jueves, 30 de julio de 2020

Miguel Ángel y la perfección


"La perfección no es cosa pequeña, pero está hecha de pequeñas cosas"

Son palabras de Miguel Ángel Buonarroti, quien tras su obstinada búsqueda de la verdad en el arte sabía muy bien de lo que hablaba.  En cierta ocasión un amigo suyo observando una obra sobre la que estaba trabajando el artista le dijo:
- ¡Pero Miguel Ángel, no has avanzado nada!

El escultor pacientemente empezó a señalarle como había perfeccionado y pulido unos detalles de la mano, como había mejorado la sombra de determinados músculos para darle más sensación de vida o modificado alguna doblez del vestido para que la luz incidiera de forma diferente. Ante esta explicación, el amigo lo interrumpió y le dijo:

- Pero… eso son solo meros detalles, bagatelas.

- Ciertamente, son solo detalles - le contestó Miguel Ángel mientras le miraba fijamente - pero la perfección se hace de detalles; y la perfección no es de ninguna manera una bagatela.

No es de extrañar que ante tal búsqueda de la perfección, una vez Miguel Ángel terminó su Moisés, (escultura que bien pudiera ser la de la anécdota anterior) y viendo aquellas venas por las que sin duda debía correr la sangre, la tensión de los músculos, los cabellos de aquella barba que en modo alguno podrían ser de piedra y la vivacidad de aquel airado rostro, el escultor tras golpear la rodilla de la obra con su martillo le gritara: ¡Habla!

Para la imagen de cabecera hemos elegido un retrato de Miguel Ángel obra de Daniele da Volterra, un buen artista al que, por avatares del destino, se terminó conociendo como "Il braghettone" tras cumplir con el encargo papal de pintar paños sobre los cuerpos desnudos de la Capilla Sixtina. Más abajo podemos ver un detalle del famoso Moisés que pertenece al proyecto funerario de Julio II en San Pietro in Vincoli (Roma)

Imágenes: Ambas están tomadas de Wikimedia Commons. Enlazamos las fuentes originales:

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