Charles Bukowski, el "outsider" por excelencia, era un ser autodestructivo que, sorprendentemente, desde la demolición de su propia persona fue capaz de crear un universo literario totalmente nuevo, aliándose con la verdad desnuda, cruda e impactante con la que golpeaba en sus lectores de forma brillante y contundente. Hoy es un dios de la literatura, en vida solo quería escribir y abrazarse a la botella y a las mujeres, sin simulaciones, sin máscaras, irreverente con lo establecido, viviendo su vida y sus quebrantos sin más. El borracho más lúcido y lucido de la historia. Dejamos algunas frases suyas sobre el hábito de beber, pero si alguien leyéndolas puede llegar a pensar que es el camino de alcanzar la genialidad, que tenga muy presente la frase que Bukowski eligió como epitafio en su tumba "Don`t Try" (No lo intentes):
"Beber es algo emocional. Te sacude frente a la estandarización de la vida de todos los días, te lleva fuera de eso que es lo mismo siempre. Tira de tu cuerpo y de tu mente y los arroja contra la pared. Tengo la impresión de que beber es una forma de suicido en cual se te permite regresar a la vida y comenzar de nuevo al día siguiente. Es como matarte a ti mismo y después renacer. Creo que hasta ahora he vivido diez o quince mil vidas."
"Ese es el problema de beber, pensaba, mientras me servía un trago. Si algo malo pasa, bebes para intentar olvidar; si algo bueno pasa, bebes para celebrar; y si nada pasa, bebes para que hacer que algo pase." (Mujeres - 1978)
"Emborracharse era bueno. Decidí que siempre me gustaría emborracharme. Aparta lo obvio y tal vez, si lo obvio está suficientemente lejos, no te vuelves obvio para ti mismo." (La senda del perdedor - 1982)
"Cuando bebes el mundo aún está ahí afuera, pero en ese momento no te tiene cogido del cuello." (Factotum - 1975)
"Yo creo en el alcohol, pero hay que estar en buena forma para poder beber. Tomo buenos vinos, me gusta ser bueno con mi estómago, si soy bueno con él, él es bueno con mi mente, mi mente es buena con mi espíritu y mi máquina de escribir es buena conmigo"
"Hay tristeza en la mano que sostiene la lata de cerveza, hay tristeza hasta en la suciedad debajo de las uñas, y la mano es como la mano de una máquina y, aun así, no lo es… se curva por completo (un esfuerzo mágico) alrededor de la lata como las raíces que dan vida al gladiolo y lo elevan a las alturas, y la cerveza se cuela en mí. (Elaborada y envasada en...)
"Me gusta cambiar de licorería con frecuencia porque los empleados aprenden tus hábitos si vas día y noche y compras en gran cantidad. Puedo verlos peguntándose por qué todavía no estoy muerto, y eso me hace sentir incómodo. Probablemente no piensen nada de eso, pero un hombre se vuelve paranoico cuando tiene 300 resacas al año." (Mujeres - 1978)
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