domingo, 8 de diciembre de 2024

Hier encore (Ayer aún) - Charles Aznavour


Ayer aún tenía veinte años; acariciaba el tiempo y jugaba con la vida como se juega al amor y vivía por la noche sin contar con mis días que huían en el tiempo. Hice tantos proyectos que se quedaron en el aire, fundé tantas esperanzas que se esfumaron, que me quedé perdido sin saber adonde ir, mis ojos buscaban el cielo pero mi corazón estaba enterrado.

Ayer aún tenía veinte años, despilfarraba el  tiempo creyendo  detenerlo y para conservarlo hasta lo adelantaba. No hacía más que correr y me sentía sin aliento. Ignorando el pasado Conjugaba solo en futuro, precedía de "yo" cualquier conversación y daba mi opinión pensando que era correcta para criticar el mundo con desenvoltura.

Ayer aun tenía veinte años, pero perdí mi tiempo haciendo muchas locuras que en el fondo no me dejaron nada verdaderamente valioso, algunas arrugas en la frente y el miedo al aburrimiento. Ya mis amores murieron antes de haber existido todos mis amigos han partido y ya no volverán más. Por mis faltas yo hice el vacío a mi alrededor y he arruinado mi vida y mis años jóvenes. Entre lo mejor y lo peor desprecié lo mejor, petrifiqué mis sonrisas y congelé mis miedos. Ellos son el presente, el presente de mis veinte años.

Una delicia la voz del gran Charles Aznavour, una persona que sirve de puente entre culturas en estos tiempos tan inciertos. Charles Aznavoice como le apodan sus admiradores es de origen armenio, su nombre real es Shahnourh Varinag Aznavourian, y ahora, tras décadas de encantarnos con su voz, la canción francesa no se entendería sin él. Ayer me encontré este tema suyo de 1964, "Hier encore", en una película que igualmente se esforzaba en tender puentes entre culturas: "Un viaje de diez metros" (2014 - Lasse Hallström) que si bien es de calibre ligero, fílmicamente hablando, resulta muy entretenida para los amantes de la cocina. El caso es que nada más escuchar el tema sentí una irrefrenable necesidad de saber que decía aquella letra que tan solo acertaba a traducir a trocitos y pobremente. Es curioso que resultando una letra tan triste, a uno le invada, si hace caso omiso de su significado, unas ganas tremendas de bailar. Las notas, a veces embriagadoras, es lo que tienen....

La foto tiene por nombre: "Les amoureux du Quai du Louvre" y es obra de Frank Horvat (Paris, 1955)



Imagen: Tomada de Pleasurephotoroom.

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