lunes, 24 de febrero de 2020

El Panteón de Agripa Vs Baldaquino de Bernini



A juicio de no pocos arquitectos uno de los edificios más sobresalientes y bellos de los que existen en el mundo es, sin duda alguna, el antiquísimo Panteón de Agripa ubicado en Roma, y que en su tiempo estuvo dedicado, como su nombre indica (Pan, todos; theon, divinidad)  al culto de todos los dioses romanos. El edificio que tiene ya casi 2000 años -se construyó en el año 126- ha logrado sobrevivir a múltiples vicisitudes, para mostrarse todavía como un ejemplo soberbio de las excepcionales técnicas constructivas de los romanos. Su cúpula es perfecta y con 43'5 metros de diámetro era todavía un reto para los constructores del primer renacimiento italiano; tal era el misterio de su construcción que solo Brunelleschi lograría en la Basílica de Santa María del Fiore de Florencia una cúpula comparable 1300 años después, aunque a mi juicio menos perfecta y elegante y de tan solo 41 metros de diámetro interior. Incluso la cúpula de San Pedro, el gran logro de Miguel Ángel con el que sonrojó a Bramante que la creía imposible, es de menor diámetro interior, tan solo 42'5 metros. La cúpula del Panteón es tan soberbia, tan perfecta en su concepción que la prolongación de la cúpula hace que se forme una circunferencia perfecta que es tangente con el suelo. Los arquitectos todavía la estudian, y se admiran de las soluciones técnicas y constructivas que encierra, e incluso han de quitarse el sombrero ante la innovadora composición que los romanos dieron a su hormigón para hacerlo ligero a la vez que resistente. Por mucho que diga Obelix, no estaban tan locos esos romanos.

Pues bien, esta maravilla que se pasea por los siglos desafiando al tiempo, tuvo que sufrir la rapiña de la iglesia y sufrir el expolio de las planchas de bronce que se ubicaban en el pronaos o antesala de la nave circular del Panteón para satisfacer los caprichos papales. Así, parte de todo aquel antiquísimo bronce fue destinado por orden del Papa Urbano VIII (de la familia de los Barberini) al propósito de levantar el también espectacular Baldaquino, obra de Bernini, que con sus imponentes 27 metros de altura es una de las joyas del interior de la Basílica de San Pedro.  Con el bronce restante no tuvo mejor idea el señor Barberini que fundir 80 cañones para el Castillo de Sant'Angelo, donde se refugiaban los Papas cuando las cosas venían mal dadas. La idea no fue del agrado de los romanos que con acierto sentenciaron sobre aquella agresión al Panteón: "Lo que no hicieron los bárbaros lo hicieron los Barberini". 



Imágenes: Ambas de los fondos de Wikimedia Commons, con las siguientes etiquetas:
1.- La fotografía del Panteón es de Tomi Mäkitalo  y figura con licencia: CC BY-SA 3.0.
Link: https://commons.wikimedia.org/wiki/Category:Interior_of_the_Pantheon_(Rome)#/media/File:Pantheon_-_panoramio_(15).jpg
2.- La fotografía del Baldaquino es de Dennis Jarvis y figura con licencia CC BY-SA 2.0
Link: https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Italy-3266_-_The_Baldacchino_(5392805550).jpg

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