Katharine Hepburn es una de las mejores actrices de la historia del cine, pero es a su vez una de las personalidades más interesantes de ese mundillo. Si todo el mundo sabe que Marlon Brando rechazó un Oscar de forma muy llamativa a través de aquella india que después resultó no serlo, pocos conocen que la rebelde Katharine ganó nada más y nada menos que cuatro de esos premios y no fue a recoger ninguno de ellos. Congruentemente afirmaba que si no había ido a recogerlos tampoco debía tenerlos como objeto de adoración en su casa y en su línea siempre sorprendente decidió donarlos al edificio "Empire State Building" de Nueva York, donde actualmente se exhiben en una urna de cristal.
Hepburn solo acudió en una ocasión a la gala de los Oscar (estuvo nominada en doce ocasiones) y fue con el exclusivo motivo de entregar -que no recibir- un premio. Pero eso sí, lo hizo a su manera, fue vestida en pijama, para protestar por la banalidad de dichos premios. Algo realmente chocante si lo comparamos con los shows que se montan hoy día en la alfombra roja, en la que las damiselas de moda, se disputan los flashes de los fotógrafos para ver quién es elegida la más elegante, gracias a un espectacular modelito que dejará a todos sin respiración (a veces a ellas también).
Decíamos que Katharine es la intérprete que ha conseguido más Óscar de la historia, cuatro, la siguen Walter Brennan, Ingrid Bergman, Meryl Streep, Jack Nicholson y Daniel Day Lewis con tres cada uno. Sin embargo, estando viva, nunca ganó un Globo de oro ni un premio Bafta. Como curiosidad, ganó su cuarto Óscar 48 años después del primero, lo que constituye otro récord.
Y es que como decía Frank Capra: "Hay mujeres y luego está Kate" o el amor de su vida Spencer Tracy que sentenciaba: "Kate tiene poca carne, pero la que tiene es de mucha calidad".
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