“Si se puede escribir o pensar, se puede filmar.” (Stanley
Kubrick)
Se atribuye a Kubrick la frase “No siempre sé lo que quiero,
pero sí sé lo que no quiero” y muestra de ello y del acusado perfeccionismo del
director puede ser una curiosa anécdota ocurrida durante el rodaje de “Barry
Lyndon”.
Una semana antes de comenzar el rodaje, Kubrick le preguntó a
su productor, Bernard Williams, cuál era, a su juicio, la escena más difícil de
rodar del film. Williams no dudó un instante:
—El plano con el travelling de los ingleses avanzando sobre
los franceses.
—De acuerdo, el lunes empezamos por ahí —contestó Kubrick, que
parecía querer empezar por lo más complicado.
El productor se quedó
atónito y balbuceó:
—¡Pero va a llover toda la semana!
—Bueno, rodaremos bajo la lluvia —apostilló el director.
La víspera del rodaje, todos estaban ultimando detalles y,
como siempre puntilloso, Kubrick preguntaba:
—Los hombres marchan en línea, y hago un travelling sobre
doscientos cincuenta metros campo a través ¿Cómo hacemos para que sus pasos
lleven el mismo tiempo?
— Bueno vienen del ejército, ¿no? —apuntaba el productor
dando por hecho que sabrían mantener el paso.
—No, no no. ¡Tienen que marchar al unísono! ¿Qué has
previsto para eso?
El productor no sabía qué decir y, casi echando balones
fuera respondió:
—Bueno... Bernie dice que hacen falta mil quinientos metros
de cuerda verde. Pongamos cuerda verde cada metro y así no necesitarán mirar al
suelo. La sentirán bajo sus pies cuando caminen e irán todos a la par.
A Kubrick no le sonó muy bien aquella solución de urgencia con
la cuerdecita verde y siguió dándole vueltas al asunto hasta encontrar una
alternativa mejor. Para el director el cine tiene mucho que ver con la música. No en vano sostenía:
“Una película es —o debería ser— más como la música que como la ficción.
Debe ser una progresión de estados de ánimo y sensaciones. El tema… el sentido,
todo eso viene después.” Puede que, con la música como inspiración, encontrara
la solución:
—¿Cómo se llama eso que se pone sobre los pianos? Ah,
metrónomo. Bien, hay que construir uno grande. Lo instalamos en una grúa y
hacemos venir a un compositor de Gran Bretaña. El metrónomo hará tic-tac y
ellos, por tanto, harán tic-tac.
Y así, de esta manera tan singular, consiguió Kubrick que
sus soldaditos marcharan con un paso uniforme y perfectamente acompasado. A
veces la genialidad está en un simple tic-tac.
Imagen: Kubrick en el set de "Senderos de Gloria". De Wikimedia Commons - Dominio Público CC0
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