No hay duda de que la pasión que sienten algunas personas por la lectura y aprender cosas nuevas es irrefrenable. Contaba Diógenes Laercio que la dedicación y entrega al estudio de Aristóteles llegaba a tales cotas que cuando tras un día de intensa labor se marchaba a la cama con el propósito de seguir leyendo, lo hacía con una bola de bronce en la mano que sostenía sobre una palangana del mismo metal. Cuando le preguntaron la razón de aquella extraña costumbre suya explicó:
"Cuando el sueño me puede, cae la bola sobre el barreño, el estruendo me vuelve a despertar y puedo seguir leyendo".
Como complemento dejamos solo cinco citas de esta apasionado del saber:
"Cualquiera puede enfadarse, eso es algo muy sencillo. Pero enfadarse con la persona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno, con el propósito justo y del modo correcto, eso, ciertamente, no resulta tan sencillo"
"El sabio no dice todo lo que piensa, pero siempre piensa todo lo que dice"
"La verdad absoluta es imposible de encontrar, al igual que nunca viajarás sin una parte de ella"
"La mejor forma de no ser criticado es no decir nada, no hacer nada, no ser nadie"
"Si tanto me alaban será por alabarse a sí mismos, pues al alabarme dan a entender que me comprenden"
El busto es una copia romana en mármol a partir de un bronce original griego del 330 a.C. posiblemente de Lisipo. El manto de alabastro le fue puesto posteriormente. Forma parte de la Colección Ludovisi y se expone en el Palazzo Altemps - Museo Nazionale Romano (Roma).
Imagen: De Wikimedia Commons - Dominio Público (CC0) - Fuente Original
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