Tatum O’Neal tenía tan solo diez años cuando en 1974 consiguió el Oscar a la mejor actriz de reparto por su papel como la espabilada “Addie Loggins” en “Luna de papel” (1973 – “Paper Moon”). Al respecto hay que resaltar que durante el rodaje de esta excelente película del recientemente fallecido Peter Bogdanovich, la joven Tatum tenía solo ocho años y cumplió los nueve antes de terminarla. Con esa edad se convirtió en la actriz más joven en ganar un Oscar, hito que todavía mantiene. Curiosamente en aquella gala de los Oscar compitió por el galardón con otra muy joven estrella, Linda Blair, que optaba al premio por su sensacional papel como Regan, la niña poseída en “El Exorcista” (1973 – W. Friedkin )
La magia que desprende la pequeña Tatum (llamada así en honor al fabuloso pianista de jazz Art Tatum) en el film era tal que Bogdanovich sentenció que la joven actriz había ganado el Oscar en la categoría equivocada y que realmente merecía el Oscar en la categoría de Actriz Principal. A pesar de ese cumplido, parece ser que el director tuvo que esforzarse mucho en las escenas de Tatum y alguna hubo de ser repetida decenas de veces para lograr la ansiada naturalidad posteriormente tan alabada por los críticos. De hecho, Bogdanovich llegó a decir que trabajar con la joven actriz fue: "una de las experiencias más miserables" de su vida. Es llamativo que en la película la joven Tatum vistiera casi como un chico y luchara denodadamente por que la reconocieran como chica y en la ceremonia de los Oscar se presentara vestida de smokin, como un hombre, al parecer por influencia de Bianca Jagger, por entonces la pareja de su padre.
La resuelta “Addie Loggins” a la que da vida Tatum, sería hoy en día un rol imposible en este mundo tan políticamente correcto, no solo por el camino en el que se ve envuelta –siendo una niña de menos de diez años- de pequeñas estafas y deshonestas artimañas para conseguir dinero, sino también por esas escenas en las que placenteramente aparece fumando y encendiendo cerillas de forma resuelta con sus manos. En realidad, las escenas en cuestión fueron una tortura para la menuda actriz por las náuseas que le provocaba aquella simulación. De ellas decía la propia actriz:
“Peter (Bogdanovich, el director) quería que fumara en la película, pero los cigarrillos estaban llenos de lechuga, no de tabaco. Me pegaron papel de lija en los dedos para que pudiera encender una cerilla con una sola mano ".
Los protagonistas Tatum O’Neal y su padre Ryan O’Neal vuelcan muchas de sus inseguridades como padre e hija en la película. "Addie Loggins" el personaje de Tatum cree que “Moses Pray” (Ryan O’Neal), el estafador de biblias, es realmente su desconocido padre y sola en el mundo como se encuentra, se aferra a él con todas sus fuerzas, aunque sea con la excusa del famoso: “Quiero mis 200 dólares” (actualmente sería unos 4000), exigencia que le mantiene a su lado.
No era fácil tampoco en la vida real el trato entre Tatum y su padre. Ryan O’Neal era por aquella época un actor muy cotizado en Hollywood que venía de un gran éxito como “Love Story” (1970 - Arthur Hiller), película que le valió una candidatura al Oscar y a la que le siguió otro hito como “¿What's up Doc” (1972 - Peter Bogdanovich), la propia “Paper Moon” y que a continuación consiguió el papel protagonista en “Barry Lyndon” a las órdenes de Stanley Kubrick, incluso sonaba para el papel de Michael Corleone en “El Padrino” o para “Rocky”, no en vano Ryan O’Neal fue boxeador de considerable éxito durante su juventud.
Pero aparte de ser un gran actor, también era una persona de carácter muy complejo e inestable. Por aquel entonces se creía merecedor de tener ya algún Oscar, así, cuando supo que su pequeña hija, con tan solo 10 años había conseguido lo que el tanto ansiaba no reaccionó de la forma más adecuada. Según Tatum O’Neal, ella no recordaba bien la situación, pero después le contaron que estando en Londres visitando a su padre durante el rodaje de Barry Lyndon, cuando se supo que la pequeña había sido nominada al Oscar y en cambió su padre no, Ryan O’Neal reaccionó golpeando a la pequeña actriz, que por si fuera poco tuvo que acudir a la ceremonia sin la compañía de su padre, que por supuesto estaba “demasiado” ocupado con el rodaje de su nueva película.
Todo esto quedaría en simple anécdota si no fuera por las escabrosas vivencias posteriores que padeció la pequeña actriz que, en sus memorias, “A paper life”, explicaba los abusos sufridos durante su infancia y su temprana entrada en el mundo de la droga, época en la que la cocaína era una buena alternativa para adelgazar y según le decían la marihuana era algo parecido a la valeriana.
Tatum O’Neal no logró nunca más lucir como en aquella maravillosa película en blanco y negro que es “Paper Moon”, su padre podría decirse que tampoco. Al menos les queda ese agridulce recuerdo juntos y la certeza de que tenían la misma barbilla...
Imagen: De Wikimedia Commons (CC BY 2.0) - Fuente Original
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