"Lo que hace la literatura es lo mismo que una cerilla
en medio de un campo en mitad de la noche. Una cerilla no ilumina apenas nada,
pero nos permite ver cuánta oscuridad hay a su alrededor"
Eso mantenía el gran escritor William Faulkner, Premio Nobel
de literatura en 1949 y creador de obras como: "El ruido y la furia",
"Luz de agosto" o "Mientras agonizo" que resultaron
luminarias en la historia de la literatura más intensas que una simple cerilla.
Por otra parte, el pintor griego Doménikos Theotokópoulos, por todos conocido como "El Greco", inspirándose en un texto de Plinio el Viejo que hablaba de pintores y escultores clásicos que presentaban a muchachos encendiendo fuego, creó esta portentosa obra suya: "Muchacho encendiendo una candela" en la que la oscuridad más absoluta es apenas vencida por el efímero fogonazo de luz de un ascua con la que un muchacho que la sopla a dos carrillos para avivar la llama, intenta encender una pequeña vela que le permita ver algo de ese entorno suyo que es todo negrura. El cuadro, que pertenece a una colección particular, fue realizado durante una estancia del artista griego en Roma en torno al año 1575 y es también conocido como "El soplón".
"Pintando lo humano mejor que lo divino, y sujetando lo
divino casi siempre a lo humano; más libre, más moderno, más actual cuanto más
viejo, y siempre rebelde, hasta el último instante de su vida. Este fue el
Greco", esto decía Manuel Bartolomé Cossio del pintor, y este cuadro es
buena prueba de ello.
Imagen: De Wikimedia Commons - Dominio Público (CC0) - Fuente Original
No hay comentarios:
Publicar un comentario