domingo, 14 de enero de 2024

Billy Wilder o cuando Dios te llama por teléfono


"Yo también tengo diez mandamientos, y los nueve primeros son: No aburrirás. El décimo dice: tienes que tener derecho al montaje final de la película" (Billy Wilder)

El 21 de marzo de 1994, en la ceremonia de entrega de la 66ª edición de los Oscar, Fernando Trueba conseguía el Oscar a la mejor película de habla no inglesa por "Belle Époque". Al finalizar su discurso de agradecimiento dio carta de naturaleza a una nueva religión que tenía, de forma latente, muchos seguidores practicantes entre los buenos aficionados del cine. Así, Trueba dijo unas palabras, eco de un sueño previo a la recepción del Oscar, que ya son dogma de fe para los seguidores de Billy Wilder

"Me gustaría creer en Dios para darle las gracias pero yo sólo creo en Billy Wilder. Gracias, Mr. Wilder"

Lo que es menos conocido es la reacción de Wilder tras ese inesperado homenaje. Según contaba el propio Trueba en un artículo de La Vanguardia (22-6-1996) dedicado al 90 cumpleaños del director estadounidense, este, en su línea, se mostró tan genial como cabía esperar de él:

«A la mañana siguiente (de la concesión del Óscar) yo hacía una entrevista con España, cuando el otro teléfono comenzó a sonar. Carmen Rico Godoy lo descolgó y gritó: “¡Fernando, Billy Wilder en la otra línea!”. Cogí el teléfono: “Hola, Fernando, soy Dios. No debiste decir eso ayer. Desde que lo hiciste la gente se santigua al cruzarse conmigo por la calle”. 

Unos días después, me contaba: “Estaba yo viendo los Óscar en casa con mi mujer y ya estaba preparándome el séptimo martini, cuando tú apareciste y dijiste tu speech. Audrey dio un grito, se volvió y me dijo: Billy, ¿has oído eso? Y yo le respondí: Claro que lo he oído. Envíale al Sr. Trueba la factura del tinte de la alfombra”.»

En aquel momento, el gran Billy Wilder hacía ya 13 años que había dirigido su última película "Aquí un amigo" y se encontraba un tanto olvidado en las sombras de la industria cinematográfica, poco importaba que en su filmografía atesorara, entre otras maravillas, cuatro películas que en algunas listas figuran entre las 20 mejores de todos los tiempos: "Testigo de cargo" (1957), "El crepúsculo de los dioses" (1950), "Perdición" (1944) y "El apartamento" (1960), además de "Con faldas y a lo loco" (1959) muy cerca de estos puestos de honor. Aquellas palabras de Trueba sirvieron en cierta medida para hacer un nuevo honor y poner en la primera plana nuevamente a un director que, si las productoras no hubieran sido tan cobardes, no habría dejado de rodar a la temprana edad de 75 años, 20 años antes de morir con una edad de 95 años, la misma con la que Clint Eastwood, por ejemplo, sigue rodando hoy en día. 

Uno de los seguidores de esta nueva religión de cineastas posiblemente sea el director francés Michel Hazanavicius, quien cuando recogió en 2012 su Oscar por "The Artist" también tuvo palabras para el director de "La tentación vive arriba" y en vez de negarlo tres veces como ocurre con otros Dioses dijo: "Quería dar las gracias a las siguientes tres personas, a Billy Wilder, a Billy Wilder y a Billy Wilder"

Imagen: De Wikimedia Commons - (CC0) Dominio Publico en Fuente original

1 comentario:

  1. Magnífica crónica. No sabía eso de B. Wilder pero cuando leí sus películas, quedé fascinado de su talento. Las conocía pero sin recordar el autor.

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