“¿El infierno? Ya lo visité. Se parece mucho a París en
noviembre.” (Jean Cocteau)
Cuentan que Jean Cocteau, el inclasificable poeta, pintor,
escritor y cineasta francés, se encontraba tomando un café en una tertulia en
la que se discutía acaloradamente acerca de la naturaleza metafísica del cielo
y del infierno cristiano. Cocteau asistía a aquella discusión bizantina como
quien ve un partido de tenis, mirando a un lado y otro a los polemistas, sin
decir una palabra. Al final, no pudo mantenerse ajeno a la discusión cuando un
contertulio le animó a que aportase de una vez por todas su opinión. Es fácil
imaginárselo aspirando largamente su cigarro, con una concentración serena en
su afilado semblante para, con ese estilo suyo, siempre misterioso e
imprevisible, responder de forma fría y equidistante:
¿El cielo y el infierno? Me da igual ese tema. En realidad,
tengo amigos en los dos lados...
La muerte, el cielo y el infierno siempre le dieron mucho
juego en sus citas de las que rescatamos algunas:
“El infierno de los vivos no está en el más allá. Está aquí.
Lo habitamos. Y lo construimos nosotros mismos.”
“En el cielo, los poetas no escriben versos. Simplemente
escuchan.”
“El verdadero infierno no es el fuego. Es la repetición
eterna de lo mismo.”
"La muerte es el lujo de los ricos y la recompensa de
los poetas."
Cuentan que sus últimas palabras al morir fueron: “Voy a
reunirme con los que amo.” Supongo que el sabría bien a qué umbral habría de
encaminarse, aunque, como buen maestro del equívoco también había dicho con
anterioridad:
“Después de mi muerte, viviré en mí mismo.”
Imagen: Tomada de Wikimedia Commons - Dominio Público (CC0) - Fuente Original
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