viernes, 2 de abril de 2021

Los líos de Groucho Marx con los hoteles


 

De todos es conocida la gran habilidad de Groucho Marx para jugar con las palabras y encontrar en ellas un afilado doble sentido, como cuando sentenciaba: "La inteligencia militar es una contradicción en sus términos". Pero estos juegos no solo le servían para lograr agudas sentencias o gags para sus películas, también supo encontrarle utilidades en la vida diaria que le hicieran ahorrar unas monedas; de todos es conocido que era un poquito tacaño y que incluso el apodo de Groucho (él se llamaba Julius) provenía, según contaba Chico en sus memorias, de la "Grouch bag", una bolsita que sujeta  al cuello con una cuerda guardaba el dinero a fin de evitar un robo durante un viaje o entre actores que han de dejar sus ropas de calle en el camerino, un truco este que nuestro humorístico protagonista afirmaba utilizar en su biografía "Groucho y yo", aunque hay quien dice que viene de "Grouchy" que en inglés significa gruñón.

Recordando aquella escena de "Sopa de Ganso" en la que le preguntaba a la siempre atildada Margaret Drummond: "¿Quiere usted casarse conmigo? ¿Le dejó mucho dinero su difunto marido? Conteste primero a la segunda pregunta." yo sin duda me inclino por la primera versión.

El caso, y vamos de una vez a la anécdota que quería contar, es que en cierta ocasión, Groucho, siempre atento a las posibles ofertas, se alojó en un hotel que anunciaba "Free rooms" en la publicidad que daba a la calle. Tras estar un par de semanas en el mismo vieron como tomaba las de Villadiego con su equipaje sin abonar la cuenta. El recepcionista se le acercó y le preguntó:
- Disculpe Sr. Marx, pero debe pagar su estancia.
Groucho ni corto ni perezoso le contestó:
- Perdóneme, pero el cartel ponía "Habitaciones gratis" (free significa tanto "gratis" como "libre" en inglés) y se marchó sin pagar.

Inevitablemente el asunto fue llevado a los tribunales, y el Juez estimó que la palabra ciertamente llevaba a confusión y dada su ambigüedad se decantaba en su fallo por aceptar la interpretación de Groucho, y desestimar la pretensión de los hoteleros de que pagara los días de alojamiento en su establecimiento. Desde entonces todos los hoteles de Estados Unidos desterraron la palabra "free" de su publicidad y adoptaron la leyenda "Vacant room" (habitaciones desocupadas), mucho menos ambigua y problemática.

Nunca sabremos si llegó a meter tanta gente en su habitación como en aquella absurda y genial escena del camarote en "Una noche en la ópera", pero desde luego, y visto lo visto ya sabemos cual era el verdadero "Hotel de los líos" de Groucho, título que dedicó a una de sus más famosas películas. 


Y dos huevos duros!

Imagen: Cortesía de la estupenda página Doctor Macro: Fuente Original

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