"El que resiste, gana". No, no son palabras de Charles Aznavour, si no de Camilo José Cela, pero al exitoso cantante francés le vienen que ni pintadas, toda vez que visto el éxito cosechado posteriormente resulta llamativo cuanto le costó alcanzarlo. Él mismo decía: "De críticas, siempre fui bien servido. Me decían que era feo, canijo, que no había que dejar cantar a los enfermos". Y es que si con el tiempo fue conocido como el "Frank Sinatra francés" o Charlez Aznavoz (Aznavoice) como reconocimiento a su inconfundible forma de cantar, antes la prensa inglesa se metía con el de forma inmisericorde y lo tildaba de AzNoVoice (Az Sin Voz). Pero Shahnourh Varinag Aznavourián Baghdasarian, el verdadero nombre de este cantante de ascendencia armenia nacido en Paris en 1924, era sobre todo un hombre terco, trabajador y con una fe ciega en sus propias posibilidades.
A mediados de los años 40 se unió a la estela de Édith Piaf con la que paso 8 largos años y junto a la que cantó en innumerables ocasiones. La Piaf supo reconocer el talento de Aznavour, lo quería cerca, pero a la vez lo trataba con cierto desdén. "Le génie con" (el genio gilipollas) parece que le decía, supongo que "cariñosamente". Fue su chico para todo, compositor de canciones, secretario, chofer, confidente, asistente... pero según Aznavour, nunca su amante. No hay duda de que también aprendió mucho de la que posiblemente es la única voz que puede discutirle el trono de la canción francesa.
Admirador de Charles Trenet, siempre lo tuvo como referencia, y como él, quería ser el cantante de sus propias canciones. "Soy un poeta que tiene la capacidad de cantar sus poemas" decía a menudo. Y en 1953, cuando ya llevaba cantando 20 años, llegó su primer éxito: "Sur ma vie", al que seguirían maravillas como "Que c'est triste Venise", "La bohême", "Mourir d'aimer", "Et pourtant".... y tantísimas otras. El cantante bajito, canijo y feo al que todos despreciaban, ese que no tenía nada de lo necesario para triunfar, resistió y ganó. Llegó a ser reconocido como el máximo exponente de la canción francesa, grabó más de 1400 canciones de las que al menos 800 fueron compuestas por él, publicó casi 300 discos y vendió bastante más de 100 millones de discos y aun le dio tiempo para participar en varias decenas de películas. Murió en 2018 a los 94 años, edad a la que seguía cantando, tras más de 80 años de profesión. El escenario era su vida y puede que por ello una de sus frases conocidas fuera esa que decía: "El espectáculo debe continuar".
Terminamos con "La Bohême": Os hablo de un tiempo que los menores de veinte años no pueden conocer...
Imágenes: De Wikimedia Commons - Imagen 1 (CC BY 3.0) - Imagen 2 - (CC0)
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