En el mundo del cine no es lo normal desarrollar una carrera cinematográfica con el nombre de nacimiento, incluso si se tienen cartas ganadoras, como Stewart Granger, que tuvo que adoptar este nombre cuando en realidad se llamaba James Stewart; pero llegó en segunda posición y ya había otro gran actor que estaba brillando con ese nombre y como en aquel Hollywood no podía haber dos iguales, tuvo que aceptar cambiarlo.
Bette Davis, que se llamaba en realidad Ruth Elizabeth Davis, tuvo que luchar lo suyo para mantenerlo. Bette es el diminutivo de Elizabeth y como Bette Davis se sentía muy cómoda. Pero no era esa la opinión de los mandamases de la Universal, donde insistían en que a su nombre le faltaba gancho, glamour, atractivo... de modo que le propusieron que se llamara Bettina Dawes. No contaban con que estaban ante una loba que no temía decir "No" cuando lo sentía, fuese a quien fuese y la actriz de inmediato zanjó la cuestión diciendo airadamente (al puro estilo Bette Davis):
"¡Bettina Dawes! Me niego a que me llamen "Entre Cajones" (Between Drawers) toda mi vida.
Los chicos listos de la Universal no le propusieron más nombres.
Imagen: Cortesía de la estupenda página Doctor Macro: Fuente Original
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