miércoles, 23 de julio de 2025

La Roldana vence a su marido o "El Arcángel San Miguel venciendo al demonio"

 

En la historia del arte no han sido demasiadas las mujeres que han logrado trascender. Una de ellas es la sevillana Luisa Ignacia Roldan Villavicencio, hija del escultor Pedro Roldán y conocida por este hecho como "La Roldana". Ya en el taller de su padre demostró su habilidad desde temprana edad y con solo catorce años firmaba y vendía pequeñas esculturas por su cuenta. Más singular y extraordinario para una mujer es que lograra, en pleno siglo de oro español, conseguir ser escultora de cámara del Rey de España Carlos II, algo realmente insólito. Algunas veces, y esta es la prueba, el talento logra abrirse camino.

A pesar de su aparente éxito, La Roldana paso siempre muchas estrecheces económicas. Poco antes de morir en la completa indigencia, llegó a firmar una declaración de pobreza y años antes había escrito al Rey, para el que trabajaba, una súplica que decía: "Me hallo con mi marido e hijos faltos de todo, hasta del pan de cada día...". Nunca fue fácil la vida de los artistas y menos en España.

Pero si en algo le sobraba era talento y una prueba portentosa del mismo es su "Arcángel San Miguel venciendo al demonio" (1692), obra maravillosamente policromada y tallada en madera de cedro que además encierra una sorprendente anécdota. Como quiera que según la tradición los ángeles no tienen sexo, La Roldana decidió dar a San Miguel cuerpo y rostro de mujer. Aunque no hay una evidencia documental de la época, si hay investigadores modernos que sostienen la atractiva teoría de que la escultora talló su propio rostro en el Arcángel y que como venganza por el mal comportamiento y falta de apoyo en todos sentidos que su marido, Luis Antonio de Arcos, tuvo siempre con ella, utilizó el rostro de este en el demonio que tiene a sus pies, por supuesto desnudo, con cuernos y rabo. Para algunos puede ser éste el demonio más asustado de la historia del arte. Allí le tienen, ya derrotado y vencido, mirando desesperado al Arcángel San Miguel transfigurado en su esposa, que a pesar de su rostro sereno se muestra decidida a darle el golpe de gracia con su espada flamígera. Como decía Serrat "Harta ya de estar harta…". 

Su marido, que firmaba más de un contrato por su esposa rezando con ello como autor, provocó que La Roldana, orgullosa como estaba de esta majestuosa escultura de más de dos metros y medio de altura, se asegurara de firmarla, no una sino hasta dos veces. Supongo que no quería que nadie dudara que aquella maravilla tenía alma de mujer.

Puede que solo sea una leyenda, una interpretación moderna del empoderamiento de la mujer, pero es de esas leyendas, tan bien traídas, que gustan tenerlas por verdad.

Imagen: Tomada de Wikimedia Commons - CC BY-SA 4.0 - Fuente Original

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