“Caminan lentamente sobre un lecho de confeti y serpentinas, una noche estrellada de septiembre, a lo largo de la desierta calle adornada con un techo de guirnaldas, papeles de colores y farolillos rotos: última noche de Fiesta Mayor (el confeti del adiós, el vals de las velas) en un barrio popular y suburbano, las cuatro de la madrugada, todo ha terminado. Está vacío el tablado donde poco antes la orquesta interpretaba melodías solicitadas, el piano cubierto con la funda amarilla, las luces apagadas y las sillas plegables apiladas sobre la acera. (...) Cuelgan las brillantes espirales de las serpentinas desde balcones y faroles cuya luz amarillenta, más indiferente aún que las estrellas, cae en polvo extenuado sobre la gruesa alfombra de confeti que ha puesto la calle como un paisaje nevado. Una ligera brisa estremece el techo de papelitos y le arranca un rumor fresco de cañaveral."
Hoy los periódicos nos daban la mala noticia del fallecimiento de Juan Marsé, uno de los grandes de nuestra literatura. No hay más que leer ese inicio de "Últimas tardes con Teresa" al que dedicamos el inicio de esta entrada para calibrar el valor de su pérdida. Es cierto que el escritor, como en las "Confidencias de un chorizo" que niega la mayor, bien podría habernos advertido sobre este momento diciéndonos: "Si te dicen que caí" no les creas, mis libros, con esa "Caligrafía de los sueños" tan particular que les di, seguirán vivos por mí para siempre, como "Rabos de Lagartija" que se resisten al inexorable final. Y ciertamente, de quedarnos "Encerrados con un solo juguete" no se me ocurre ninguna distracción mejor que uno de sus libros, ni tan siquiera "Esa puta tan distinguida" conocida como "La chica de las bragas de oro" me resultaría tan atractiva. Por sus libros renunciaría a ser "El amante bilingüe" que la encandilara con mis palabras en otro idioma mientras sonaban "Canciones de amor en el Lolita's Club". Y es que el verbo de Marsé es tan irresistible como "El embrujo de Shanghai" que se apoderó de "La prima Montse" durante aquel inolvidable "Viaje al sur". Pero "Señoras y señores" la realidad, "La gran desilusión", es que Juan Marsé se nos ha ido de verdad, no como "El fantasma del cine Roxy" que vuelve a aparecerse a capricho por la "Ronda del Guinardó" de "Barcelona". Y a pesar de todo, según cuenta "El teniente Bravo" hay rumores de que desde "Esta cara de la luna" tras "Un paseo por las estrellas" llegaron "Noticias felices en aviones de papel" en los que se podía leer escrito un mensaje de su puño y letra que rezaba "Un día volveré".
Imagen: La fotografía, obra de Pedro Madueño, esta tomada de Flickr, donde figura como (CC BY 2.0). Se enlaza la fuente original: https://www.flickr.com/photos/moritzbarcelona/6946184223
Genial Paco. Nos queda su obra
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