"A veces las personas con quienes vivía se inquietaban porque reía demasiado fuerte. Seguro que me creían histérica. Se trataba solamente de una sensación repentina de libertad. Cuando preguntaba a alguno de los chicos: “¿Me prestas tu bicicleta?” y él me decía: “Claro”, yo arrancaba inmediatamente a toda marcha, riendo a carcajadas hasta la punta de la calle, y todos los chicos me esperaban subidos a la acera. Yo adoraba el viento que me acariciaba."
"Cuando hacía mis primeras películas, iba a la escuela nocturna. La directora no sabía quién era yo, pero le parecía extraño que los chicos de otras clases asomasen la cabeza por la puerta, durante las clases, para mirarme y murmurar. Un día, se decidió a preguntar a mis compañeros, que dijeron: “Sale en las películas”. Sorprendida, comentó: “¡Y yo que la tomaba por una muchacha recién salida de un convento!” Es uno de los mayores elogios que nunca me han hecho."
"Me gustaría haber tenido una buena y amplia educación. A veces, cuando Arthur [Miller] y sus amigos hablaban, yo no podía seguirles. No entiendo gran cosa de política. No voy más allá de admitir que hay buenos y malos. Los políticos siguen adelante con sus crímenes porque la mayoría de los americanos no saben de política más que yo. O menos. Arthur siempre me lo explicaba muy bien, pero me parece que a mi edad yo ya debería haber sabido. Se trata de mi país y debo saber qué están haciendo con él."
"A eso de los diez años tuve unos padres adoptivos que me hicieron prometer que cuando fuera mayor jamás bebería, y me hicieron firmar una promesa de no fumar ni maldecir nunca. Mi siguiente familia adoptiva me daba botellas vacías de whisky para jugar. Con esas botellas jugaba a la tiendita. pienso que he debido tener la mejor colección de botellas de whisky que jamás haya tenido una niña. Las ponía en hilera al lado de la carretera y decía a los automovilistas que pasaban: "¿Quieres whisky?" Recuerdo que algunos al pasar frente a mi tienda decían: "¿Te das cuenta?, ¡Es horrible!" Mirando atrás, creo que solía actuar constantemente. Por una razón, eso me permitía vivir en un mundo más interesante del que me rodeaba"
"Tengo una relación muy estrecha con mi cuerpo, porque lo cuido. No lo maltrato. Pero a veces me ciego por él. Estoy demasiado pendiente de él. Cuando vienen los fotógrafos es como si me mirara en un espejo. Ellos creen que me manipulan a su gusto, pero yo los uso como me conviene. Es necesario en el mundo del cine, pero a veces lo detesto. Aunque nunca lo demuestre. Podría arruinarme. Necesito su benevolencia. No soy idiota."
"Ser una actriz de cine nunca es tan divertido como soñar en llegar a serlo. Cuando estuve a punto de abandonarlo, me llegó la suerte. Y cuando no me interesaba el tipo de papeles de estrella, me veía inundada de ellos. Lo mismo puede suceder en las relaciones personales. Cuando no quieres a un amante, todas las posibilidades están de tu parte. Es increíble, pero me ha sucedido así muchas veces."
"Mucha gente cree que la belleza está a su servicio. Una vez escribí un poema sobre eso. Cómo le gusta a la gente corromper la belleza, hacerla descender a su nivel. No saben qué valiosa puede ser. Todo el mundo puede ser bello a su manera, pero la mayoría de las personas no se permiten ser bellas. La mayoría de la gente no se gusta a sí misma."
"Yo creo que hay que querer a la gente, a todo tipo de gente de modo que podamos dar [sobre ella] una opinión que tenga algún valor. La sola idea de juzgar a las personas es insensata. Hacemos lo que tenemos que hacer y corremos con las consecuencias. No somos mejores de lo que tenemos que ser. Podemos intentar ser mejores, y parte de este intento es no condenar a los demás."
“Hemingway dijo una vez que si no se hubiera dedicado tanto a la caza se habría matado a sí mismo”, le dice su interlocutor. Marilyn comenta: "Hubiera sido mejor. Es un privilegio de las personas. No creo que sea un pecado ni un crimen. Si quieres hacerlo estás en tu derecho, aunque no conduce a nada. A no ser que se crea en el cielo y en el infierno, pero yo prefiero creer que están aquí y ahora. Se dispone de uno mismo, pero nunca de otras personas o de animales. No se tiene derecho a acabar con sus vidas."
La tres primeras citas proceden de la antología "Marilyn revisitada", preparada por Joaquín Jordá y José Luis Guarner. Las demás citas proceden del libro "Conversaciones con Marilyn" de W.J. Weartherby (Gedisa, 1978) libro en el que condensa las notas tomadas durante algunos encuentros de este con Marilyn Monroe desde 1960. Todas la citas en su conjunto aparecen en un artículo de la revista Laberinto nº 476 (páginas 6-7) - del 28 de julio de 2012.
Imagen: Cortesía de Doctor Macro - Fuente Original
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