lunes, 23 de junio de 2025

Bette Davis y su amargo adiós a la Warner Bros.

 

Bette Davis tuvo una relación difícil con la Warner Bros. Allí tuvo la oportunidad de rodar títulos memorables, como "La Carta”, "La Loba", "Jezabel"... y de ganar dos Oscar, pero también se veía obligada a realizar otras películas verdaderamente insulsas, algo que la actriz no llevaba nada bien. En una época en la que los contratos eran draconianos y los actores y actrices meras herramientas, presas de unos estudios cinematográficos todopoderosos que podían disponer de ellas a su antojo, intentó romper su contrato con la Warner en 1936.  Cuando Bette Davis dijo que quería irse, Jack Warner le aclaró: "La única cosa que tú eres, Bette, es una empleada. Y los empleados no deciden qué hacen ni a dónde van". La frase se le quedó grabada a fuego a la Davis que la repitió en cada entrevista durante años. Ante un gigante como la Warner Bros y tantos intereses de por medio, la actriz perdió el juicio y debió permanecer sumisamente a las órdenes del estudio. En cualquier caso, aquel juicio sirvió para abrir la puerta a futuras demandas como la de Olivia de Havilland en 1943, que si ganó su demanda contra la Warner y por fin limitó el control excesivo de los estudios sobre los actores.

Cuando Bette Davis volvió, por supuesto obligada, se notó, al menos transitoriamente, algo más valorada y recibió el regalo de "Jezabel" (fotografía de entrada) y muchos otros de los grandes títulos que rodó durante su carrera. "Cuando regresé, lo hice como alguien que había demostrado que no era una marioneta. Eso fue suficiente para cambiarlo todo."

Pero nada dura para siempre, y los malos títulos volvieron a llegar y la tensión entre Jack Warner y la actriz siempre estuvo ahí enconada. Con el rodaje de "Más allá del bosque" (Beyond the Forest - 1949) la cosa llegó a su límite y la actriz consideraba que con esta película Jack Warner intentaba humillarla de manera calculada para obligarla a marchar del estudio. "Ese guion era basura. Se los dije. Pero querían que lo hiciera—y Jack Warner sabía que eso me empujaría a marcharme." No estaba muy equivocada la actriz. Con el tiempo Jack Warner declararía: "Bette era una gran estrella. También era un dolor de cabeza diario. Le dimos grandes papeles. Ella se dio a sí misma la leyenda.". Incluso según relata el biógrafo Ed Sikov, en una reunión ejecutiva de la Warner habría sentenciado: "Que la acabe de una vez. Esta película va a ser su despedida."

Las demandas para mejorar su papel en la película, una como Rose Moline que Bette consideraba caricaturesca, no fueron atendidas. Y ya en medio de una ruptura total, decidió controlar lo que podía: engordó para el papel, y se negaba a utilizar determinados vestidos, para que cuadrara mejor con el rol que le habían impuesto: "¿Quieren que interprete a una mujer vulgar y sin clase? Muy bien, les daré exactamente eso. Pero a mi manera." decía la actriz.

Eso no fue óbice para que terminara la película cumpliendo hasta el último instante. "¡Lo único que me hace seguir es saber que será la última vez que trabaje para este lugar!". Al respecto contaba King Vidor, el director del film: "(Bette Davis) Acabó lo que faltaba de la película con la profesionalidad que la caracterizaba. Súbitamente comprendí cuánto valía aquella mujer. Dejó de resultarme antipática"

Evidentemente, en su fuero interno, echaba humo por las orejas y manifestó, no pocas veces, que quemaría con sus propias manos, si pudiera, todas las copias de aquella última película con aquel estudio. Siendo inminente la finalización de la película presentó su renuncia a la que Jack Warner no respondió directamente.

Su último día en la Warner Bros fue cuando menos singular para una actriz que tanto beneficio, éxitos y prestigio había procurado a la firma. Nadie, de Jack Warner para abajo en los Estudios, le dijo ni tan siquiera un adiós. La actriz lo recordaba así en el libro "Mother Goddam: The Story of the Career of Bette Davis" de Whitney Stine:

"No hubo fiesta de despedida, ni pastel, ni champán. Ni siquiera un adiós. Me senté en un banco y comí mi almuerzo con el equipo, de una bolsa marrón. Luego conduje a casa."

"Después de 18 años, salí por la misma puerta por la que había entrado... Solo que ahora sabía exactamente cuánto valía."

"Jack había dejado claro hacía tiempo que quería que me marchara. Yo era demasiado cara y demasiado exigente. Así que consiguió lo que quería. Simplemente no tuvo el valor de despedirse."

"Dieciocho años. Ese estudio fue mi casa, mi campo de batalla, mi prisión y mi patio de juegos. Yo no les debía nada, pero ellos me debían un simple adiós."

¿Qué vino después? Al año siguiente rodaría para la 20th Century Fox una de las cumbres del cine y uno de sus más soberbios trabajos como actriz: "Eva al desnudo". Como dijo la actriz: "Cuando rodé All About Eve -Eva al desnudo-, pensé: esto es lo que quería hacer en 1949. No basura. No Rosa Moline."

No quiero ni imaginarme la pataleta de Jack Warner.


Imágenes: Tomadas de la excelente página Doctor Macro - 1 - 2

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