“El cine empezó con una relación apasionada y física entre
el celuloide y los artistas, artesanos y técnicos que lo manejaban… Vaya adonde
vaya el cine, no podemos permitirnos perder de vista sus comienzos.” (Martin
Scorsese)
“Elephas” en griego antiguo significa “marfil”, con lo que ya podemos imaginar el valor que se daba a los colmillos de los paquidermos para que la parte terminara definiendo el todo.
Siempre hubo una demanda considerable de marfil, pero cuando a mediados del
siglo XIX la producción de teclas de piano y bolas de billar se disparó,
también lo hizo la caza de elefantes. Se estima que entre 1860 y 1930 se abatían
entre 25.000 y 100.000 ejemplares por año para despojarlos de sus colmillos. Ante
tan inusitada demanda, el marfil empezó a escasear y a encarecerse, y como no
era plan que el negocio se resintiera, en 1863-1864, la firma fabricante de
bolas de billar “Phelan & Collender” ofreció 10.000 dólares a quien lograra
un material artificial capaz de sustituir al marfil.
El celuloide —barato y flexible al calentarlo—facilitó que
empezara a utilizarse como soporte de película fotográfica y, así, en 1889
llegó el uso crucial que fijaría su nombre en la historia del cine y la
fotografía cuando Eastman comercializó el primer rollo fotográfico transparente
de nitrato. Sus ventajas eran incontables respecto de las placas metálicas. El
nuevo material revolucionó la fotografía y de camino alumbró el camino hacía el
cinematógrafo de la mano de los hermanos Lumière en 1895.
Pero el celuloide tenía su propio talón de Aquiles; era un
material altamente inflamable y provocó graves incendios. Con el tiempo, entre las
décadas de 1930 y 1950, hubo de ser retirado del mundo del cine en favor de las
películas fabricadas con acetato (safety film).
En cualquier caso, el material descubierto por Hyatt, —con
los elefantes y las bolas de billar en su origen— tuvo tiempo suficiente para
dejar su esencia en no pocas obras maestras de la historia del celuloide,
palabra que ha terminado por ser considerada casi como un sinónimo del cine.
Puede que la Metro-Goldwyn-Mayer debiera tener en su logo un
elefante en vez de un león. Sería lo justo.
Imagen: Creada con IA

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