domingo, 29 de junio de 2025

Miguel de Cervantes Vs Lope de Vega: Entre batallas y libros


 

"Caballero andante soy, y no de aquellos de cuyos nombres jamás la fama se acordó, para eternizarlos en su memoria, sino de aquellos que a despecho y pesar de la mesma envidia ha de poner su nombre en el templo de la inmortalidad, para que sirva de ejemplo y dechado en los venideros siglos, donde los caballeros andantes vean los pasos que han de seguir si quisieren llegar a la cumbre y alteza honorosa de las armas"

Eso mantenía el ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha en la obra con la que Cervantes da carta de naturaleza a la novela moderna. Un fragmento que muy bien podría servir para tratar cómo se comportó la fama con el propio Cervantes, que con dicho título alcanzó la inmortalidad. De hecho, bien puede decirse que su Don Quijote, en vida del escritor, le dio nombre y poco más. Y es que, si bien la obra resultó un tremendo éxito ya en vida del escritor, esta no le reportó muchos beneficios, pues Cervantes pronto vendió los derechos sobre la misma y no disfrutó de los rendimientos de las posteriores y continuas reimpresiones.

Cervantes y Lope de Vega vivían muy cerca el uno del otro, a poco más de doscientos metros de distancia en el madrileño Barrio de las Letras, en el que también tenían su casa los mal avenidos Góngora y Quevedo. Sin duda ese barrio, durante aquellos años de nuestro Siglo de Oro, es lo más parecido que tenemos en España a la Florencia renacentista en cuanto a concentración de talento en un espacio tan reducido, no en vano por allí también tenían su casa escritores de la talla de Tirso de Molina, Juan Ruiz de Alarcón o Calderón de la Barca.

A pesar de su vecindad, no consta que Lope de Vega y Cervantes tuvieran mucho contacto, aunque cosas en común no le faltaban, por ejemplo en hechos de armas. Si Cervantes participó como vencedor en la batalla de Lepanto (la más alta ocasión que vieron los siglos) dejándole un brazo inutilizado, Lope de Vega participó en uno de nuestros mayores desastres bélicos, la conocida como "La armada invencible".

Cervantes, quince años mayor que Lope de Vega, no alcanzó la fama tan pronto como este, pero tuvo palabras honorables para el Fénix de los ingenios, como apodaban a Lope, añadiéndole el calificativo de "Monstruo de la Naturaleza", en palabras recogidas en "Ocho comedias y ocho entremeses nuevos, nunca representados", obra fechada en 1615, por tanto diez años después de la primera edición de las aventuras de Don Quijote, años en los que ya Cervantes gozaba de cierto nombre, aunque como ya comentábamos, andaba ligero de caudales.  El fragmento decía así:

"Y en fin, tú, insigne Lope, a quien pueden dar la mano cuantos tienen nombre de buenos, y a quien solo la envidia niega el laurel de tu ingenio, monstruo de naturaleza, a ti digo que te estés con tu gloria, y no te incomodes en vituperar las mías, que, en mi parecer, no te hacen sombra en lo que toca al saber, aunque sí en la fama"

Sin embargo, Lope de Vega no fue, al menos en vida de Cervantes, tan generoso con este. En 1605, el año de publicación de El Quijote, ante aquel nuevo formato de escritura y su arrebatador éxito, Lope no pudo contener su contrariedad y en una carta a su médico escribió:

"De poeta buen siglo es este; muchos de ellos están aún en ciernes, pero ninguno hay tan malo como Cervantes, ni tan necio que alabe a su Don Quijote"

Podría decirse que Lope de Vega triunfó en vida, no una sino más de mil veces, pero Miguel de Cervantes, con apenas una grandiosa obra, se llevó la inmortalidad de la que hablaba Don Quijote durante sus aventuras en algún lugar de la Mancha.



Imágenes: De Wikimedia Commons - Dominio Público CC0 - 1 - 2

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