miércoles, 12 de noviembre de 2025

Sir Gary Oldman, actor de actores


 

“Como actor, observas a la gente, la miras. Y cuanto más famoso te haces, lo triste es que pierdes la capacidad para hacerlo. En lugar de observar a la gente, te conviertes tú en el centro de la atención.” (Gary Oldman)

Gary Oldman es un actor capaz de interpretar de forma convincente a un sacerdote en un videoclip de David Bowie y si hace falta al diablo en otro para "Guns N' Roses". Podía ser Beethoven o Drácula, Churchill o el presunto asesino de JFK, Sirius Black en "Harry Potter" o el malvado Zorg en "El quinto elemento", el comisario Gordon junto a Batman o al villano Norman Stansfield en "Léon (El profesional)". Como el propio actor dice: “Actuar es vivir con verdad bajo circunstancias imaginarias”. Puede que esa versatilidad suya, esa capacidad para dar vida a seres tan dispares, siempre con una elegancia innata, le haya llevado, hace pocos días, a ser armado caballero y distinguido con el título de Sir.

Sin embargo, no lo tuvo nada fácil. Gary Leonard Oldman nació en un barrio muy humilde de Londres y su infancia no fue todo lo cómoda que hubiera deseado. Su padre, víctima del alcoholismo, abandonó la familia cuando el actor tenía solo siete años y a los dieciséis ya se había visto abocado a dejar los estudios para trabajar en una tienda como dependiente, pero también en cadenas de montaje, como celador de quirófano y hay quien incluso incluye que trabajó decapitando cerdos en un matadero.

Muy joven sintió la pasión por la interpretación, sobre todo tras ver actuar a Malcolm McDowell en “The Raging Moon”, un momento sobre el que recordaba: "Algo en Malcolm me cautivó, conecté con él y dije: Quiero hacer eso".

El camino no sería ni corto ni fácil. El propio actor contaba que una de sus primeras actuaciones fue en la iglesia de un pueblecito a la que solo asistieron cuatro personas: el sacerdote, su mujer, un alcohólico que estaba dormido en uno de los bancos y un cuarto personaje que se salió a la mitad de la obra. Quedaba mucho hasta conseguir el Oscar en 2018 por su interpretación de Churchill en “El instante más oscuro”. De hecho, durante años fue considerado como uno de los grandes actores en activo a los que la Academia parecía haber olvidado.

Su estrella empezó a cambiar cuando pudo interpretar a Sid Vicious en "Sid & Nancy" en 1986. Se preparó de forma tan concienzuda para el papel y llegó a perder tanto peso para meterse en el personaje del controvertido roquero. que incluso llegó a ser hospitalizado por malnutrición. El reto le mereció la pena y consiguió una interpretación que aún hoy está considerada como una de las mejores de la historia del cine. Los noventa llegaron cargados de éxitos, pero también de las sombras del alcoholismo, una adicción con la que luchó hasta convertirse en un abstemio convencido. Desde entonces presume de haber dado un acento distinto a casi todos los personajes que ha interpretado y curiosamente cuando hubo de dar vida a Churchill casi había perdido su acento inglés y tuvo que tomar clases para refrescarlo. 

Anthony Hopkins declaró su admiración por él en una entrevista y comentó que cuando Francis Ford Coppola le daba indicaciones sobre cómo hacer su papel, Oldman le contestaba en tono bromista: "¿Quién es Drácula? ¿Usted o yo?". Denzel Washington, que actuó con Oldman en “El libro de Eli”, dijo en una entrevista: "Actuar con Gary Oldman es como el buen sexo". No es de extrañar que actores como Brad Pitt o Tom Hardy hablen de él como su actor preferido.

Ver su nombre en el reparto de una película es casi garantía de calidad, casi como una denominación de origen, así, cuando me dispongo a ver una nueva película suya en casa o en el cine no puedo evitar recordarle como Drácula y digo para mis adentros: "Bienvenido a mi morada. Entre libremente, por su propia voluntad, y deje parte de la felicidad que trae".

Imagen: Tomada de Wikimedia Commons - CC BY-SA 3.0

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