John Ford solía filmar sus películas del Oeste en Monument Valley y con ocasión del rodaje de "El gran combate" (Cheyenne Autumn - 1964), su último western, contaba en el reparto con Sal Mineo con el que se produjo una curiosa anécdota que resulta muy reveladora sobre el talante del director y que cuenta el mismo actor:
"Todas las noches escuchaba algo de música en mi habitación cuando estábamos rodando exteriores, por lo general, cosas de jazz o algo por el estilo, y bien alto. Una noche entra Ford y me pregunta por qué no puedo poner el volumen un poco más bajo. "Verá usted, señor" le dije, "este tipo de música se tiene que poner a todo volumen, porque si no no se le saca todo el jugo". El viejo saca el cuchillo, lo abre y lo pone encima de la mesa. "Puedes ponerlo un poquito más bajo", dijo. "Si señor, puedo ponerla, mucho más bajo." Entonces agarrara la navaja y la cierra. Baja la cabeza y dice: "Es lo que creía yo", y se marcha".
Esta anécdota aparece en el libro "John Ford" de Peter Bogdanovich.
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