miércoles, 14 de abril de 2021

Mozart y los amores de Papageno

 

"¡Una asombrosa cantidad de besos están volando! Veo una multitud de ellos. ¡Ja! ¡Ja! Acabo de atrapar tres - Son deliciosos ... Te beso millones de veces". 

Así se dirigía el juguetón Mozart a su esposa Constanze en una carta fechada en septiembre de 1790, poco más de un año antes de su muerte y de que compusiera la maravillosa Flauta Mágica. Y leyendo la frase me lo quise imaginar a él como Papageno, el pajarero de la Reina de la Noche y a ella como su anhelada Papagena, en el famoso dúo en el que nos cantaban, intercalando sus voces aquello de:

¡Pa, Pa, Pa, Pa, Pa, Pa, Papagena!
¡Pa, Pa, Pa, Pa, Pa, Pa, Papageno!
¿Ahora eres toda mía?
¡Ahora soy toda tuya!
¡Bien, entonces sé mi mujercita!
¡Bien, entonces sé mi pichoncito!
¡Qué alegría habrá! Si los dioses conceden hijos a nuestro amor, 
¡niñitos queridos, pequeñitos!
¡Primero un pequeño Papageno!
¡Y luego una pequeña Papagena!
¡Y luego otro Papageno!
¡Y luego otra Papagena!
¡Papageno! ¡Papagena!
Será la más grande de los dichas, cuando muchos, muchos
Pa, Pa, Papageno,
Pa, Pa, Papagena
sean la bendición de sus padres.

Mozart y Costanze tuvieron seis hijos, cuatro papagenos y dos papagenas de los que sólo dos llegaron a la edad adulta. Hora de verlos papagenear:


Imagen: De Wikimedia Commons - Dominio Público (CC0) - Fuente Original

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