viernes, 24 de enero de 2025

Las manías de Berlanga


"Yo, cuando me siento demagogo, digo que erotismo es cuando lo hacen los ricos y pornografía cuando lo hacen los pobres. El erotismo es la pornografía vestida de Dior"

De no ser por la genialidad de la frase de Berlanga, que me recuerda aquella otra de Woody Allen en la que afirmaba que "El sexo solo es sucio si se hace bien" no traería esta manía del director por aquí, pero, sí, esa era una de las aficiones, o fijaciones si ustedes quieren, del gran Luis García-Berlanga, su pasión por el erotismo, algo que prácticamente no aparece en su cine y si acaso en "Tamaño natural", aquella película en la que Michel Piccoli aparece enamorado de una muñeca hinchable de apariencia casi real y más sumisa y dócil que su esposa o su joven amante, o en "La escopeta nacional" con aquella colección de vellos púbicos que tenía el Marqués al que daba vida Luis Escobar. Berlanga era un ser singular, sufridor de los avatares de la Segunda Guerra Mundial en el frente ruso como miembro de la División Azul, una aventura en la que se metió voluntario para evitar represalias sobre su padre que había sido Gobernador Civil de Valencia con la República. Después de tanto frió y calamidades le quedó el suficiente buen humor y talento para entregarnos un buen ramillete de películas deliciosas como "Placido" (posiblemente la mejor película del cine español), o "Bienvenido Mister Marshall""Calabuch""Los jueves milagro""El verdugo""La escopeta nacional" o "La vaquilla"... obras en las que milagrosamente  lograba sortear la censura e  introducir una buena dosis de crítica al régimen.  De hecho la manía más reconocible de Berlanga era la de incluir en todas sus películas, sin venir a cuento, la palabra "austrohúngaro".... lo que provocaba que ante cualquier nuevo estreno de una película suya todo el mundo estuviera atento a ver en qué momento y de qué forma aparecía nuevamente la palabreja. 

Así podemos ver como en "El verdugo", durante la boda, el organista pregunta al cantante si esa noche estrenaban "El idilio austrohúngaro", o en "La vaquilla", al comienzo, se anuncia por el altavoz de las fiestas del pueblo que durante el baile se podría disfrutar del pasodoble “Suspiros austrohúngaros” en clara alusión a "Suspiros de España". En "La boutique" dos hombres se disponen a comprar un barco y uno le dice al otro “¡Éste cacharro está hecho un trasto, debió pertenecer al imperio austrohúngaro!”. En la deliciosa "Bienvenido Mister Marshall" se dice “Es un mapa tan antiguo que todavía existe el imperio austro-húngaro”... y así en todas ellas, de una manera u otra salía la palabrita.

Era una manía más, un fetiche que el pensaba que le traía suerte además de una manera de reírse de si mismo y de su arte. Recordemos que Berlanga, cuando le preguntaron si se reía de todo contestó que el solo se reía de lo importante, y evidentemente para él nada más importante que sus películas. Me gustaría saber como se ponía de acuerdo con Rafael Azcona, el genial guionista con el que tantas colaboraciones hizo, para incluir estos juegos en la trama.

El gran actor Luis Ciges, compañero en la División Azul de Berlanga comentaba así estas manías y su participación en "Plácido", dando vida a uno de los pobres invitados en Nochebuena, en esa iniciatativa de falsa y pomposa caridad que tenía como slogan "Siente un pobre a su mesa", que era el título que inicialmente se tenía pensado también de la película.

"Berlanga no va de director. Va de no decirte nunca que has estado bien. Te partes un pie, pasa a tu lado y ni te pregunta. Pero te deja improvisar. Siempre que sepas las palabras clave berlanguianas, astrolabio, austrohúngaro y rotoprint, puedes meter tu chorrada. Austrohúngaro la pone en todas. Hitchcock sale, Berlanga mete austrohúngaro”.”Para Plácido me dijo que no daba el tipo de pobre (en esa época me llamaban maricón de playa, era un hombre de gimnasio, me llevaba a las chicas de calle y daba unas hostias…). Yo le dije: “Lo daré”. Me fui al ilustre Iranzo, peluquero de Barcelona, y le pedí que me hiciera un corte bueno para pasear, pero que con un golpe se escoñara. Me compré una gabardina, la llevé un mes, me metí bocadillos de chorizo y de tortilla en los bolsillos para que chorrearan bien, y me presenté a él.

-¿Qué pobre hago? ¿El que engaña, el que se guarda la comida o el vago?

-No me des el coñazo, Luis, que tú eres el actor.

-Ah, bueno. Hacemos el pobre que salga, entonces."

