"No soy un hombre que sabe. He sido un hombre que busca y lo soy aún, pero no busco ya en las estrellas ni en los libros: comienzo a escuchar las enseñanzas que mi sangre murmura en mí. Mi historia no es agradable, no es suave y armoniosa como las historias inventadas; sabe a insensatez y a confusión, a locura y a ensueño, como la vida de todos los hombres que no quieren más mentirse a sí mismos.
La vida de todo hombre es un camino hacia sí mismo, la tentativa de un camino, la huella de un sendero. Ningún hombre ha sido nunca por completo él mismo; pero todos aspiran a llegar a serlo, oscuramente unos, más claramente otros, cada uno como puede. Todos llevan consigo, hasta el fin, viscosidades y cáscaras de huevo de un mundo primordial. Alguno no llega jamás a ser hombre..."
El fragmento pertenece a la novela "Demian. Historia de juventud de Emil Sinclair" (1919), titulo del escritor alemán Hermann Hesse, galardonado con el Premio Nóbel de Literatura en 1946.. Para ilustrarlo hemos elegido una obra del siempre enigmático pintor belga René Magritte: "El hijo del hombre" (1964), obra en la que como es habitual en él juega a despertar nuestro interés a través de la inclusión de algún absurdo sinsentido que despersonaliza al protagonista y lo dotan a la par de un singular misterio. La manzana podría aludir al pecado original, pero también es símbolo de sabiduría y conocimiento, lo que vendría de perillas al texto. La obra pertenece a una colección privada.
Imagen: De Flickr - (CC BY NC 2.0) - Fuente Original
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