"No permitiré injusticias ni juego sucio, pero... si se pilla a alguien practicando la corrupción, sin que yo reciba una comisión, lo pondremos contra la pared... ¡Y daremos la orden de disparar!
Eso decía Groucho Marx como Rufus T. Firefly en la sensacional película "Sopa de ganso" - (1933 - Leo McCarey). Un asunto feo ese de la corrupción; en cualquier momento se puede pasar de estar en la espuma, a estar escondiéndose de todos, del mismo modo que en la fotografía de "Un día en las carreras" (1937 - Sam Wood) lo hace Groucho tras el sillón. Los amigos se pierden como por arte de magia, incluso Groucho tuvo que desmarcarse alguna vez: "Nunca olvido una cara, pero con Vd. haré una excepción". En ese juego, uno debe saber adaptarse a las circunstancias, moverse en las sombras y hacer buena aquella frase suya:
"El secreto de la vida es la honestidad y el juego limpio, si puedes simular eso, lo has conseguido."
¡Ay el arte de la simulación! El parecer y no ser que tan en cuenta tenía Groucho cuando decía:
"Estos son mis principios, pero si no le gustan, tengo otros".
Uno debe pensar inicialmente bien de las personas, en su bondad, en su honestidad y en sus principios. El tiempo nos dirá la realidad de cada cual. Julius, como se llamaba en realidad el cómico, nunca se equivocaba a este respecto cuando se presentaba a las nuevas amistades:
"Disculpen si les llamo caballeros, pero todavía no les conozco bien".
"Disculpen si les llamo caballeros, pero todavía no les conozco bien".
Y es que no pocas veces manda el dinero. Groucho que tenía cierta fama de tacaño, lo sabía bien:
¡Hay tantas cosas en la vida más importantes que el dinero... ¡pero cuestan tanto!
Hay que saber conformarse, ser inteligentes y buscar la felicidad a nuestro alrededor. El Sr. Marx que siempre sabía dar grandes consejos ya lo apuntaba:
"Hijo mío, la felicidad está hecha de pequeñas cosas: un pequeño yate, una pequeña mansión, una pequeña fortuna"
Y según el cómico, que tenía una píldora para todo, cuando no te da la felicidad, siempre te da opciones:
"Si bien el dinero no puede comprar la felicidad, ciertamente te permite elegir tu propia forma de desgracia".
Tristemente, en este mundo que nos ha tocado vivir, muchos están convencido de que todo está permitido con tal de tener los bolsillos llenos. Da igual si uno termina por opinar de sí mismo, incluso orgullosamente, lo mismo que sentenciaba el bigotudo de los Hermanos Marx:
“Nunca pertenecería a un club que admitiera como socio a alguien como yo”
Palabra de Groucho
Imagen: Cortesía de la estupenda página Doctor Macro: Fuente original
El señor Groucho... un elemento muy interesante.
ResponderEliminarBuena labor la que haces en tu blog, didáctica y entretenida.
Gracias MPALH por tus palabras
EliminarExcelente secuencia para ilustrar esas frases inteligentes y punzantes de Groucho, unas más divulgadas que otras, todas dignas de citarse. Gracias
ResponderEliminar