Aunque la sensibilidad artística y el humanismo de John Ford, Jack para los amigos, está fuera de toda duda y presente en todas y cada una de sus películas, de cara al exterior, en sus relaciones humanas, resultaba una persona de genio ciertamente difícil, malhumorado y de pocas palabras, sobre todo, con aquellos que no se encontraban en su selecto grupo de amigos. Cualquiera que no lo conociera bien, ante sus reacciones y envenenado carácter, podía preguntarse ¿qué bicho le habría picado? En el rodaje de "Centauros del desierto" ("The Searchers" - 1956), una de las mejores películas del director, podía encontrarse una pista al respecto, una anécdota que refleja muy bien el temperamento del cineasta y la opinión que de su persona tenían los que le rodeaban.
Durante la filmación de la película en el desierto, puede que en su amado Monument Valley, Ford sufrió la picadura de un escorpión. Preocupado por el suceso y las implicaciones que esto podía tener en la inversión realizada en la película, el productor de la misma, Cornelius Vanderbilt Whitney, le preguntó a John Wayne: "¿Qué pasa si lo perdemos? ¿Qué vamos a hacer?". Wayne se ofreció para indagar sobre el estado de salud del director, quien por aquel entonces ya superaba los sesenta años. El telegrama que Duke le envió de vuelta al productor fue del todo tranquilizador y resume a la perfección la personalidad de Ford: "John está perfectamente: el que ha muerto es el escorpión".
Imagen: Cortesía de la estupenda página Doctor Macro: Fuente Original
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