Giaccomo Puccini logra con el aria "E lucevan le stelle", perteneciente a su opera "Tosca", uno de los momentos más intensos de toda la historia de la opera.
Preso en el romano Castillo de Sant'Angelo, el pintor Mario Cavaradossi, ve como se acerca el amanecer y en poco más de una hora será injustamente ejecutado. Sus últimos instantes los dedica a recordar un momento de felicidad suprema junto a su amante, la diva Floria Tosca, que hará lo imposible por intentar salvarle la vida ante el malvado Scarpia. Cavaradossi lanza al inminente amanecer su ultimo y bellísimo lamento, que más o menos dice así:
"Y brillaban las estrellas y olía la tierra, chirriaba la puerta del huerto y unos pasos rozaban la arena... Entraba ella, fragante, caía entre mis brazos... ¡Oh, dulces besos! ¡Oh, lánguidas caricias, mientras yo, tembloroso, sus bellas formas liberaba de los velos!
Se desvaneció para siempre mi sueño de amor... El tiempo ha huido... ¡Y muero desesperado! ¡Y muero desesperado!
¡Y nunca he amado tanto la vida! ¡Tanto la vida!"
Muchos se adjudican ser los mejores intérpretes de esta maravilla. Ahí están siempre en pugna las portentosas voces de Placido Domingo, Luciano Pavarotti, Franco Corelli, Tito Schipa, Carreras y tantos otros intentando llevarse tan preciado trofeo, y sin embargo hoy me decido a dejaros este aria en la voz del gran Roberto Alagna, que con descaro mira a la cámara para lanzar su hermosa voz hasta lo más alto, transmitiendo todo el dolor que el momento requiere. Espero que os guste su interpretación tanto como a mi.
Para los curiosos y en las antípodas de la maravillosa interpretación de Alagna os aconsejo oír la bizarra interpretación de Hipólito Lázaro, tenor de gran éxito en su época. Su final es épico (queremos pensar que por imperativos estéticos de la época). Inevitable la carcajada.
Imagen: De Wikimedia Commons - Dominio Público (CC0) - Fuente Original
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