36 vistas del monte Fuji". La poderosa ola que se alza majestuosa y coronada de una espuma que se asemeja a corceles galopando, parece querer competir con el Monte Fuji que se ve al fondo, amenazándolo simbólicamente con hacerlo desparecer. Y sin embargo su fuerza es efímera, cuando la ola pase, el Monte Fuji, seguirá allí, igual de altivo, esperando miles de olas más de un mar que es tan terco como él.
Imagen: La fotografía, recortada, esta tomada de los fondos de Wikimedia Commons donde figura etiquetada como Dominio Público (CC0). Enlazamos la fuente original, donde se puede ver la imagen completa:
https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Tsunami_by_hokusai_19th_century.jpg
Imagen: La fotografía, recortada, esta tomada de los fondos de Wikimedia Commons donde figura etiquetada como Dominio Público (CC0). Enlazamos la fuente original, donde se puede ver la imagen completa:
https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Tsunami_by_hokusai_19th_century.jpg
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