"Quienes piensan que el dinero lo puede todo, terminan haciéndolo todo por dinero"
La frase es de François-Marie Arouet, más conocido por todos como Voltaire y nos sirve de excusa para traer a nuestro blog la estupenda escultura que le dedicó Jean-Baptiste Pigalle. La obra se hizo en vida del filósofo gracias a una recaudación de fondos de otros literatos y pensadores franceses que querían homenajearle, entre ellos los famosos Diderot y D'Alambert. Pigalle, del que el propio Voltaire decía que era "El Fidias francés" estaba en su mejor momento y a él le encargaron el proyecto. El escultor presentó el proyecto de su obra de la siguiente manera:
“El príncipe de la literatura está sentado sobre un paño que cuelga por la espalda de su hombro izquierdo y envuelve por detrás todo su cuerpo. Lleva la cabeza coronada de laurel; el pecho, el muslo la pierna y el brazo derecho desnudos. Tiene en la mano derecha, cuyo brazo cuelga, una pluma. El brazo izquierdo está apoyado en el muslo izquierdo. Toda la posición es de genio. Hay en su cabeza un ardor, un carácter sublime”
Por el camino parece que se quedó la corona de laurel y algo que resultó muy controvertido es que Pigalle no mostró un cuerpo idealizado en su desnudez, sino el cuerpo decrepito y desgastado de un hombre anciano. Todo verdad, sin la mascara de los ropajes. Parece que Pigalle pretendía representar la victoria del intelecto imperecedero a través del pensamiento y las obras del filosofo sobre un cuerpo que al fin y al cabo es para todos decadente y temporal. Pero hasta a Voltaire le costó aceptar aquella imagen suya tan poco amable. En el pie de la estatua se colocó la leyenda: "A Voltaire vivo, por sus compatriotas", una muestra del reconocimiento en vida de todos sus colegas, y Voltaire con su característico ingenio apuntaba la posibilidad de cambiar la palabra "vivo" por "moribundo".
Poco acostumbrados a la representación artística de un cuerpo anciano, el pueblo hacía chistes y el rey de Suecia, Gustavo III, proponía con no poca retranca, hacer una nueva recaudación de fondos para hacerle algunos ropajes con los que cubrir al pobre Voltaire de mármol. Más allá de todas estas chanzas, la escultura es de una factura soberbia y a la altura de tan notable personaje. Voltaire ya apuntaba que no se podía poner trabas al genio creador cuando se discutía la factura de la obra. Pigalle dedicó sin duda una obra maestra a Voltaire, que murió apenas dos años después. Hoy la escultura se puede ver en el Louvre.
Imagen:La fotografía está tomada de los fondos de Wikimedia Commons donde figura con licencia CC BY-SA 3.0. Se enlaza la fuente donde figuran todos los detalles de la obra:https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Voltaire_nu.jpg
No hay comentarios:
Publicar un comentario