"Pero lo peor es el repentino cansancio por todo. Parece saciedad, parece que ya se ha tenido todo y que ya no se quiere nada. Cansancio de los Beatles. Cansancio incluso de mi libertad íntima que fue tan duramente conquistada. Cansancio de que uno ame a otro. Sería mejor el odio. Lo que me salvaría de esta impresión de saciedad —¿es saciedad o una libertad que es inútil? — sería la rabia. No ese tipo de rabia amorosa que existe, sino rabia simple y violenta. Cuanto más violenta mejor. Rabia a los que no saben nada. Rabia también a los inteligentes del tipo de los que dicen cosas. Rabia al cine moderno, ¿por qué no? Y al otro cine también. Rabia a la afinidad que siento con algunas personas, como si ya no hubiera bastante de mí en mí. ¿Y la rabia al éxito? El éxito es una indiscreción, una falsa realidad. La rabia me ha salvado la vida. Sin ella ¿qué sería de mí? ¿Cómo soportaría un titular que salió un día en un periódico y que decía que cien niños mueren diariamente de hambre en el Brasil? ¿La rabia es mi más profunda rebeldía contra el hecho de ser humana? Ser humana me cansa. Y me da rabia sentir tanto amor. Hay días en los que vivo de pura rabia de vivir. porque la rabia me revive: nunca me he sentido tan alerta. Ya sé que esto va a pasar y que volverá la carencia necesaria. Entonces lo querré todo, ¡todo! Ah, qué bueno, es necesitar e ir teniendo. Qué bueno es el instante en que se necesita, el instante que precede al de tener. Pero tener fácilmente, no. Porque esa aparente facilidad cansa. ¿Hasta escribir es fácil? ¿Por qué yo, que escribía con entrañas, ahora escribo con la punta de los dedos? Es un pecado, ya lo sé, querer la carencia. Pero la carencia de la que hablo es más plena que esta especie de abundancia. Simplemente no la quiero. Me voy a dormir porque no soporto este mundo mío de hoy, lleno de cosas inútiles. Buenas noches para siempre, para siempre. Hasta el sábado que viene. Y no me respondan: no quiero oír la voz humana. Y si no soporto mi voz despidiéndose es porque acentúa mi rabia. Solo una rabia es bendita: la de los que necesitan."
El texto, titulado "Saciedad y carencia" es un escrito periodístico de la escritora brasileña Clarice Lispector (nacida en Ucrania en 1920 como Chaya Pinjasovna Lispector, lugar desde el que marchó con sus padres, siendo muy niña, hacía Brasil), que con su muy personal estilo y agudeza se convirtió en una de las voces más interesantes de la literatura brasileña. Falleció a la temprana edad de 57 años. El texto se ha sacado del libro "Todas las crónicas" (Siruela - 2021) en lo que constituye una recopilación de todas sus crónicas y colaboraciones periodísticas, especialmente en el "Jornal do Brasil". La traducción es de Elena Losada.
Imagen: Tomada de Flickr - (CC BY-NC-ND 2.0) - Fuente Original
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