Jugando con el misterio de la palabreja, en el siguiente vídeo se hace un simpático homenaje al cine de Berlanga:



Las imáge ha sido tomada de Pinterest

sábado, 11 de enero de 2025

Fragmento de "La montaña mágica" - Thomas Mann


"¡Oh, encantadora belleza orgánica que no se compone ni de pintura al óleo, ni de piedra, sino de materia viva y corruptible, llena del secreto febril de la vida y de la podredumbre! ¡Mira la simetría maravillosa del edificio humano, los hombros y las caderas y los senos floridos a ambos lados del pecho, y las costillas alineadas por parejas y el ombligo en el centro, en la blandura del vientre, y el sexo oscuro entre los muslos! Mira los omóplatos como se mueven bajo la piel sedosa de la espalda, y la columna vertebral que desciende hacia la doble lujuria fresca de las nalgas, y las grandes ramas de los vasos y de los nervios que pasan del tronco a las extremidades por las axilas, y cómo la estructura de los brazos corresponde a la de las piernas. ¡Oh, las dulces regiones de la juntura interior del codo y del tobillo , con su abundancia de delicadezas orgánicas bajo sus almohadillas de carne!¡Qué fiesta mas inmensa el acariciar esos lugares deliciosos del cuerpo humano!¡Fiesta para morir luego sin un sólo lamento! ¡Sí, Dios mío, déjame sentir el olor de la piel de tu rótula, bajo la cual la ingeniosa cápsula articular segrega su aceite resbaladizo! ¡Déjame tocar devotamente con mi boca la "arteria femoralis" que late en el fondo del muslo y que se divide, más abajo, en las dos arterias de la tibia! ¡Déjame sentir la exhalación de tus poros y palpar tu vello, imagen humana de agua y de albúmina, destinada a la anatomía de la tumba, y déjame morir con mis labios pegados a los tuyos."

Este maravilloso fragmento pertenece a "La montaña mágica" (1924), obra capital del escritor alemán Thomas Mann, Premio Nóbel de Literatura en 1929.  Un título que curiosamente he encontrado en más de una ocasión en listas que hablan de los grandes libros de la historia de la literatura, ampliamente citados a diestro y siniestro y que sin embargo pocas personas han leído. Con este fragmento entran ganas de atreverse con sus mil doscientas páginas en busca de otras perlas escondidas en su interior. 

Imagen: Tomada de Wikimedia Commons - CC0 - Fuente Original

jueves, 2 de enero de 2025

El escatológico origen de "God save the King"



Aunque reconozco que yo cuando escucho el famoso "God save the Queen" pienso en el añorado Freddie Mercury y su grupo o a lo más en la irreverente versión que hicieron los Sex Pistols, hoy nos toca hablar del muy curioso origen de este solemne himno del Reino Unido.

Ya sabemos lo ceremoniosos que han sido siempre los ingleses y lo bien que saben dar pompa y boato a las grandes ocasiones, momentos en los que mientras abusan del terciopelo rojo, suelen usar como fondo musical el famoso "God save the Queen" (King si es un hombre el que está en el trono). Evidentemente con la muerte de la Reina Isabel II y la llegada al trono de su hijo, el himno ha cambiado de sexo.

Lo curioso, es que ese himno inglés tan patriótico y ampuloso tiene su origen, nada menos que en las posaderas del Rey de Francia Luis XIV, el Rey Sol, al que podemos ver a la derecha en el famoso cuadro que le dedicó el pintor Hyacinthe Rigaud. En 1686 el rey francés tuvo que someterse a una dolorosa operación con motivo de una fístula anal que hubo de ser abierta en dos ocasiones y a la que el Rey hubo de someterse sin ningún tipo de anestesia. Se cuenta que el rey se comportó como un verdadero machote y aguantó dignamente el trance, provocando la admiración-peloteo de sus súbditos.

Unas monjas del claustro de Saint-Cyr decidieron mostrar a través de una canción su alegría por la recuperación de su monarca y que este pudiera ya sentarse en el trono a sus anchas, componiendo una canción llamada "Grand Dieu sauve le roi" que posiblemente fue musicada por Lully o Charpentier según las fuentes, llegando con el tiempo a ser himno francés.

Parece que un viajante inglés pudo oír la melodía, la copió y tras diversos avatares en los que parece estar implicado John Bull y Haendel, terminó por convertirse en el himno británico, con la curiosidad de que el himno se adaptará en título y letra al sexo del monarca, pudiendo ser de esta manera "God save the Queen-King" según los casos. !Estos ingleses siempre tan prácticos y ahorradores!

Curiosamente Prusia y posteriormente el Imperio Alemán entre 1871 y 1918 también lo tuvieron como himno oficial en su versión "Heil dir im Siegerkranz" Y por si faltaba poco, versiones del mismo himno han ocupado los momentos más ceremoniosos de Liechtenstein, Noruega o Suecia en distintas épocas.

Después la cosa degeneró un poco y llegaron a tocar el himno desde Motórhead hasta los Sex Pistols, las cosas…. De esta forma nadie puede negar que las fístulas de Luis XIV han tenido un papel ciertamente protagonista en la historia de Europa.

Os dejo el himno original en francés


Imágenes: De Pinterest: Imagen 1 - Imagen 2 

miércoles, 1 de enero de 2025

El 1 de enero y el Dios Jano



Jano (en latín Janus) es, en la mitología romana, un Dios bifronte que tenía dos caras, mirando una de ellas simbólicamente al pasado y la otra al futuro. Jugando con la foto que acompaña el texto, podríamos decir que deseamos que el futuro esté a la derecha, donde parece que la luz está de cara, en definitiva un 2025 luminoso que nos haga olvidar el pasado paisaje de ese 2024 que ayer nos abandonaba.

Jano era el dios de las puertas, los comienzos y los finales. Por eso le fue consagrado el primer mes del año (que en español pasó del latín Ianuarius a Janeiro y Janero y de ahí derivó a Enero). Como dios de los comienzos, se lo invocaba públicamente el primer día de enero (Ianuarius), el mes que derivó de su nombre porque inicia el nuevo año. Se lo invocaba también al comenzar una guerra, y mientras ésta durara, las puertas de su templo permanecían siempre abiertas; cuando Roma estaba en paz, las puertas se cerraban. Jano no tiene equivalente en la mitología griega.

Imagen: De Wikimedia Commons - CC0 - Fuente Original

De cuando Marlene Dietrich y John Wayne compartían tabaco



"A los 20 años no era nada. A los 80 soy una vieja vulgar. Entre medias he sido actriz"

Esas fueron de las últimas palabras dedicadas a la prensa de una diosa del cine que como alguien dijo tenía un nombre que parecía una suave caricia: "Marlene" y un apellido que se asemejaba a un latigazo: "Dietrich". Así de inclasificable era la actriz, una "femme fatale" que pasó a conquistar Hollywood con aquellas piernas de "Ángel azul" y su descarada ambigüedad; un angelito que fue modelado hasta en los más ínfimos detalles por su pigmalión, el director Josef von Sternberg, con el fin  de hacerla parecer una diosa. 

La actriz llegó a hacerse muy amiga del escritor Ernest Hemingway, del que decía que "la gente debería santiguarse antes de hablar con él" y al que llamaba "Papá" en las cartas que se escribían. En una de esas cartas Hemingway decía de Marlene: "Podía romperte el corazón solo con la voz". Y ciertamente rompió muchos corazones tanto a hombres como a mujeres. No se podía esperar otra cosa de una mujer insaciable que además afirmaba: "A cualquier mujer le gustaría ser fiel, lo difícil es hallar el hombre al que serle fiel".  

Después de darle la espalda a Hitler, acompañó al ejercito americano en su campaña europea durante la Segunda Guerra Mundial animando a las tropas en la primera linea, de hecho no tenía miedo al peligro e incluso estuvo a punto de morir en un bombardeo. Hay quien cuenta que su relación con el general Patton avanzó con tanta intensidad y rapidez como la división de tanques del famoso militar marchaba hacia Alemania. Observen lo entregada que era la actriz a la hora de animar a la tropa en la imagen de la derecha. 

Uno de sus amantes fue el rudo John Wayne, quien en sus inicios, justo después de aparecer en "La Diligencia" (1939 - John Ford) parecía la opción ideal para rodar junto a la Dietrich la película "De isla en isla" (Seven sinners - 1940). El director, Tay Garnett no sabía como convencer a la actriz para que aceptara rodar junto a un actor aun casi desconocido y para ello apeló al instinto sexual de la actriz. De forma totalmente premeditada colocaron los arrolladores 192 centímetros de John Wayne en la barra de un restaurante charlando animosamente con dos o tres risueñas y bellísimas jovencitas. 

Cuando Marlene entró en el restaurante focalizó sus ojos rápidamente el corpachón de Wayne y le dijo a Garnett "¡Oh, papi, comprame eso!". No tardó Wayne en unirse al grupo y por supuesto en hacer la película con Marlene junto a la cual rodaría dos películas más: "Forja de corazones" (1941 - Lewis Seiler) y "Los usurpadores" (1942 - Ray Enright). La relación parece que duró unos tres años y a pesar de ser Wayne un hombre ciertamente discreto respecto a sus romances, cuando un amigo le presionó un poco para saber más sobre su romance dijo como si de un telegrama se tratara: "Roma. El hotel Excelsior. Dietrich. Lo hicimos en la escalera". En otra ocasión y siendo un poquito más lenguaraz dijo de ella: "El mejor polvo de mi vida" y eso que después tendría otra relación con una pelirroja de ensueño, la maravillosa Maureen O'Hara, la única mujer capaz de hacer perder la tranquilidad a cualquier hombre, pero esa es otra historia que ya se contará.

Marlene decía: "Las mujeres tienen una edad en que necesitan ser bellas para ser amadas, y otra en que necesitan ser amadas para ser bellas". Cuando de una manera u otra sintió que había perdido aquel imán que siempre la acompañó se recluyó en su casa y pasó los últimos doce años de su vida en la cama, minada por el alcoholismo y casi sin poder andar con unas piernas muy débiles que ya no eran ni un asomo de lo que fueron.  Celosa de mantener su imagen de diosa, terminó recluida durante todos esos años, como una de sus rumoreadas amantes, la divina Greta Garbo. Falleció a la edad de 91 años.

Como cantante era una verdadera delicia. Siempre he preferido dejar de lado sus muchas canciones en inglés y he rebuscado con fruición sus temas en alemán, resultando uno de mis preferidos este "Untern linden" que os dejo más abajo en un vídeo con imágenes de la actriz.



Las imágenes han sido tomadas de las siguientes páginas: 1 - 2